Monitorear efluentes cloacales permite evaluar circulación viral de Covid

Un estudio de investigadoras e investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet que se publicó en una prestigiosa revista científica comprobó la correlación entre los momentos de aumento de casos y el incremento de material genético del coronavirus en los efluentes cloacales, lo que podría ser una herramienta útil de monitoreo para tener un alerta temprana de brote sin depender de la sintomatología.

25 FEB 2022 - 13:48 | Actualizado

El trabajo, que fue publicado recientemente en "The Science of the Total Environment", consistió en el monitoreo de muestras de aguas residuales de cuatro puntos del conurbano bonaerense entre junio de 2020 y abril de 2021 en las que se cuantificaron las concentraciones del material genético del SARS-CoV-2.

"El monitoreo permanente de los virus que por sus características son excretados a los efluentes cloacales o aguas residuales es lo que permite hacer un seguimiento en el tiempo y detectar un cambio en los niveles de excreción", señaló a Télam la viróloga e investigadora de Conicet Viviana Mbayed, una de las autoras del trabajo.

Mbayed, profesora asociada de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA, describió que estos cambios en los niveles pueden observarse tanto en "un aumento, por la circulación de nuevas variantes que mantienen la presencia del virus en la población, o un descenso, que podría responder a una medida sanitaria para evitar la diseminación, como fue el ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio) o la vacunación contra el SARS-CoV-2".

"Cuando hubo un aumento de casos, esto se vio reflejado en nuestras mediciones como un incremento en la concentración de virus para ese período y lo mismo ocurrió con los descensos", indicó la investigadora sobre el monitoreo.

Esta comprobación permite considerar al monitoreo de los efluentes cloacales como una herramienta futura: "Si hubiera un incremento en la circulación viral en la población, pero de manera asintomática u oligosintomática, y la fracción de la población que se registra como 'casos de Covid-19' fuera sólo la sintomática, tal vez eso no sería registrado por el sistema sanitario como un aumento de casos tan pronunciado", dijo Mbayed.

"Sin embargo -continuó- con la cuantificación de material genómico viral en los efluentes tendríamos otra medida de la circulación viral, no tan dependiente de la sintomatología, porque el virus se excreta igual aunque la persona sea asintomática. Entonces a futuro, cuando la circulación viral se reduzca de manera más significativa, continuar con estos monitoreos podría brindar una alerta temprana si el virus se reintrodujera en la población".

La investigadora explicó que "estos estudios se pueden aplicar a conglomerados poblacionales muy grandes, pero también a ámbitos habitacionales muy restringidos: un barrio, un hospital, una escuela, y de esta manera se podría evaluar si hay circulación viral en un ámbito definido".

El estudio se realizó con el apoyo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) de la provincia de Buenos Aires, la Autoridad del Agua (ADA) y Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA).

Mbayed y su equipo debieron adaptar técnicas moleculares para establecer no sólo la presencia del material genético del nuevo coronavirus en muestras de aguas cloacales sino poder determinar la cantidad.

"En el trabajo publicado se reflejan los resultados de los primeros nueve meses de muestreo, pero se siguen recolectando y analizando muestras, para mantener un monitoreo de lo que ocurre con el virus desde una perspectiva poblacional. Estamos abordando también el análisis de la dinámica de las variantes virales en estas muestras", agregó.

El grupo de Mbayed trabaja desde hace muchos años en Virología Ambiental y en lo que se denomina "epidemiología basada en aguas residuales".

"Desde antes de la aparición del SARS-CoV-2 trabajamos sobre otros virus, que infectan a humanos y a otros animales, y continuamos haciéndolo. Por ejemplo, entre los virus que infectan a humanos: norovirus, virus de hepatitis A, diferentes poliomavirus, adenovirus", describió.

Además, señaló que también se enfocan en virus que infectan vacunos y aves y, por otro lado, otros que infectan bacterias.

"Todos ellos presentes en muestras de aguas. Desde el abordaje mediante este otro tipo de muestras hemos podido brindar información epidemiológica molecular de virus que tal vez no tenían un seguimiento sistemático a partir del muestreo clínico", añadió.

De este trabajo de monitoreo de coronavirus también participaron becarios del Conicet y de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) como Melina Barrios, Sofía Díaz y Carolina Olea; investigadores del Conicet como Carolina Torres y María Dolores Blanco Fernández, todos docentes de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y Damián Costamagna, de ADA, además de personal de OPDS y ABSA.

25 FEB 2022 - 13:48

El trabajo, que fue publicado recientemente en "The Science of the Total Environment", consistió en el monitoreo de muestras de aguas residuales de cuatro puntos del conurbano bonaerense entre junio de 2020 y abril de 2021 en las que se cuantificaron las concentraciones del material genético del SARS-CoV-2.

"El monitoreo permanente de los virus que por sus características son excretados a los efluentes cloacales o aguas residuales es lo que permite hacer un seguimiento en el tiempo y detectar un cambio en los niveles de excreción", señaló a Télam la viróloga e investigadora de Conicet Viviana Mbayed, una de las autoras del trabajo.

Mbayed, profesora asociada de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA, describió que estos cambios en los niveles pueden observarse tanto en "un aumento, por la circulación de nuevas variantes que mantienen la presencia del virus en la población, o un descenso, que podría responder a una medida sanitaria para evitar la diseminación, como fue el ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio) o la vacunación contra el SARS-CoV-2".

"Cuando hubo un aumento de casos, esto se vio reflejado en nuestras mediciones como un incremento en la concentración de virus para ese período y lo mismo ocurrió con los descensos", indicó la investigadora sobre el monitoreo.

Esta comprobación permite considerar al monitoreo de los efluentes cloacales como una herramienta futura: "Si hubiera un incremento en la circulación viral en la población, pero de manera asintomática u oligosintomática, y la fracción de la población que se registra como 'casos de Covid-19' fuera sólo la sintomática, tal vez eso no sería registrado por el sistema sanitario como un aumento de casos tan pronunciado", dijo Mbayed.

"Sin embargo -continuó- con la cuantificación de material genómico viral en los efluentes tendríamos otra medida de la circulación viral, no tan dependiente de la sintomatología, porque el virus se excreta igual aunque la persona sea asintomática. Entonces a futuro, cuando la circulación viral se reduzca de manera más significativa, continuar con estos monitoreos podría brindar una alerta temprana si el virus se reintrodujera en la población".

La investigadora explicó que "estos estudios se pueden aplicar a conglomerados poblacionales muy grandes, pero también a ámbitos habitacionales muy restringidos: un barrio, un hospital, una escuela, y de esta manera se podría evaluar si hay circulación viral en un ámbito definido".

El estudio se realizó con el apoyo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) de la provincia de Buenos Aires, la Autoridad del Agua (ADA) y Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA).

Mbayed y su equipo debieron adaptar técnicas moleculares para establecer no sólo la presencia del material genético del nuevo coronavirus en muestras de aguas cloacales sino poder determinar la cantidad.

"En el trabajo publicado se reflejan los resultados de los primeros nueve meses de muestreo, pero se siguen recolectando y analizando muestras, para mantener un monitoreo de lo que ocurre con el virus desde una perspectiva poblacional. Estamos abordando también el análisis de la dinámica de las variantes virales en estas muestras", agregó.

El grupo de Mbayed trabaja desde hace muchos años en Virología Ambiental y en lo que se denomina "epidemiología basada en aguas residuales".

"Desde antes de la aparición del SARS-CoV-2 trabajamos sobre otros virus, que infectan a humanos y a otros animales, y continuamos haciéndolo. Por ejemplo, entre los virus que infectan a humanos: norovirus, virus de hepatitis A, diferentes poliomavirus, adenovirus", describió.

Además, señaló que también se enfocan en virus que infectan vacunos y aves y, por otro lado, otros que infectan bacterias.

"Todos ellos presentes en muestras de aguas. Desde el abordaje mediante este otro tipo de muestras hemos podido brindar información epidemiológica molecular de virus que tal vez no tenían un seguimiento sistemático a partir del muestreo clínico", añadió.

De este trabajo de monitoreo de coronavirus también participaron becarios del Conicet y de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) como Melina Barrios, Sofía Díaz y Carolina Olea; investigadores del Conicet como Carolina Torres y María Dolores Blanco Fernández, todos docentes de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y Damián Costamagna, de ADA, además de personal de OPDS y ABSA.


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