Por Ismael Tebes.
En la provincia que es una máquina de hacer campeones, no todos los debuts rompen el molde. Especialmente el arranque de Adrián Maximiliano Robledo como boxeador profesional podría convertirse en una fecha para tener en cuenta. Un material que encajaría en el “copy page” de cualquier gacetilla en una futura gran noche.
Da para ilusionarse el salto a los guantes chicos que dará “Maxy”, quien parece haber encontrado el equilibrio físico y mental para cumplir con éste trámite, imprescindible en la carrera de cualquier jóven que asome como proyecto.
“Me siento física y técnicamente mucho mejor que otros años. Estoy en la edad justa para adecuarme bien y trabajar en una categoría”, cuenta Robledo a JORNADA a poco de estrenar licencia éste viernes en el Club Huracán enfrentando a cuatro rounds –o menos- al rionegrino Emanuel Bastías (1-1, con 1 antes del límite). Ahora integrando el team cubano que lidera Dream Box, Robledo dice estar a punto para dar un paso crucial de su renovada vida deportiva. “Mi estilo no cambió mucho, sólo mejoró la defensa. Yo sigo con mi estilo que es agresivo, de ataque con la diferencia de que ahora soy mucho más ordenado”.
Promete subir los escalones de manera gradual, sin mirar lo que de él se dice en el ambiente. “Mis objetivos siempre fueron de pelea en pelea y creo que voy a seguir igual. Me propuse éste año hacerme profesional con la idea de crecer, sumar y pelear con los mejores en supergallo y pluma”.
Robledo, un boxeador de sangre heredada y formación familiar reconoce el trabajo de su padre Américo y el valor de haber sostenido aquel arranque no tanto lejano. “Llegué a estar invicto en más de treinta peleas como amateur. También gané muchos títulos por mi forma de entrenar. Hoy la vida me hace estar en otro gimnasio, con otro equipo igual de bueno. Siempre le voy a estar agradecido a mi viejo y espero que me acompañe junto a toda mi familia en esto nuevo que estoy empezando”. De su paso por el campo aficionado, “Maxi” reconoce un alto poder de definiciones rápidas, algo poco común en éste terreno como el Campeonato Argentino obtenido en 2016 con el rótulo de haber sido el mejor boxeador de aquel campeonato. “Hice 34 peleas, solamente perdí 2 y metí 19 nocauts. Fui campeón de la Liga Bonaerense; de los Juegos Evita y me consideraron el mejor deportista de Trelew. Con todo eso, me quedo más que satisfecho de mi paso por el amauteurismo”. Para Robledo la vara parece estar muy alta en términos de expectativa ya que muchos lo consideran un talento; un virtuoso que dará que hablar y sin dudas una figura en ciernes a la par de Matías Montesino, su rival del “duelo que no fue” y ahora compañero de escudería y otros tantos. Es que a su virtuosismo técnico; su gran pegada y el estilo clásico, mudado a éstos tiempos de cantidad y calidad de golpes Robledo le suma la seriedad; el trabajo y la disciplina. “Yo nunca me ví como una figura. En Trelew hay muchos boxeadores y muy buenos. Igual me gusta que la gente piense eso aunque yo nunca me lo creí. Esto es de a poco, el público me tiene que conocer y yo tengo que mostrarle mi trabajo en el ring. Ojalá vengan a verme los que estuvieron en mis comienzos y los que están ahora, amigos, vecinos, familia, compañeros de gimnasio y gente del boxeo. Será muy importante contar con su aliento. Será la primera como profesional y será una gran noche”, finalizó Robledo.
Por Ismael Tebes.
En la provincia que es una máquina de hacer campeones, no todos los debuts rompen el molde. Especialmente el arranque de Adrián Maximiliano Robledo como boxeador profesional podría convertirse en una fecha para tener en cuenta. Un material que encajaría en el “copy page” de cualquier gacetilla en una futura gran noche.
Da para ilusionarse el salto a los guantes chicos que dará “Maxy”, quien parece haber encontrado el equilibrio físico y mental para cumplir con éste trámite, imprescindible en la carrera de cualquier jóven que asome como proyecto.
“Me siento física y técnicamente mucho mejor que otros años. Estoy en la edad justa para adecuarme bien y trabajar en una categoría”, cuenta Robledo a JORNADA a poco de estrenar licencia éste viernes en el Club Huracán enfrentando a cuatro rounds –o menos- al rionegrino Emanuel Bastías (1-1, con 1 antes del límite). Ahora integrando el team cubano que lidera Dream Box, Robledo dice estar a punto para dar un paso crucial de su renovada vida deportiva. “Mi estilo no cambió mucho, sólo mejoró la defensa. Yo sigo con mi estilo que es agresivo, de ataque con la diferencia de que ahora soy mucho más ordenado”.
Promete subir los escalones de manera gradual, sin mirar lo que de él se dice en el ambiente. “Mis objetivos siempre fueron de pelea en pelea y creo que voy a seguir igual. Me propuse éste año hacerme profesional con la idea de crecer, sumar y pelear con los mejores en supergallo y pluma”.
Robledo, un boxeador de sangre heredada y formación familiar reconoce el trabajo de su padre Américo y el valor de haber sostenido aquel arranque no tanto lejano. “Llegué a estar invicto en más de treinta peleas como amateur. También gané muchos títulos por mi forma de entrenar. Hoy la vida me hace estar en otro gimnasio, con otro equipo igual de bueno. Siempre le voy a estar agradecido a mi viejo y espero que me acompañe junto a toda mi familia en esto nuevo que estoy empezando”. De su paso por el campo aficionado, “Maxi” reconoce un alto poder de definiciones rápidas, algo poco común en éste terreno como el Campeonato Argentino obtenido en 2016 con el rótulo de haber sido el mejor boxeador de aquel campeonato. “Hice 34 peleas, solamente perdí 2 y metí 19 nocauts. Fui campeón de la Liga Bonaerense; de los Juegos Evita y me consideraron el mejor deportista de Trelew. Con todo eso, me quedo más que satisfecho de mi paso por el amauteurismo”. Para Robledo la vara parece estar muy alta en términos de expectativa ya que muchos lo consideran un talento; un virtuoso que dará que hablar y sin dudas una figura en ciernes a la par de Matías Montesino, su rival del “duelo que no fue” y ahora compañero de escudería y otros tantos. Es que a su virtuosismo técnico; su gran pegada y el estilo clásico, mudado a éstos tiempos de cantidad y calidad de golpes Robledo le suma la seriedad; el trabajo y la disciplina. “Yo nunca me ví como una figura. En Trelew hay muchos boxeadores y muy buenos. Igual me gusta que la gente piense eso aunque yo nunca me lo creí. Esto es de a poco, el público me tiene que conocer y yo tengo que mostrarle mi trabajo en el ring. Ojalá vengan a verme los que estuvieron en mis comienzos y los que están ahora, amigos, vecinos, familia, compañeros de gimnasio y gente del boxeo. Será muy importante contar con su aliento. Será la primera como profesional y será una gran noche”, finalizó Robledo.