Harbisson reivindicó el derecho a adquirir nuevos sentidos a través de implantes como el que el lleva en su cabeza, una antena conectada al cerebro que le permite percibir los colores en forma de sonidos, durante el discurso que brindó en la conferencia sobre ciencia y tecnología International HR Conference, en España.
El artista vanguardista de 35 años nació con una enfermedad, la acromatopsia, que impide la percepción de los colores más allá de los negros, blancos y grises.
"El color es un elemento muy importante y no quería estar excluido socialmente", argumentó, así que en 2004 le propuso a un médico que le injertara una antena en la cabeza capaz de percibir la frecuencia de cada tonalidad y, tras memorizarla, identificar el color correspondiente.
Sin embargo, Harbisson fue un paso más allá y decidió que dentro de su abanico de vibraciones se incluyera la luz ultravioleta y los infrarrojos, en un intento de sobrepasar los límites humanos.
"Un médico de Barcelona anónimo accedió a operarme", subrayó Harbisson, después de comentar algunos de los problemas bioéticos que le planteó el primer cirujano al que acudió, entre ellos, que "la antena no es una parte preexistente del cuerpo o que no es ético superar el espectro sensorial de los humanos", añadió.
Tras la operación, Harbisson desarrolló un nuevo sentido que le permite saber a qué suena una cara, "por ejemplo, mediante las diferentes formas de rojo de unos labios", pintar un cuadro a través de un discurso o vestir una canción.
La antena no es el único dispositivo que tiene incorporado, ya que en la rodilla lleva implantado un chip que le permite saber dónde se encuentra el norte geomagnético, "un sentido que tienen diversos animales", recalcó.
"La condición de cyborg me acerca más a la naturaleza, permitiéndome percibir elementos naturales que los humanos no perciben y estar más cerca de otras especies", comentó, según informó hoy EFE.
El artista afirmó que "cada uno debe ser libre de escoger qué órganos quiere como especie".
"Hay personas, sobre todo jóvenes, que se sienten cyborgs antes de poder operarse y que, como las personas transgénero, deciden cambiar su cuerpo una vez son mayores de edad", expresó.
La próxima operación que Harbisson tiene en mente consistirá en el injerto de una corona interna en la cabeza que permite saber dónde está brillando el sol en cada momento.
Harbisson reivindicó el derecho a adquirir nuevos sentidos a través de implantes como el que el lleva en su cabeza, una antena conectada al cerebro que le permite percibir los colores en forma de sonidos, durante el discurso que brindó en la conferencia sobre ciencia y tecnología International HR Conference, en España.
El artista vanguardista de 35 años nació con una enfermedad, la acromatopsia, que impide la percepción de los colores más allá de los negros, blancos y grises.
"El color es un elemento muy importante y no quería estar excluido socialmente", argumentó, así que en 2004 le propuso a un médico que le injertara una antena en la cabeza capaz de percibir la frecuencia de cada tonalidad y, tras memorizarla, identificar el color correspondiente.
Sin embargo, Harbisson fue un paso más allá y decidió que dentro de su abanico de vibraciones se incluyera la luz ultravioleta y los infrarrojos, en un intento de sobrepasar los límites humanos.
"Un médico de Barcelona anónimo accedió a operarme", subrayó Harbisson, después de comentar algunos de los problemas bioéticos que le planteó el primer cirujano al que acudió, entre ellos, que "la antena no es una parte preexistente del cuerpo o que no es ético superar el espectro sensorial de los humanos", añadió.
Tras la operación, Harbisson desarrolló un nuevo sentido que le permite saber a qué suena una cara, "por ejemplo, mediante las diferentes formas de rojo de unos labios", pintar un cuadro a través de un discurso o vestir una canción.
La antena no es el único dispositivo que tiene incorporado, ya que en la rodilla lleva implantado un chip que le permite saber dónde se encuentra el norte geomagnético, "un sentido que tienen diversos animales", recalcó.
"La condición de cyborg me acerca más a la naturaleza, permitiéndome percibir elementos naturales que los humanos no perciben y estar más cerca de otras especies", comentó, según informó hoy EFE.
El artista afirmó que "cada uno debe ser libre de escoger qué órganos quiere como especie".
"Hay personas, sobre todo jóvenes, que se sienten cyborgs antes de poder operarse y que, como las personas transgénero, deciden cambiar su cuerpo una vez son mayores de edad", expresó.
La próxima operación que Harbisson tiene en mente consistirá en el injerto de una corona interna en la cabeza que permite saber dónde está brillando el sol en cada momento.