Fernández se reunión con Caserio y apuestan a aglutinar al PJ cordobés

El candidato presidencial del FdT se reunió con el jefe del bloque del PJ en el Senado para estudiar los pasos a seguir en la campaña para la provincia mediterránea, con el foco puesto en aglutinar detrás de su postulación y mejorar los números obtenidos en las PASO.

Alberto Fernández se reunió con el senador Carlos Caserio para coordinar actividades en Córdoba.
22 AGO 2019 - 0:10 | Actualizado

La reunión se desarrolló en las oficinas del ex jefe de Gabinete en el barrio porteño de San Telmo, luego de la comunicación telefónica que, según trascendió, mantuvo con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, con la excusa de los fondos coparticipables que perderían las provincias por la baja de impuestos que anunció el Poder Ejecutivo.

Pero el verdadero motivo del contacto fue coordinar una nueva visita del candidato presidencial a Córdoba, distrito con el que Fernández está obsesionado por su convencimiento de que tiene tierra fértil para crecer electoralmente y perforar la línea de los 30 puntos que obtuvo en las PASO.

En la charla telefónica, el candidato peronista necesitaba asegurarse de que Schiaretti lo recibiera y su pedido habría recibido el visto bueno.

El objetivo de Fernández es seguir trabajando en ampliar su base política en el seno del PJ cordobés a pesar de la toma de distancia que puso en práctica el gobernador frente a las elecciones nacionales y su negativa a encolumnarse detrás del Frente de Todos como hicieron sus pares.

Para lograr su cometido de alinear detrás suyo al PJ cordobés, Fernández tiene en Caserio a su operador de fuste, con probada experiencia como jefe de campaña en cada una de las elecciones de las que participó el peronismo de esa provincia en la última década.

Pese a las presiones cada vez menos disimuladas del "albertismo" para que Schiaretti abandone la neutralidad, cerca del gobernador sostienen que mantendrán la boleta corta de diputados nacionales, con la que Hacemos por Córdoba terminó tercero en una elección que se polarizó entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos.

En el schiarettismo argumentan que no tienen demasiado margen de maniobra ya que el 60% del electorado que puso en la urna la boleta corta de Hacemos por Córdoba eligió también a la fórmula presidencial de Mauricio Macri y Miguel Pichetto, que ganó con autoridad en en la provincia, con el 48%.

En efecto, la lista de diputados de Juntos por el Cambio quedó nueve puntos abajo de la boleta del presidente.

Si el "albertismo" no logra el objetivo de máxima de torcer la voluntad de Schiaretti y arrancarle su respaldo explícito (como el que le prodigan otros 17 gobernadores), al menos trabajará para obtener su apoyo (más solapado) económico y en la logística operativa que exige la campaña en el territorio.

En esa labor se encuentra abocado en estos días Caserio y una serie de intendentes del PJ cordobés, liderados por el jefe comunal de Villa María, Martín Gill.

Si se repitieran los resultados de las PASO, el Frente de Todos lograría tres bancas en la Cámara de Diputados de la Nación, que irían para el presidente nacional de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (APyME), Eduardo Fernández, cercano a Carlos Heller; para la camporista Gabriela Estévez; y para el delasotista y sindicalista del PJ ortodoxo Pablo Chacón, cercano a Sergio Massa.

En cuarto lugar de la nómina y con alguna chance de obtener una banca aparece la kirchnerista Mirta Iriondo, decana de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (FaMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba.

Este miércoles, el postulante presidencial peronista también se reunió con el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet.

Fernández viajará mañana a la provincia de Mendoza para apuntalar la candidatura a gobernadora de la senadora nacional de La Cámpora Anabel Fernández Sagasti, que competirá contra el intendente de la UCR Rodolfo Suárez para suceder al también radical Alfredo Cornejo.

Alberto Fernández se reunió con el senador Carlos Caserio para coordinar actividades en Córdoba.
22 AGO 2019 - 0:10

La reunión se desarrolló en las oficinas del ex jefe de Gabinete en el barrio porteño de San Telmo, luego de la comunicación telefónica que, según trascendió, mantuvo con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, con la excusa de los fondos coparticipables que perderían las provincias por la baja de impuestos que anunció el Poder Ejecutivo.

Pero el verdadero motivo del contacto fue coordinar una nueva visita del candidato presidencial a Córdoba, distrito con el que Fernández está obsesionado por su convencimiento de que tiene tierra fértil para crecer electoralmente y perforar la línea de los 30 puntos que obtuvo en las PASO.

En la charla telefónica, el candidato peronista necesitaba asegurarse de que Schiaretti lo recibiera y su pedido habría recibido el visto bueno.

El objetivo de Fernández es seguir trabajando en ampliar su base política en el seno del PJ cordobés a pesar de la toma de distancia que puso en práctica el gobernador frente a las elecciones nacionales y su negativa a encolumnarse detrás del Frente de Todos como hicieron sus pares.

Para lograr su cometido de alinear detrás suyo al PJ cordobés, Fernández tiene en Caserio a su operador de fuste, con probada experiencia como jefe de campaña en cada una de las elecciones de las que participó el peronismo de esa provincia en la última década.

Pese a las presiones cada vez menos disimuladas del "albertismo" para que Schiaretti abandone la neutralidad, cerca del gobernador sostienen que mantendrán la boleta corta de diputados nacionales, con la que Hacemos por Córdoba terminó tercero en una elección que se polarizó entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos.

En el schiarettismo argumentan que no tienen demasiado margen de maniobra ya que el 60% del electorado que puso en la urna la boleta corta de Hacemos por Córdoba eligió también a la fórmula presidencial de Mauricio Macri y Miguel Pichetto, que ganó con autoridad en en la provincia, con el 48%.

En efecto, la lista de diputados de Juntos por el Cambio quedó nueve puntos abajo de la boleta del presidente.

Si el "albertismo" no logra el objetivo de máxima de torcer la voluntad de Schiaretti y arrancarle su respaldo explícito (como el que le prodigan otros 17 gobernadores), al menos trabajará para obtener su apoyo (más solapado) económico y en la logística operativa que exige la campaña en el territorio.

En esa labor se encuentra abocado en estos días Caserio y una serie de intendentes del PJ cordobés, liderados por el jefe comunal de Villa María, Martín Gill.

Si se repitieran los resultados de las PASO, el Frente de Todos lograría tres bancas en la Cámara de Diputados de la Nación, que irían para el presidente nacional de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (APyME), Eduardo Fernández, cercano a Carlos Heller; para la camporista Gabriela Estévez; y para el delasotista y sindicalista del PJ ortodoxo Pablo Chacón, cercano a Sergio Massa.

En cuarto lugar de la nómina y con alguna chance de obtener una banca aparece la kirchnerista Mirta Iriondo, decana de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (FaMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba.

Este miércoles, el postulante presidencial peronista también se reunió con el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet.

Fernández viajará mañana a la provincia de Mendoza para apuntalar la candidatura a gobernadora de la senadora nacional de La Cámpora Anabel Fernández Sagasti, que competirá contra el intendente de la UCR Rodolfo Suárez para suceder al también radical Alfredo Cornejo.


NOTICIAS RELACIONADAS