Los gladiadores jóvenes de la “Acadé”

Ricardo Dichiara y Facundo Larreguy superaron duras adversidades. El primero festejó sus dos primeros tantos afistas, invocando a su padre fallecido. El otro debutó en las redes federales, tras superar años de profunda tristeza y decepción al no firmar contrato con Ferrocarril Oeste de Caballito.

El homenaje habitual. Ricardo Dichiara celebra sus goles con los brazos hacia el cielo, dedicándoselos a su padre, quien falleció en 2016.
31 JUL 2017 - 20:58 | Actualizado

El Federal B es una cuna de esperanzas renovadas. Miles de futbolistas anidan sueños y construyen su fe tras superar desánimos y dolores variados.

Al resurgir entre las cenizas, celebran con el entusiasmo reprimido por las circunstancias duras que debieron afrontar con la hidalguía de las circunstancias.

Es el caso de Ricardo Dichiara y Facundo Larreguy, dos jóvenes valores de Racing Club cuya labor fue determinante en el 8-3 propinado a La Amistad de Cipolletti.

Para el papá

Dichiara, a sus 20 años, emigró el pasado verano a Trelew desde Carmen de Patagones. Su padre falleció el año pasado y necesitaba un respiro, tal como relató Jornada cuando Dichiara pisó suelo trelewense.

El sábado, el atacante que poda las malezas del Cayetano Castro para ganar un dinero extra, celebró sus dos goles con los brazos hacia el cielo. Es su festejo habitual, es su dedicatoria al papá.

“Mis dos goles federales son para mi viejo, que me ayuda desde el cielo. Así festejo siempre”, dijo el atacante. “Mi papá es una inspiración para meterle en cada entrenamiento y en cada partido, especialmente cuando las cosas no salen”, explicó.

Ganarle al rechazo

Por su parte, Larreguy, lateral y carrilero, también debutó en las redes a nivel federal con un tanto. Y también superó una dura adversidad antes de llegar a ese momento. En 2012, Larreguy, jugador de Los Aromos en ese entonces, había fichado por Ferrocarril Oeste de Buenos Aires.

Pero el club de Caballito decidió no hacerle contrato a inicios de 2015 tras la pretemporada y quedó a la deriva, con el libro de pases cerrado. Devastado anímicamente, el lateral y carrilero por izquierda retornó a su Trelew natal, donde fichó por Racing Club.

Con su sueño roto a cuestas, intentó encarrilar su carrera. Pero el camino fue un denso camino de espinas. “Cuando me dijeron que no me iban a tener en cuenta en Ferro, había pensado en dejar el fútbol. No es lindo ser rechazado. Volver a adaptarme a la zona no fue fácil”, comentó.

“Fueron años muy duros, difíciles. Se pasan muchas cosas por la cabeza. Pero no me rendí. Racing me abrió las puertas. Y pude hacer mi primer gol federal el otro día”, expresó Larreguy, que hoy tiene 21 años. El caso de Larreguy no es único. Varios jóvenes que prueban suerte en Buenos Aires y son rechazados, sufren al volver.

“Que esos chicos la sigan peleando, que no se rindan, que no todo se acaba en un club. Se bien lo que se siente. Que no bajen los brazos”, concluyó.

Ricardo Dichiara y Facundo Larreguy, dos jóvenes gladiadores de sueños de la “Academia” que siguen haciendo camino al andar.

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El homenaje habitual. Ricardo Dichiara celebra sus goles con los brazos hacia el cielo, dedicándoselos a su padre, quien falleció en 2016.
31 JUL 2017 - 20:58

El Federal B es una cuna de esperanzas renovadas. Miles de futbolistas anidan sueños y construyen su fe tras superar desánimos y dolores variados.

Al resurgir entre las cenizas, celebran con el entusiasmo reprimido por las circunstancias duras que debieron afrontar con la hidalguía de las circunstancias.

Es el caso de Ricardo Dichiara y Facundo Larreguy, dos jóvenes valores de Racing Club cuya labor fue determinante en el 8-3 propinado a La Amistad de Cipolletti.

Para el papá

Dichiara, a sus 20 años, emigró el pasado verano a Trelew desde Carmen de Patagones. Su padre falleció el año pasado y necesitaba un respiro, tal como relató Jornada cuando Dichiara pisó suelo trelewense.

El sábado, el atacante que poda las malezas del Cayetano Castro para ganar un dinero extra, celebró sus dos goles con los brazos hacia el cielo. Es su festejo habitual, es su dedicatoria al papá.

“Mis dos goles federales son para mi viejo, que me ayuda desde el cielo. Así festejo siempre”, dijo el atacante. “Mi papá es una inspiración para meterle en cada entrenamiento y en cada partido, especialmente cuando las cosas no salen”, explicó.

Ganarle al rechazo

Por su parte, Larreguy, lateral y carrilero, también debutó en las redes a nivel federal con un tanto. Y también superó una dura adversidad antes de llegar a ese momento. En 2012, Larreguy, jugador de Los Aromos en ese entonces, había fichado por Ferrocarril Oeste de Buenos Aires.

Pero el club de Caballito decidió no hacerle contrato a inicios de 2015 tras la pretemporada y quedó a la deriva, con el libro de pases cerrado. Devastado anímicamente, el lateral y carrilero por izquierda retornó a su Trelew natal, donde fichó por Racing Club.

Con su sueño roto a cuestas, intentó encarrilar su carrera. Pero el camino fue un denso camino de espinas. “Cuando me dijeron que no me iban a tener en cuenta en Ferro, había pensado en dejar el fútbol. No es lindo ser rechazado. Volver a adaptarme a la zona no fue fácil”, comentó.

“Fueron años muy duros, difíciles. Se pasan muchas cosas por la cabeza. Pero no me rendí. Racing me abrió las puertas. Y pude hacer mi primer gol federal el otro día”, expresó Larreguy, que hoy tiene 21 años. El caso de Larreguy no es único. Varios jóvenes que prueban suerte en Buenos Aires y son rechazados, sufren al volver.

“Que esos chicos la sigan peleando, que no se rindan, que no todo se acaba en un club. Se bien lo que se siente. Que no bajen los brazos”, concluyó.

Ricardo Dichiara y Facundo Larreguy, dos jóvenes gladiadores de sueños de la “Academia” que siguen haciendo camino al andar.


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