Por ruta 7, a medio camino entre Trelew y Gaiman, se encuentra un bar emblemático que forma parte de la historia del Valle. Se trata del Bar Chefi, que hoy cumple 82 años de existencia. Allí fue Jornada Play para dialogar con su propietaria, Marta Chefi.
Su padre, un libanés comerciante de telas que llegó a la Argentina a finales del siglo XIX con 18 años, fue el fundador del bar. Abrió sus puertas el 15 de abril de 1939. Marta contó que su familia venía de Dolavon, donde tenían una tienda. Dice que en aquella época no había nada por la zona, solo campo.
Marta tiene 79 años y se crió en el lugar. “Desde que nací estoy acá, no me fui a ninguna parte”, dijo. Iba a Trelew todos los días a estudiar. “Tengo recuerdos lindos. Iba a la Escuela 12, que hoy es la 61. Me llevaban mis hermanos a la escuela y me iban a buscar a caballo. Muy lindo era”.
En el Bar Chefi hay tragos, picadas, café, cervezas y todo lo que necesite un viajante que ande de paso. “Acá vienen vecinos que pasan. Se toman una cerveza o un vino”.
Cuando falleció su padre, Marta quedó como encargada del bar. “No quedó nadie, quedé yo”, dijo. Tenía tres hermanos varones.
De vez en cuando viajaba a Comodoro para visitar a sus familiares. La invitaban por 15 o 20 días, pero Marta siembre volvía antes porque extrañaba su hogar. Echó raíces en el bar y no tuvo familia. “Si te sentís a gusto, se hace difícil dejar a tu gente”, dice.
Cuenta Marta que durante la pandemia el bar tuvo muy poca clientela. “Este año me parece que se está poniendo peor”, dice. “La gente viene menos que antes. Antes tomaban dos cervezas, ahora toman una”.
Como propietaria de bar, Marta es confidente de los clientes que a menudo se acodan en la barra con algo para contar. A menudo han pasado por allí figuras trascendentes de la historia de la provincia, como Atilio Viglione, a quien Marta recuerda.
¿Qué significa el bar para una persona que vivió ahí toda la vida? “Es todo”, dice, “es mi familia”.
Por ruta 7, a medio camino entre Trelew y Gaiman, se encuentra un bar emblemático que forma parte de la historia del Valle. Se trata del Bar Chefi, que hoy cumple 82 años de existencia. Allí fue Jornada Play para dialogar con su propietaria, Marta Chefi.
Su padre, un libanés comerciante de telas que llegó a la Argentina a finales del siglo XIX con 18 años, fue el fundador del bar. Abrió sus puertas el 15 de abril de 1939. Marta contó que su familia venía de Dolavon, donde tenían una tienda. Dice que en aquella época no había nada por la zona, solo campo.
Marta tiene 79 años y se crió en el lugar. “Desde que nací estoy acá, no me fui a ninguna parte”, dijo. Iba a Trelew todos los días a estudiar. “Tengo recuerdos lindos. Iba a la Escuela 12, que hoy es la 61. Me llevaban mis hermanos a la escuela y me iban a buscar a caballo. Muy lindo era”.
En el Bar Chefi hay tragos, picadas, café, cervezas y todo lo que necesite un viajante que ande de paso. “Acá vienen vecinos que pasan. Se toman una cerveza o un vino”.
Cuando falleció su padre, Marta quedó como encargada del bar. “No quedó nadie, quedé yo”, dijo. Tenía tres hermanos varones.
De vez en cuando viajaba a Comodoro para visitar a sus familiares. La invitaban por 15 o 20 días, pero Marta siembre volvía antes porque extrañaba su hogar. Echó raíces en el bar y no tuvo familia. “Si te sentís a gusto, se hace difícil dejar a tu gente”, dice.
Cuenta Marta que durante la pandemia el bar tuvo muy poca clientela. “Este año me parece que se está poniendo peor”, dice. “La gente viene menos que antes. Antes tomaban dos cervezas, ahora toman una”.
Como propietaria de bar, Marta es confidente de los clientes que a menudo se acodan en la barra con algo para contar. A menudo han pasado por allí figuras trascendentes de la historia de la provincia, como Atilio Viglione, a quien Marta recuerda.
¿Qué significa el bar para una persona que vivió ahí toda la vida? “Es todo”, dice, “es mi familia”.