Navalny anunció su vuelta a Rusia hace cuatro días y hoy el aeropuerto internacional de Berlín se llenó de periodistas internacionales, que incluso coparon el vuelo, a donde se subió solo minutos antes de que cierren la puerta de la nave, manteniendo la incertidumbre y la tensión hasta el último momento.
Tras abordar, Navalny aseguró ante la prensa que lo rodeó que no teme ser detenido cuando llegue a Moscú porque es "una persona inocente", según informó la agencia de noticias AFP.
El 20 de agosto pasado, Navalny, opositor acérrimo de Putin, se sintió mal repentinamente en un vuelo desde Tomsk, Siberia, hacia Moscú, por lo que el avión realizó un aterrizaje de emergencia en la ciudad rusa de Omsk, donde estuvo hospitalizado 48 horas.
Tras reunirse con Putin, la pareja de Navalny logró que lo trasladaran a Berlín donde estuvo internado -incluso en coma- y logró recuperarse.
Tres laboratorios europeos concluyeron que había sido envenenado por una sustancia neurotóxica de tipo Novichok y el dirigente opositor acusó desde el principio al Gobierno ruso.
Sin embargo, Rusia siempre negó que Navalny haya sido envenenado y sostuvo que la sustancia tóxica de tipo Novitchok no estaba presente en su organismo cuando fue tratado en Rusia.
Mientras la Justicia rusa no ha abierto una investigación sobre las acusaciones de envenamiento hechas por Navalny, sí cursa un proceso contra él "por fraude masivo".
Según la acusación, el opositor gastó para fines personales 356 millones de rublos (unos 4,3 millones de dólares) de donaciones recibidas.
Navalny anunció su vuelta a Rusia hace cuatro días y hoy el aeropuerto internacional de Berlín se llenó de periodistas internacionales, que incluso coparon el vuelo, a donde se subió solo minutos antes de que cierren la puerta de la nave, manteniendo la incertidumbre y la tensión hasta el último momento.
Tras abordar, Navalny aseguró ante la prensa que lo rodeó que no teme ser detenido cuando llegue a Moscú porque es "una persona inocente", según informó la agencia de noticias AFP.
El 20 de agosto pasado, Navalny, opositor acérrimo de Putin, se sintió mal repentinamente en un vuelo desde Tomsk, Siberia, hacia Moscú, por lo que el avión realizó un aterrizaje de emergencia en la ciudad rusa de Omsk, donde estuvo hospitalizado 48 horas.
Tras reunirse con Putin, la pareja de Navalny logró que lo trasladaran a Berlín donde estuvo internado -incluso en coma- y logró recuperarse.
Tres laboratorios europeos concluyeron que había sido envenenado por una sustancia neurotóxica de tipo Novichok y el dirigente opositor acusó desde el principio al Gobierno ruso.
Sin embargo, Rusia siempre negó que Navalny haya sido envenenado y sostuvo que la sustancia tóxica de tipo Novitchok no estaba presente en su organismo cuando fue tratado en Rusia.
Mientras la Justicia rusa no ha abierto una investigación sobre las acusaciones de envenamiento hechas por Navalny, sí cursa un proceso contra él "por fraude masivo".
Según la acusación, el opositor gastó para fines personales 356 millones de rublos (unos 4,3 millones de dólares) de donaciones recibidas.