"Estoy extremadamente feliz de estar de nuevo con ustedes, otro arresto terminó", dijo el hombre que encabeza la organización Fondo de Lucha contra la Corrupción (FLC) y agradeció a quienes salieron a las calles a protestar.
"Encontré en el patio de la prisión a manifestantes detenidos y me dijeron que quieren participar en nuevas acciones", contó en su blog.
Navalny quedó en libertad tras haber sido condenado a 14 días de arresto administrativo por organizar las manifestaciones no autorizadas como la del 26 de marzo pasado.
Ese día, decenas de miles de rusos en más de 80 ciudades del país participaron en una jornada de protestas contra la corrupción en la administración pública, con el punto de mira en el primer ministro, Dimitri Medvedev, acusado de enriquecerse en el cargo.
La protesta en el centro de Moscú, que no fue autorizada por la alcaldía local, se saldó con Navalny y varios centenares de manifestantes detenidos, entre ellos muchos estudiantes secundarios y universitarios.
Navalny, de 40 años y abogado de profesión, comenzó a abrir sedes electorales en distintas ciudades tras su anuncio en febrero pasado de que presentará su candidatura a las elecciones presidenciales de 2018.
Sin embargo, el dirigente opositor podría verse privado de participar en los comicios, si fracasa el recurso que presentó contra una condena judicial que pesa sobre él por apropiación indebida de fondos públicos.
Navalny, que se declaró inocente y calificó el proceso de "político", había asegurado que, incluso en el caso de ser condenado, participaría igual en la campaña electoral, porque "eso es lo que espera la gente" de él.
Según la mayoría de los analistas, Navalny es el único dirigente opositor de peso que puede enfrentar a Putin el año próximo, como demostraron las elecciones municipales de Moscú de 2012, en las que no ganó, pero sí obtuvo un apoyo histórico de 27,5% de los votos.
"Estoy extremadamente feliz de estar de nuevo con ustedes, otro arresto terminó", dijo el hombre que encabeza la organización Fondo de Lucha contra la Corrupción (FLC) y agradeció a quienes salieron a las calles a protestar.
"Encontré en el patio de la prisión a manifestantes detenidos y me dijeron que quieren participar en nuevas acciones", contó en su blog.
Navalny quedó en libertad tras haber sido condenado a 14 días de arresto administrativo por organizar las manifestaciones no autorizadas como la del 26 de marzo pasado.
Ese día, decenas de miles de rusos en más de 80 ciudades del país participaron en una jornada de protestas contra la corrupción en la administración pública, con el punto de mira en el primer ministro, Dimitri Medvedev, acusado de enriquecerse en el cargo.
La protesta en el centro de Moscú, que no fue autorizada por la alcaldía local, se saldó con Navalny y varios centenares de manifestantes detenidos, entre ellos muchos estudiantes secundarios y universitarios.
Navalny, de 40 años y abogado de profesión, comenzó a abrir sedes electorales en distintas ciudades tras su anuncio en febrero pasado de que presentará su candidatura a las elecciones presidenciales de 2018.
Sin embargo, el dirigente opositor podría verse privado de participar en los comicios, si fracasa el recurso que presentó contra una condena judicial que pesa sobre él por apropiación indebida de fondos públicos.
Navalny, que se declaró inocente y calificó el proceso de "político", había asegurado que, incluso en el caso de ser condenado, participaría igual en la campaña electoral, porque "eso es lo que espera la gente" de él.
Según la mayoría de los analistas, Navalny es el único dirigente opositor de peso que puede enfrentar a Putin el año próximo, como demostraron las elecciones municipales de Moscú de 2012, en las que no ganó, pero sí obtuvo un apoyo histórico de 27,5% de los votos.