Con las temperaturas batiendo récords todos los años, la década 2011-2020 será la más cálida nunca vista, y los últimos seis años, desde 2015, los de mayor temperatura que se han registrado, según el informe anual provisional del estado del clima de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
"2020 fue, por desgracia, otro año preocupante para el clima", dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
La evaluación de ese organismo se basa en cinco tipos de datos que sitúan actualmente a 2020 como el segundo año con las temperaturas más altas, detrás de 2016 y delante de 2019.
Sin embargo, las diferencias de temperatura entre estos tres años son mínimas, y la clasificación podría cambiar una vez que estén disponibles los datos completos de 2020.
"Los récords de calor suelen coincidir con años de fuertes episodios de El Niño, como ocurrió en 2016. La Niña, por el contrario, suele enfriar la temperatura mundial, pero el importante fenómeno de La Niña de este año no ha servido para frenar el calentamiento", afirmó Taalas, quien agregó que "a pesar de La Niña, este año apunta a récord, como el de 2016".
Asimismo, existe una probabilidad sobre cinco de que de aquí a 2024 el aumento de temperatura se sitúe temporalmente por encima de la barrera de 1,5ºC con respecto a la época preindustrial que fijó el Acuerdo de París.
La OMM aseguró que el calor extremo, los incendios, las inundaciones, la acidificación de los océanos o la temporada récord de huracanes en el Atlántico son signos de que el cambio climático sigue inexorable su curso este año, "incrementando la inestabilidad que la pandemia de Covid-19 provoca sobre la economía, la salud y la seguridad global".
La subida de temperaturas más fuerte se dio en el norte de Asia, en el Ártico siberiano, donde fueron superiores en 5ºC a la media.
El 20 de junio se dio una máxima de 38ºC en Verkhoyansk, lo que la sitúa provisionalmente en la más alta registrada al norte del circulo polar ártico.
Asimismo, la temporada de incendios, que afectó a amplias zonas de Australia, Siberia, el sur de la costa Oeste de Estados Unidos y América del Sur, fue la más virulenta de los últimos 18 años.
"Las inundaciones en algunas regiones de África y del sudeste asiático provocaron desplazamientos masivos de población y aumentaron el riesgo de hambruna de millones de personas", apuntó Taalas tras conocerse el informe.
En tanto, la capa de hielo marino ártico se situó en septiembre en su mínimo anual, el segundo menos extenso de 42 años de observaciones por satélite.
La extensión del hielo marino antártico en 2020, por el contrario, fue similar o algo superior a la media de los 42 últimos años, mientras que en Groenlandia siguió perdiendo masa, pero a un ritmo menor que en 2019.
En cuanto a los océanos, que almacenan el 90% del excedente de energía acumulada en el sistema climático por el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero, el informe apunta que estos últimos años el calor se absorbe cada vez más rápido.
Con las temperaturas batiendo récords todos los años, la década 2011-2020 será la más cálida nunca vista, y los últimos seis años, desde 2015, los de mayor temperatura que se han registrado, según el informe anual provisional del estado del clima de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
"2020 fue, por desgracia, otro año preocupante para el clima", dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
La evaluación de ese organismo se basa en cinco tipos de datos que sitúan actualmente a 2020 como el segundo año con las temperaturas más altas, detrás de 2016 y delante de 2019.
Sin embargo, las diferencias de temperatura entre estos tres años son mínimas, y la clasificación podría cambiar una vez que estén disponibles los datos completos de 2020.
"Los récords de calor suelen coincidir con años de fuertes episodios de El Niño, como ocurrió en 2016. La Niña, por el contrario, suele enfriar la temperatura mundial, pero el importante fenómeno de La Niña de este año no ha servido para frenar el calentamiento", afirmó Taalas, quien agregó que "a pesar de La Niña, este año apunta a récord, como el de 2016".
Asimismo, existe una probabilidad sobre cinco de que de aquí a 2024 el aumento de temperatura se sitúe temporalmente por encima de la barrera de 1,5ºC con respecto a la época preindustrial que fijó el Acuerdo de París.
La OMM aseguró que el calor extremo, los incendios, las inundaciones, la acidificación de los océanos o la temporada récord de huracanes en el Atlántico son signos de que el cambio climático sigue inexorable su curso este año, "incrementando la inestabilidad que la pandemia de Covid-19 provoca sobre la economía, la salud y la seguridad global".
La subida de temperaturas más fuerte se dio en el norte de Asia, en el Ártico siberiano, donde fueron superiores en 5ºC a la media.
El 20 de junio se dio una máxima de 38ºC en Verkhoyansk, lo que la sitúa provisionalmente en la más alta registrada al norte del circulo polar ártico.
Asimismo, la temporada de incendios, que afectó a amplias zonas de Australia, Siberia, el sur de la costa Oeste de Estados Unidos y América del Sur, fue la más virulenta de los últimos 18 años.
"Las inundaciones en algunas regiones de África y del sudeste asiático provocaron desplazamientos masivos de población y aumentaron el riesgo de hambruna de millones de personas", apuntó Taalas tras conocerse el informe.
En tanto, la capa de hielo marino ártico se situó en septiembre en su mínimo anual, el segundo menos extenso de 42 años de observaciones por satélite.
La extensión del hielo marino antártico en 2020, por el contrario, fue similar o algo superior a la media de los 42 últimos años, mientras que en Groenlandia siguió perdiendo masa, pero a un ritmo menor que en 2019.
En cuanto a los océanos, que almacenan el 90% del excedente de energía acumulada en el sistema climático por el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero, el informe apunta que estos últimos años el calor se absorbe cada vez más rápido.