La jornada electoral se desarrolla en las ciudades con más de 200.000 habitantes en las cuales el 15 de noviembre ningún candidato superó el 50 por ciento, y que resultaron una amplia derrota, por ejemplo, para los candidatos bolsonaristas que proclamaban la antipolítica y el ultraderechismo.
Las elecciones terminarán a las 17 -misma hora en la Argentina-, y están previstas encuestas a boca de urna a las 18, según la prensa local.
La justicia electoral obliga a los votantes a ir con barbijo a los centros de votación.
El foco estará puesto en la mayor ciudad del país, San Pablo, donde es favorito según las encuestas el vencedor de la primera vuelta, el intendente centroderechista Bruno Covas, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por sobre el izquierdista Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Este domingo, una de los primeras personas en emitir el voto en su centro de votación fue el expresidente Michel Temer, quien forma parte de la alianza de Covas en San Pablo,
En Río de Janeiro, el bolsonarismo perdería la intendencia ya que según las encuestas el actual alcalde, Marcelo Crivella, pastor evangelista de la Iglesia Universal, caería por 70% a 30% ante el exintendente Eduardo Paes, del derechista Demócratas.
Paes era del Movimiento de la Democracia Brasileña de los detenidos exgobernadores de Río Sergio Cabral y Luiz Pezao y luego de los escándalos de corrupción volvió con uno de los partidos estrella de esta elección, Demócratas, que busca posicionar al animador de la TV Globo y magnate Luciano Huck como su candidato presidencial en 2022.
En Recife, capital del estado nordestino de Pernambuco, el pleito será entre primos, descendientes del exgobernador y luchador por los derechos humanos Miguel Arraes.
Son Joao Campos, hijo del fallecido excandidato presidencial Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y Marilia Arraes, del PT.
Ambos están en empate técnico en medio de una campaña en la cual hubo golpes bajos y salieron al sol trapitos de las familias de centroizquierda que dominan la política en Pernambuco.
En Fortaleza, José Sarto, del PDT de Ciro Gomes y apoyado por el PT, tiene 60% de intención de voto contra 40% del excapitán de la policía Wagner Sousa, un derechista que reivindicaba a Bolsonaro pero que abandonó la última semana el uso de la imagen del mandatario para intentar revertir el alto rechazo que la imagen presidencial genera en la capital de Ceará.
En Porto Alegre, el bolsonarismo se movió para que sus votantes apoyen a Sebastiao Mello, del centroderechista MDB, favorito, contra Manuela Dávila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB).
La izquierda realizó una experiencia inédita en Belém, capital del estado amazónico de Pará, donde Edmilson Rodrigues, del PSOL y toda la alianza de izquierda y centroizquierda, disputan contra el derechista comisario Everaldo Eguchi, del partido Patriotas, allegado al bolsonarismo.
La jornada electoral se desarrolla en las ciudades con más de 200.000 habitantes en las cuales el 15 de noviembre ningún candidato superó el 50 por ciento, y que resultaron una amplia derrota, por ejemplo, para los candidatos bolsonaristas que proclamaban la antipolítica y el ultraderechismo.
Las elecciones terminarán a las 17 -misma hora en la Argentina-, y están previstas encuestas a boca de urna a las 18, según la prensa local.
La justicia electoral obliga a los votantes a ir con barbijo a los centros de votación.
El foco estará puesto en la mayor ciudad del país, San Pablo, donde es favorito según las encuestas el vencedor de la primera vuelta, el intendente centroderechista Bruno Covas, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por sobre el izquierdista Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Este domingo, una de los primeras personas en emitir el voto en su centro de votación fue el expresidente Michel Temer, quien forma parte de la alianza de Covas en San Pablo,
En Río de Janeiro, el bolsonarismo perdería la intendencia ya que según las encuestas el actual alcalde, Marcelo Crivella, pastor evangelista de la Iglesia Universal, caería por 70% a 30% ante el exintendente Eduardo Paes, del derechista Demócratas.
Paes era del Movimiento de la Democracia Brasileña de los detenidos exgobernadores de Río Sergio Cabral y Luiz Pezao y luego de los escándalos de corrupción volvió con uno de los partidos estrella de esta elección, Demócratas, que busca posicionar al animador de la TV Globo y magnate Luciano Huck como su candidato presidencial en 2022.
En Recife, capital del estado nordestino de Pernambuco, el pleito será entre primos, descendientes del exgobernador y luchador por los derechos humanos Miguel Arraes.
Son Joao Campos, hijo del fallecido excandidato presidencial Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y Marilia Arraes, del PT.
Ambos están en empate técnico en medio de una campaña en la cual hubo golpes bajos y salieron al sol trapitos de las familias de centroizquierda que dominan la política en Pernambuco.
En Fortaleza, José Sarto, del PDT de Ciro Gomes y apoyado por el PT, tiene 60% de intención de voto contra 40% del excapitán de la policía Wagner Sousa, un derechista que reivindicaba a Bolsonaro pero que abandonó la última semana el uso de la imagen del mandatario para intentar revertir el alto rechazo que la imagen presidencial genera en la capital de Ceará.
En Porto Alegre, el bolsonarismo se movió para que sus votantes apoyen a Sebastiao Mello, del centroderechista MDB, favorito, contra Manuela Dávila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB).
La izquierda realizó una experiencia inédita en Belém, capital del estado amazónico de Pará, donde Edmilson Rodrigues, del PSOL y toda la alianza de izquierda y centroizquierda, disputan contra el derechista comisario Everaldo Eguchi, del partido Patriotas, allegado al bolsonarismo.