Llegaron las Fiestas. Y las reflexiones después de un año nuevamente difícil sin que la pandemia del Covid-19 se haya alejado (nuevas cepas amenazan a la civilización) y que vuelven a preocupar por la suba de casos, y que en nuestra provincia se haya vivido una semana violenta, con roturas y daños de edificios públicos y privados so pretexto de un tema tan sensible como es la explotación minera. Sin embargo y a pesar de las recomendaciones sanitarias, este viernes y en siete días más, se brindará por dejar un pasado, por un buen presente y un venturoso porvenir. Nada nuevo ni nada viejo. En el año viejo y en el nuevo. Pero, lo más importante es que esas fiestas sean en paz y armonía. Con los propios y ajenos. Con los que amamos con locura y con aquellos que nos ven transcurrir indiferentes. Para el caso es lo mismo. Y tratar de evitar a su vez algún tipo de exceso, no sólo de melancolía, sino también en aquellos que nos lleve a arrepentirnos minutos u horas después; sin que ello signifique evitar una tragedia que de ellas está lleno el mundo. Un mundo que nos necesita más que nunca, al igual que nuestros seres queridos, con quienes brindaremos por paz y amor. Felices Fiestas. Para todos.
Llegaron las Fiestas. Y las reflexiones después de un año nuevamente difícil sin que la pandemia del Covid-19 se haya alejado (nuevas cepas amenazan a la civilización) y que vuelven a preocupar por la suba de casos, y que en nuestra provincia se haya vivido una semana violenta, con roturas y daños de edificios públicos y privados so pretexto de un tema tan sensible como es la explotación minera. Sin embargo y a pesar de las recomendaciones sanitarias, este viernes y en siete días más, se brindará por dejar un pasado, por un buen presente y un venturoso porvenir. Nada nuevo ni nada viejo. En el año viejo y en el nuevo. Pero, lo más importante es que esas fiestas sean en paz y armonía. Con los propios y ajenos. Con los que amamos con locura y con aquellos que nos ven transcurrir indiferentes. Para el caso es lo mismo. Y tratar de evitar a su vez algún tipo de exceso, no sólo de melancolía, sino también en aquellos que nos lleve a arrepentirnos minutos u horas después; sin que ello signifique evitar una tragedia que de ellas está lleno el mundo. Un mundo que nos necesita más que nunca, al igual que nuestros seres queridos, con quienes brindaremos por paz y amor. Felices Fiestas. Para todos.