Fiesta Nacional del Tren a Vapor presenta a Rodrigo Taparí, Soledad, Banda XXI y Los Caldenes
Desde la comisión organizadora de 25° Fiesta Nacional del Tren a Vapor, con sede en El Maitén, confirmaron ayer la grilla artística central de espectáculos, que tendrá como números principales a Los Caldenes el viernes 7 de febrero; a Banda XXI para el sábado 8 y a Rodrigo Taparí y Soledad para el domingo 9.
Se agregan todos los músicos y grupos de danzas de la región. La entrada al predio, ubicado frente a la estación, es libre y gratuita. Para el cierre está organizado un bingo con $250.000 en premios.
Además, durante los días de festejos, los visitantes podrán disfrutar de los paseos en tren, con salidas cada una hora a un costo popular de $200; más los recorridos por el museo ferroviario y los talleres donde aún se reparan las locomotoras y vagones, que incluyen la fabricación de las piezas con maquinaria de hace un siglo.
También habrá actividades culturales, como el encuentro de escritores locales y regionales, con la presentación del concertista Juan Guillermo Curilén; la exposición y venta de artesanías; las destrezas criollas en el campo de jineteada “El Bagual” y las clásicas carreras cuadreras que convocan multitudes en el club hípico “Yatasto”, en la costa del río Chubut.
Entre las pruebas deportivas programadas, el sábado habrá una carrera combinada de pedestrismo (8 km) y kayak (4 km), en el camping municipal. En coincidencia, se harán competencias espontaneas de vóley playero y campeonato de penales entre lugareños y turistas.
A todo ello se agrega el exclusivo patio de comidas, anexo al predio de la fiesta, ahora con pantalla gigante para seguir todo lo que ocurre en el escenario principal.
Con su trocha “económica” de sólo 75 cm, La Trochita recorría hasta la década del ’80 los 402 km entre Ingeniero Jacobacci y Esquel, donde doblaba en más de 600 curvas. El ramal se gestó en 1909 (bajo el impulso de Ezequiel Ramos Mejía), con la premisa de consolidar poblaciones y transportar productos agropecuarios (atraviesa íntegramente las estancias inglesas -hoy Benetton- de norte a sur), además de las cargas comerciales de una franja cordillerana que se extendía por las provincias de Río Negro y Chubut. Incluso localidades como El Bolsón, Cholila, Cushamen y Epuyén, dependíeron del tren para abastecerse, hasta que finalmente se pavimentó la ruta nacional 40.
A El Maitén llegó en 1942 y a Esquel en 1945 y más allá de que demoraba entre 15 y 20 horas, según las condiciones climáticas, fue “un auténtico nexo de comunicación y desarrollo de los pueblos patagónicos, transportando gran parte de la mercadería y la producción ganadera y minera de la zona, junto a los pasajeros que debían trasladarse al norte del país”.
Otro de los clásicos en estos festejos era el desfile de las carrozas armadas en cada barrio y paraje por los vecinos, aunque en esta edición (por cuestiones económicas) no se hará. Se sumaba el desafío de los visitantes para hacer andar las “zorras”, imitando el trabajo que hacían los antiguos obreros ferroviarios para despejar las vías y permitir el paso del Viejo Expreso Patagónico, muchas veces interrumpidas por grandes nevadas o aludes. “Estamos trabajando en ello”, respondieron desde la coordinación acerca de la posibilidad de reeditar dicha actividad.
“La emoción nos embarga a la hora del homenaje anual a La Trochita, porque muchos de nosotros nacimos en el viejo hospital ferroviario a un costado de las vías. Esta fiesta apunta a mostrar lo que somos, el verdadero corazón del ramal, recordar a nuestros jubilados y a esos verdaderos artesanos del trencito, que cada día se las ingenian para que siga funcionando y transportando turistas”, destacó el intendente Oscar “Corcho” Currilén.
El Maitén también ofrece un parque natural protegido en el Cañadón de los Ensueños (Buenos Aires Chico), el cerro de la Cruz, el río Chubut y sus edificios históricos. Entre los servicios para el turismo se incluye “la buena gastronomía cordillerana, alojamiento en hoteles y cabañas y una feria con artesanías y productos elaborados en el mismo pueblo”, detallaron desde el municipio.
Se agregan todos los músicos y grupos de danzas de la región. La entrada al predio, ubicado frente a la estación, es libre y gratuita. Para el cierre está organizado un bingo con $250.000 en premios.
Además, durante los días de festejos, los visitantes podrán disfrutar de los paseos en tren, con salidas cada una hora a un costo popular de $200; más los recorridos por el museo ferroviario y los talleres donde aún se reparan las locomotoras y vagones, que incluyen la fabricación de las piezas con maquinaria de hace un siglo.
También habrá actividades culturales, como el encuentro de escritores locales y regionales, con la presentación del concertista Juan Guillermo Curilén; la exposición y venta de artesanías; las destrezas criollas en el campo de jineteada “El Bagual” y las clásicas carreras cuadreras que convocan multitudes en el club hípico “Yatasto”, en la costa del río Chubut.
Entre las pruebas deportivas programadas, el sábado habrá una carrera combinada de pedestrismo (8 km) y kayak (4 km), en el camping municipal. En coincidencia, se harán competencias espontaneas de vóley playero y campeonato de penales entre lugareños y turistas.
A todo ello se agrega el exclusivo patio de comidas, anexo al predio de la fiesta, ahora con pantalla gigante para seguir todo lo que ocurre en el escenario principal.
Con su trocha “económica” de sólo 75 cm, La Trochita recorría hasta la década del ’80 los 402 km entre Ingeniero Jacobacci y Esquel, donde doblaba en más de 600 curvas. El ramal se gestó en 1909 (bajo el impulso de Ezequiel Ramos Mejía), con la premisa de consolidar poblaciones y transportar productos agropecuarios (atraviesa íntegramente las estancias inglesas -hoy Benetton- de norte a sur), además de las cargas comerciales de una franja cordillerana que se extendía por las provincias de Río Negro y Chubut. Incluso localidades como El Bolsón, Cholila, Cushamen y Epuyén, dependíeron del tren para abastecerse, hasta que finalmente se pavimentó la ruta nacional 40.
A El Maitén llegó en 1942 y a Esquel en 1945 y más allá de que demoraba entre 15 y 20 horas, según las condiciones climáticas, fue “un auténtico nexo de comunicación y desarrollo de los pueblos patagónicos, transportando gran parte de la mercadería y la producción ganadera y minera de la zona, junto a los pasajeros que debían trasladarse al norte del país”.
Otro de los clásicos en estos festejos era el desfile de las carrozas armadas en cada barrio y paraje por los vecinos, aunque en esta edición (por cuestiones económicas) no se hará. Se sumaba el desafío de los visitantes para hacer andar las “zorras”, imitando el trabajo que hacían los antiguos obreros ferroviarios para despejar las vías y permitir el paso del Viejo Expreso Patagónico, muchas veces interrumpidas por grandes nevadas o aludes. “Estamos trabajando en ello”, respondieron desde la coordinación acerca de la posibilidad de reeditar dicha actividad.
“La emoción nos embarga a la hora del homenaje anual a La Trochita, porque muchos de nosotros nacimos en el viejo hospital ferroviario a un costado de las vías. Esta fiesta apunta a mostrar lo que somos, el verdadero corazón del ramal, recordar a nuestros jubilados y a esos verdaderos artesanos del trencito, que cada día se las ingenian para que siga funcionando y transportando turistas”, destacó el intendente Oscar “Corcho” Currilén.
El Maitén también ofrece un parque natural protegido en el Cañadón de los Ensueños (Buenos Aires Chico), el cerro de la Cruz, el río Chubut y sus edificios históricos. Entre los servicios para el turismo se incluye “la buena gastronomía cordillerana, alojamiento en hoteles y cabañas y una feria con artesanías y productos elaborados en el mismo pueblo”, detallaron desde el municipio.