Geoffroy: “Mi gran orgullo es poder andar por la calle sin documento y sin dinero y que me reconozcan”

Es, probablemente, uno de los pocos talentos futbolísticos chubutenses que traspasó las fronteras. Vélez, Independiente y Racing de Trelew, Germinal, Argentinos de Gaiman, Huracán de Comodoro y su llegada a Chile (previo paso por Colombia) en donde se convirtió en genio y figura. Y su nueva etapa.

26 SEP 2019 - 20:11 | Actualizado

Por Juan Bigrevich / Redacción Jornada

El “Hugo” Geoffroy ha sido uno de los mejores jugadores de fútbol valletanos de toda su historia que lo llevó a ser profesional en la Argentina y en el continente americano. Hoy, su vida transcurre con otros objetivos y por otros rumbos, como para desmitificar la estigmatizaciòn del fútbolista. Un ejemplo.

La vida sigue. Esa parece no sólo una frase de ocasión, sino también una actitud de vida para Edgardo Geoffroy, uno de los mayores exponentes que el fútbol local tuvo en toda su historia y que se coinvirtió en profesional en eso de jugar a la pelota, tanto en nuestro país como en Colombia y Chile, donde se convirtió en un verdadero ídolo.

Sin embargo, “Hugo”, a los 35 años dijo un día basta y se volvió a Rawson para retirarse en Germinal, donde había empezado. Despuntó el vicio como técnico un corto tiempo y su historia como futbolista finalizó.

Tal vez para sí mismo o para los demás, aquellos que confían en él, Edgardo Geoffroy dio vuelta la página y se empezó a dedicar a cuestiones relacionadas al ámbito social y manejo de grupos; temas que siempre le interesaron y que despertaron un mayor interés tras hacer el curso de técnico en Chile, uno de los más prestigiosos del continente.

Rompiendo el estereotipo del ex jugador que sigue siendo preso del pasado, “Geo”, comenzó a estudiar la carrera de psicología social de la Universidad de la Patagonia a la vez que comenzaba a trabajar en el Servicio de Asistencia a la Víctima (SAVD), una estructura nueva dentro del ámbito de la Procuración Fiscal del Chubut.

Primer psicólogo social

Sin esa nostalgia que suele teñir de gris el futuro de personas que buscan un nuevo rumbo sin renegar del pasado; Edgardo Geoffroy -que ayer cumpliò 62 años- se convirtió en el primer Licenciado en Psicología So social egresado de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y su tesis relacionada con la atención a las víctimas de los delitos mereció una calificación de 9. La alta nota no sólo merece el halago por sí misma, sino que los catedráticos que se la otorgaron elogiaron su trabajo, tanto que sugirieron que la Victimología sea parte de las carreras que tengan que ver con las ciencias humanísticas y que se dictan en aquella alta casa de estudios universitarios, como ciencias sociales, derecho o comunicación social para citar algunas.

Actualmente, Geoffroy es titular del área Procomunidad del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito de Rawson. Se trata de un organismo que depende del Ministerio Público Fiscal y que tiene como objetivo desarrollar tareas preventivas tendientes a evitar nuevas formas de victimización de quienes ya fueron afectados por la consumación de los delitos.

El primer servicio de atención a las víctimas del delito se realizó a mediados de los 80 en Córdoba, dependía del Poder Ejecutivo Provincial por lo que no tenía posibilidades de participar en el proceso penal. La experiencia desarrollada en Chubut a partir del año 1993 y reimpulsado por el Ministerio Fiscal desde el año 2008, desarrolló el acercamiento de la justicia a la comunidad y especialmente en lo relacionado con la atención a las víctimas del delito. Actualmente la experiencia en Chubut es tomada como ejemplo y modelo a nivel nacional. Todo el desarrollo de esta experiencia fue plasmada en la tesis universitaria de Geoffroy.

Prestigio adquirido

“Siempre me interesó el trabajo en materia referente a lo social y creo que voy armando mi camino en ese terreno”, enfatizó Edgardo Geoffroy, quién recalcó “no voy a renegar de mi pasado como jugador de fútbol profesional. Con esa profesión obtuve reconocimientos, satisfacciones y privilegios; pero se que eso un día se acaba y hay que seguir y demostrar que los que hacen algún tipo de deportes no son sólo un pedazo de músculo sin cerebro y que se puede intentar cosas nuevas. Es cuestión de proponérselo u hacerlo con convicción para uno mismo y para todas aquellas personas que confían y lo aprecian a uno”, apuntó finalmente aquel que, con su melena enrulada, gambeteaba a sus adversarios con la misma pasión que, ahora pero con menos pelo, lo hace detrás de un proyecto en donde evita la revictimización de aquellos que siguen sufriendo las secuelas de un delito.

Larga trayectoria

Sin embargo, es insolayable su historia dentro del fútbol.

Edgardo Geoffroy comenzó jugando en Germinal. Pasó a Vélez a mediados de la década del 70 donde se convirtió en profesional. Tuvo chances de jugar en Uniòn de Santa y en el Racing cordobés del “Coco” Basile, pero no arregló y decidiò volverse al sur con pocas expectativas de seguir siendo un futbolista rentado. Independiente de Trelew, luego el Huracán de Comodoro de Oscar “Cacho” Cadars que lo trajo nuevamente a Trelew para conformar el plantel de Racing que cae en la final del Regional ante Roca de Rio Negro en 1981 y su viaje a Chile. Allí, en el vecino pais, su historia toma un extraoridnario impulso y luego de pasar por Linares, O´Higgings de Rancagua, Unión Española de Santiago y Rangers de Talca, encuentra su lugar en el mundo en el Everton. Y si bien tuvo un paso por Uniòn Magdalena de Santa Marta (Colombia) y un Racing, de Avellaneda alquilado para jugar un regional por un equipo de Mendoza; fue en la instituciòn de Viña del Mar donde dejó una huella imborrable. Tanto que fue catalogado como uno de los dos mejores jugadores de toda la historia del club auriazul. Volvió a Germinal, comp pagando una vieja deuda al club que lo vio nacer y tuvo una participaciòn por aquel proyecto unificatorio de Argentinos de Gaiman. Dirigió un corto período a la primera de Germinal y se retiró definitivamente del fútbol. Para comenzar una nueva etapa de su vida, junto a su familia: “un sostén medular en su vida”, como lo expresó “El Hugo”.

“Tuve condiciones naturales para practicar fútbol y fue la base de mi carrera deportiva, pero a ello le sumé disciplina, profesionalismo, actitud y carácter. No sólo hay que saber jugar para ser un futbolista profesional, tambiéns se necesitan otras cosas y yo traté de hacerlo lo más responsable y profesional posible. Desde que comencé en Germinal hasta retirarme”, resaltó Edgardo Geoffroy en su charla con Jornada.

No obstante ello, “Hugo” enfatizó que “ mi mayor orgullo es poder andar por la calle sin documento y sin dinero y que la gente me reconozca por lo que soy. Será que me recordarán como futbolista, como amigo o como a alguien que le hizo un favor o me hicieron un favor.

Andar, disfrutar, vivir. Así como me ven, soy: Sin maquillajes ni dobles mensajes. Ese soy yo. Un apasionado, pero no obsesivo. Familiero”, señaló. El Hugo.

Maldito vidrio

Maldita suerte. O maldita ventana con vidrio. Si bien Edgardo Geoffroy jugó unos meses en Argentinos de Gaiman, el recuerdo del “Hugo” en Germinal es un corte en un tendón en una inolvidable goleada ante Mercedes en la todavía cancha de tierra que lo derivada, al equipo de Rawson, a una semifinal con San Miguel para llegar a la naciente B Nacional. No pudo ser, ni para el Verde ni para Geoffroy. Un cristal traicionero lo lesionó feo y lo obligó a mirar de afuera como se caia en Los Polvorines.

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26 SEP 2019 - 20:11

Por Juan Bigrevich / Redacción Jornada

El “Hugo” Geoffroy ha sido uno de los mejores jugadores de fútbol valletanos de toda su historia que lo llevó a ser profesional en la Argentina y en el continente americano. Hoy, su vida transcurre con otros objetivos y por otros rumbos, como para desmitificar la estigmatizaciòn del fútbolista. Un ejemplo.

La vida sigue. Esa parece no sólo una frase de ocasión, sino también una actitud de vida para Edgardo Geoffroy, uno de los mayores exponentes que el fútbol local tuvo en toda su historia y que se coinvirtió en profesional en eso de jugar a la pelota, tanto en nuestro país como en Colombia y Chile, donde se convirtió en un verdadero ídolo.

Sin embargo, “Hugo”, a los 35 años dijo un día basta y se volvió a Rawson para retirarse en Germinal, donde había empezado. Despuntó el vicio como técnico un corto tiempo y su historia como futbolista finalizó.

Tal vez para sí mismo o para los demás, aquellos que confían en él, Edgardo Geoffroy dio vuelta la página y se empezó a dedicar a cuestiones relacionadas al ámbito social y manejo de grupos; temas que siempre le interesaron y que despertaron un mayor interés tras hacer el curso de técnico en Chile, uno de los más prestigiosos del continente.

Rompiendo el estereotipo del ex jugador que sigue siendo preso del pasado, “Geo”, comenzó a estudiar la carrera de psicología social de la Universidad de la Patagonia a la vez que comenzaba a trabajar en el Servicio de Asistencia a la Víctima (SAVD), una estructura nueva dentro del ámbito de la Procuración Fiscal del Chubut.

Primer psicólogo social

Sin esa nostalgia que suele teñir de gris el futuro de personas que buscan un nuevo rumbo sin renegar del pasado; Edgardo Geoffroy -que ayer cumpliò 62 años- se convirtió en el primer Licenciado en Psicología So social egresado de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y su tesis relacionada con la atención a las víctimas de los delitos mereció una calificación de 9. La alta nota no sólo merece el halago por sí misma, sino que los catedráticos que se la otorgaron elogiaron su trabajo, tanto que sugirieron que la Victimología sea parte de las carreras que tengan que ver con las ciencias humanísticas y que se dictan en aquella alta casa de estudios universitarios, como ciencias sociales, derecho o comunicación social para citar algunas.

Actualmente, Geoffroy es titular del área Procomunidad del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito de Rawson. Se trata de un organismo que depende del Ministerio Público Fiscal y que tiene como objetivo desarrollar tareas preventivas tendientes a evitar nuevas formas de victimización de quienes ya fueron afectados por la consumación de los delitos.

El primer servicio de atención a las víctimas del delito se realizó a mediados de los 80 en Córdoba, dependía del Poder Ejecutivo Provincial por lo que no tenía posibilidades de participar en el proceso penal. La experiencia desarrollada en Chubut a partir del año 1993 y reimpulsado por el Ministerio Fiscal desde el año 2008, desarrolló el acercamiento de la justicia a la comunidad y especialmente en lo relacionado con la atención a las víctimas del delito. Actualmente la experiencia en Chubut es tomada como ejemplo y modelo a nivel nacional. Todo el desarrollo de esta experiencia fue plasmada en la tesis universitaria de Geoffroy.

Prestigio adquirido

“Siempre me interesó el trabajo en materia referente a lo social y creo que voy armando mi camino en ese terreno”, enfatizó Edgardo Geoffroy, quién recalcó “no voy a renegar de mi pasado como jugador de fútbol profesional. Con esa profesión obtuve reconocimientos, satisfacciones y privilegios; pero se que eso un día se acaba y hay que seguir y demostrar que los que hacen algún tipo de deportes no son sólo un pedazo de músculo sin cerebro y que se puede intentar cosas nuevas. Es cuestión de proponérselo u hacerlo con convicción para uno mismo y para todas aquellas personas que confían y lo aprecian a uno”, apuntó finalmente aquel que, con su melena enrulada, gambeteaba a sus adversarios con la misma pasión que, ahora pero con menos pelo, lo hace detrás de un proyecto en donde evita la revictimización de aquellos que siguen sufriendo las secuelas de un delito.

Larga trayectoria

Sin embargo, es insolayable su historia dentro del fútbol.

Edgardo Geoffroy comenzó jugando en Germinal. Pasó a Vélez a mediados de la década del 70 donde se convirtió en profesional. Tuvo chances de jugar en Uniòn de Santa y en el Racing cordobés del “Coco” Basile, pero no arregló y decidiò volverse al sur con pocas expectativas de seguir siendo un futbolista rentado. Independiente de Trelew, luego el Huracán de Comodoro de Oscar “Cacho” Cadars que lo trajo nuevamente a Trelew para conformar el plantel de Racing que cae en la final del Regional ante Roca de Rio Negro en 1981 y su viaje a Chile. Allí, en el vecino pais, su historia toma un extraoridnario impulso y luego de pasar por Linares, O´Higgings de Rancagua, Unión Española de Santiago y Rangers de Talca, encuentra su lugar en el mundo en el Everton. Y si bien tuvo un paso por Uniòn Magdalena de Santa Marta (Colombia) y un Racing, de Avellaneda alquilado para jugar un regional por un equipo de Mendoza; fue en la instituciòn de Viña del Mar donde dejó una huella imborrable. Tanto que fue catalogado como uno de los dos mejores jugadores de toda la historia del club auriazul. Volvió a Germinal, comp pagando una vieja deuda al club que lo vio nacer y tuvo una participaciòn por aquel proyecto unificatorio de Argentinos de Gaiman. Dirigió un corto período a la primera de Germinal y se retiró definitivamente del fútbol. Para comenzar una nueva etapa de su vida, junto a su familia: “un sostén medular en su vida”, como lo expresó “El Hugo”.

“Tuve condiciones naturales para practicar fútbol y fue la base de mi carrera deportiva, pero a ello le sumé disciplina, profesionalismo, actitud y carácter. No sólo hay que saber jugar para ser un futbolista profesional, tambiéns se necesitan otras cosas y yo traté de hacerlo lo más responsable y profesional posible. Desde que comencé en Germinal hasta retirarme”, resaltó Edgardo Geoffroy en su charla con Jornada.

No obstante ello, “Hugo” enfatizó que “ mi mayor orgullo es poder andar por la calle sin documento y sin dinero y que la gente me reconozca por lo que soy. Será que me recordarán como futbolista, como amigo o como a alguien que le hizo un favor o me hicieron un favor.

Andar, disfrutar, vivir. Así como me ven, soy: Sin maquillajes ni dobles mensajes. Ese soy yo. Un apasionado, pero no obsesivo. Familiero”, señaló. El Hugo.

Maldito vidrio

Maldita suerte. O maldita ventana con vidrio. Si bien Edgardo Geoffroy jugó unos meses en Argentinos de Gaiman, el recuerdo del “Hugo” en Germinal es un corte en un tendón en una inolvidable goleada ante Mercedes en la todavía cancha de tierra que lo derivada, al equipo de Rawson, a una semifinal con San Miguel para llegar a la naciente B Nacional. No pudo ser, ni para el Verde ni para Geoffroy. Un cristal traicionero lo lesionó feo y lo obligó a mirar de afuera como se caia en Los Polvorines.


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