Un informe de las Naciones Unidas alertó que en los cinco días que lleva la ofensiva unas 130.000 personas fueron desplazadas y debieron alojarse en casas de familiares en otras localidades, producto del avance de los ataque turcos.
Muchos de los desplazados también debieron ser alojados en escuelas o refugios colectivos en ciudades como Tal Amr, Hasakeh o Raqa (la que fuera capital de facto del Estado Islámico hasta 2017), señaló la ONU, que también advirtió que los afectados podrían llegar a ser 400.000 en los próximos días.
Naciones Unidas también alertó de que los hospitales públicos y privados de Ras al Ain y Tell Abiad, ciudades ya ocupadas en su totalidad por las tropas turcas, cerraron sus puertas el viernes.
Más de 400.000 personas quedaron sin abastecimiento de agua en la zona de Hasakeh, incluidos 82.000 habitantes de los campos de refugiados de Al Hol y Areesha, informó la agencia de noticias EFE.
Las alarmantes cifras son las consecuencias provisorias de la ofensiva resuelta por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que se inició el miércoles pasado y que se propone desplazar a las milicias kurdo sirias que controlan las localidades fronterizas con Turquía.
La intención de Erdogan, es crear una "zona segura" donde relocalizar a los más de tres millones de refugiados sirios que huyeron a Turquía por el conflicto en su país.
Un informe de las Naciones Unidas alertó que en los cinco días que lleva la ofensiva unas 130.000 personas fueron desplazadas y debieron alojarse en casas de familiares en otras localidades, producto del avance de los ataque turcos.
Muchos de los desplazados también debieron ser alojados en escuelas o refugios colectivos en ciudades como Tal Amr, Hasakeh o Raqa (la que fuera capital de facto del Estado Islámico hasta 2017), señaló la ONU, que también advirtió que los afectados podrían llegar a ser 400.000 en los próximos días.
Naciones Unidas también alertó de que los hospitales públicos y privados de Ras al Ain y Tell Abiad, ciudades ya ocupadas en su totalidad por las tropas turcas, cerraron sus puertas el viernes.
Más de 400.000 personas quedaron sin abastecimiento de agua en la zona de Hasakeh, incluidos 82.000 habitantes de los campos de refugiados de Al Hol y Areesha, informó la agencia de noticias EFE.
Las alarmantes cifras son las consecuencias provisorias de la ofensiva resuelta por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que se inició el miércoles pasado y que se propone desplazar a las milicias kurdo sirias que controlan las localidades fronterizas con Turquía.
La intención de Erdogan, es crear una "zona segura" donde relocalizar a los más de tres millones de refugiados sirios que huyeron a Turquía por el conflicto en su país.