El Centro de Convenciones Jacob K. Javits se convirtió anoche en el lugar elegido para celebrar la gran victoria en las elecciones primarias del martes, que le valió a Clinton siete estados, dejando a su único contrincante, el senador socialista Bernie Sanders, con cuatro.
En la noche donde 11 estados llevaron adelante sus primarias de forma simultánea, Clinton cosechó más de 504 delegados, logrando un total de 1.074, mientras que Sanders se hizo con más de 300, acumulando 426 desde que iniciaron las primarias el 1 de febrero.
Este "supermartes fue para los libros de historia", afirmó Clinton en el gran galpón donde realizó su acto, que para la hora de inicio dobló la cantidad de participantes que mantuvieron el festejo durante el discurso y acompañaron varias de las frases al grito de “Hillary”.
Con un público que en su mayoría pertenecía a diferentes sindicatos y organizaciones de trabajadores de la construcción, carpinteros y maestros, entre otros, la ex primera dama centró su discurso en los principales temas de preocupación para la clase media, como el salario mínimo o la mejora de las condiciones laborales.
Así, tras las introducciones a cargo del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde de la Gran Manzana, Bill De Blasio, la ex secretaria de Estado repitió en varias oportunidades la palabra “imagina” para plantear sus propuestas dedicadas a lograr un futuro mejor en asuntos como el cuidado de la salud o la concesión de la ciudadanía para los inmigrantes.
Esta última iniciativa es la que más motivó al ecuatoriano Iván Vallas, que llegó al centro de convenciones junto a un numeroso grupo de colegas del sindicato de materiales peligrosos que se posicionó a uno de los costados del escenario, ubicado al fondo del gran salón y escoltado por gigantescas banderas estadounidenses.
“Hillary está al frente y tiene mejores proyectos para nosotros los inmigrantes”, dijo Vallas a Télam, y no dudó en comparar a su candidata con Donald Trump a quien calificó como “una persona racista que solamente quiere construir muros en la frontera mientras que nosotros queremos construir puentes para el beneficio de los inmigrantes de Estados Unidos”.
Entre los jóvenes que se acercaron al evento organizado en el estado al que Clinton representó como senadora desde 2001 al 2009, estuvieron Chloe y Drew, ambos voluntarios en las oficinas centrales de la campaña que la precandidata abrió en Nueva York.
Para Drew la emoción era doble: no sólo estaba siendo testigo del resultado de parte de su trabajo sino que además era la primera vez que veía en persona a la demócrata para la que desde hace seis meses trabaja sin cesar.
Con apenas 17 años, el joven neoyorquino dijo sentirse “conmovido” por un discurso que no lo “decepcionó”, si no que por el contrario, le transmitió la “pasión” con la que Clinton habla sobre temas como los derechos de las mujeres o de las personas gay.
“Me siendo inspirado. Ella es pragmática, tiene experiencia, es apasionada. Ella conseguirá hacer cosas y podrá trabajar con el otro lado” del Congreso, actualmente controlado por los republicanos en ambas cámaras, afirmó Drew.
Consultados sobre las razones que los llevaron a apoyar a Clinton en una campaña donde la mayoría de los jóvenes decidieron seguir a Sanders, Chloe no dudó en marcar las diferencias al afirmar que es necesario “elegir a alguien que haya sido una verdadera demócrata por la mayor cantidad de tiempo. Alguien que pueda seguir adelante con sus políticas, alguien que sea un negociador con experiencia”.
Desde una de las puntas del cuadrado que armaban las gradas repletas de personas con carteles azules que llevaban la insignia “Pelando por nosotros”, salía caminando sonriente Rita Schwartz, una jubilada del estado de Nueva York que desde hace 10 años trabaja como voluntaria para las campañas de Clinton.
Oriunda de Brooklyn, Schwartz formó parte de algunos de los viajes que la ex senadora realizó durante su primer intento de llegar a la Casa Blanca, en 2008, y ahora integra el equipo de colaboradores que trabajan desde el “bunker” partidario de New York.
“¿Por qué Hillary y no Sanders?. Porque Clinton es real. Ella cree en la evolución y no en la revolución, y necesitamos movernos hacia adelante”, dijo, haciendo referencia al slogan de campaña de "revolución política" del precandidato socialista.
Schwartz fue aún más tajante al referirse al posible contricante al que podría enfrentarse su candidata de resultar la elegida para pelear por la Casa Blanca, el republicano Trump, que hoy encabeza la interna de su partido a nivel nacional por más de 15 puntos.
“Es un dibujo animado. Es una persona que insulta, que saca lo peor y esperamos que pierda”, aseveró con calma para concluir que Trump “cree que esto es una broma y esto no es una broma. Esto es experiencia real. Esto es la vida real”.
El Centro de Convenciones Jacob K. Javits se convirtió anoche en el lugar elegido para celebrar la gran victoria en las elecciones primarias del martes, que le valió a Clinton siete estados, dejando a su único contrincante, el senador socialista Bernie Sanders, con cuatro.
En la noche donde 11 estados llevaron adelante sus primarias de forma simultánea, Clinton cosechó más de 504 delegados, logrando un total de 1.074, mientras que Sanders se hizo con más de 300, acumulando 426 desde que iniciaron las primarias el 1 de febrero.
Este "supermartes fue para los libros de historia", afirmó Clinton en el gran galpón donde realizó su acto, que para la hora de inicio dobló la cantidad de participantes que mantuvieron el festejo durante el discurso y acompañaron varias de las frases al grito de “Hillary”.
Con un público que en su mayoría pertenecía a diferentes sindicatos y organizaciones de trabajadores de la construcción, carpinteros y maestros, entre otros, la ex primera dama centró su discurso en los principales temas de preocupación para la clase media, como el salario mínimo o la mejora de las condiciones laborales.
Así, tras las introducciones a cargo del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde de la Gran Manzana, Bill De Blasio, la ex secretaria de Estado repitió en varias oportunidades la palabra “imagina” para plantear sus propuestas dedicadas a lograr un futuro mejor en asuntos como el cuidado de la salud o la concesión de la ciudadanía para los inmigrantes.
Esta última iniciativa es la que más motivó al ecuatoriano Iván Vallas, que llegó al centro de convenciones junto a un numeroso grupo de colegas del sindicato de materiales peligrosos que se posicionó a uno de los costados del escenario, ubicado al fondo del gran salón y escoltado por gigantescas banderas estadounidenses.
“Hillary está al frente y tiene mejores proyectos para nosotros los inmigrantes”, dijo Vallas a Télam, y no dudó en comparar a su candidata con Donald Trump a quien calificó como “una persona racista que solamente quiere construir muros en la frontera mientras que nosotros queremos construir puentes para el beneficio de los inmigrantes de Estados Unidos”.
Entre los jóvenes que se acercaron al evento organizado en el estado al que Clinton representó como senadora desde 2001 al 2009, estuvieron Chloe y Drew, ambos voluntarios en las oficinas centrales de la campaña que la precandidata abrió en Nueva York.
Para Drew la emoción era doble: no sólo estaba siendo testigo del resultado de parte de su trabajo sino que además era la primera vez que veía en persona a la demócrata para la que desde hace seis meses trabaja sin cesar.
Con apenas 17 años, el joven neoyorquino dijo sentirse “conmovido” por un discurso que no lo “decepcionó”, si no que por el contrario, le transmitió la “pasión” con la que Clinton habla sobre temas como los derechos de las mujeres o de las personas gay.
“Me siendo inspirado. Ella es pragmática, tiene experiencia, es apasionada. Ella conseguirá hacer cosas y podrá trabajar con el otro lado” del Congreso, actualmente controlado por los republicanos en ambas cámaras, afirmó Drew.
Consultados sobre las razones que los llevaron a apoyar a Clinton en una campaña donde la mayoría de los jóvenes decidieron seguir a Sanders, Chloe no dudó en marcar las diferencias al afirmar que es necesario “elegir a alguien que haya sido una verdadera demócrata por la mayor cantidad de tiempo. Alguien que pueda seguir adelante con sus políticas, alguien que sea un negociador con experiencia”.
Desde una de las puntas del cuadrado que armaban las gradas repletas de personas con carteles azules que llevaban la insignia “Pelando por nosotros”, salía caminando sonriente Rita Schwartz, una jubilada del estado de Nueva York que desde hace 10 años trabaja como voluntaria para las campañas de Clinton.
Oriunda de Brooklyn, Schwartz formó parte de algunos de los viajes que la ex senadora realizó durante su primer intento de llegar a la Casa Blanca, en 2008, y ahora integra el equipo de colaboradores que trabajan desde el “bunker” partidario de New York.
“¿Por qué Hillary y no Sanders?. Porque Clinton es real. Ella cree en la evolución y no en la revolución, y necesitamos movernos hacia adelante”, dijo, haciendo referencia al slogan de campaña de "revolución política" del precandidato socialista.
Schwartz fue aún más tajante al referirse al posible contricante al que podría enfrentarse su candidata de resultar la elegida para pelear por la Casa Blanca, el republicano Trump, que hoy encabeza la interna de su partido a nivel nacional por más de 15 puntos.
“Es un dibujo animado. Es una persona que insulta, que saca lo peor y esperamos que pierda”, aseveró con calma para concluir que Trump “cree que esto es una broma y esto no es una broma. Esto es experiencia real. Esto es la vida real”.