Editorial / La discusión energética es aquí y ahora

La Columna del Domingo, el tradicional análisis de la edición impresa de Jornada.

20 MAR 2022 - 15:08 | Actualizado

Cada vez más voces piden lo obvio: que la Provincia del Chubut empiece a pensar seriamente en defender sus intereses energéticos de cara a una economía local y mundial cada vez más complicada y demandante de todo tipo de energías, sobre todo la generación de electricidad a través del agua y el viento, y el más reciente y novedoso hidrógeno verde.

Por supuesto, la elaboración de un plan energético lleva su tiempo y en el actual Gobierno provincial –y en los anteriores también, por cierto- no han habido muchas ideas para madurar al respecto. Un poco por falta de decisión política y otro tanto por la inexistencia de equipos técnicos con perfil político que piensen sobre el papel y ejecuten en el terreno.

En los últimos años, sin embargo, no han sido pocos los proyectos surgidos desde afuera de la política partidaria que no sólo llegaron a manos del actual Gobierno provincial sino también del nacional, en donde hubo mayor acogida a estos proyectos y hasta promesas de inversión.

La semana pasada, declaraciones del especialista en temas energéticos Marcos Rebasa sobre el futuro de Hidroeléctrica Futaleufú generaron fuertes repercusiones en ámbitos políticos y también en el sector energético privado. “Me preocupa que el Gobierno nacional le haya firmado un carta de intención a Aluar con la idea de extenderle la concesión de Hidroeléctrica Futaleufú por otros treinta años, sin siquiera consultar a la Provincia del Chubut”, disparó Rebasa, que localmente empezó a colaborar con AGENDA CHUBUT, un espacio de análisis y discusión integrado por técnicos y políticos de toda la provincia que empezará a marcar posiciones firmes sobre temas centrales. Entre ellos, la energía.

Ganancias

El caso de Hidroeléctrica Futaleufú es emblemático y debería ser un punto de partida para que Chubut empiece a definir su estrategia energética para los próximos veinte años, al menos. El Estado chubutense tiene el 33,51% de las acciones de una empresa que en los últimos dos años facturó $ 6.855,9 millones con la generación de energía y tuvo ganancias netas acumuladas por $ 1.644,1 millones. En ese mismo lapso, según los últimos dos balances, pagó regalías hidroeléctricas por $ 275,2 millones y un canon hidroeléctrico de $ 34,4 millones. Comparativamente, muy poco.

Obviamente, la “parte del León” de todo este negocio se la ha venido quedando en estos casi 30 años Aluar, la productora de aluminio que detenta el 60,2% de las acciones de Futaleufú (el restante 6,29% está manos de accionistas menores), que por si fuera poco tiene un contrato de compra de la propia energía que produce a un precio de entre 16 y 18 dólares el mega, contra los 70 u 80 dólares que pagan hoy las cooperativas de Chubut a la mayorista Cammesa. Este tratamiento desigual explica, en parte la deuda de más de $ 24 mil millones que ya acumulan las cooperativas de servicios públicos de Chubut con la proveedora de energía. Virtualmente, impagable.

Carlitos

A esta altura del partido, no sería ni lógico ni inteligente hacer revisionismo histórico con un contrato que desde el vamos fue hecho a la medida de los privados, con anuencia de los entonces gobiernos de Carlos Saúl Menem, que presidía el país y se aprestaba a ir por su reelección; y de Carlos Maestro, el todopoderoso radical que gobernaba en Chubut.

Lo realmente inteligente a casi dos años de la finalización del contrato de concesión de Futaleufú sería empezar a hacer valer el poder que implica ese 33,51% del paquete accionario que tiene la Provincia, que en todos estos años ha sido un socio sordo, ciego y mudo, y que ha colocado en el Directorio de la empresa a muchos dirigentes y funcionarios de turno que lo único que sabían de energía era prender y apagar la perilla de la luz.

Tanto Rebasa, como el líder de Luz y Fuerza, Héctor González, remarcaron la semana pasada un punto central: Chubut no debería dejar pasar la oportunidad de comenzar a negociar con el Gobierno nacional y con la propia Aluar una transición hasta 2025 y empezar a sentar las bases para el futuro. Lo que ocurra a partir de ese año está por verse y demandará muchas negociaciones políticas. Pero en el corto o mediano plazo, la Provincia debería conseguir que parte de la generación de Hidroeléctrica Futaleufú empiece a ser vendida al propio Estado provincial o las cooperativas a un precio competitivo como el que paga Aluar.

Reestatización

Es el momento de empezar a moverse porque comenzaron a ocurrir cosas importantes en el sector. Hace diez días se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina la Resolución N° 130 de la Secretaría de Energía de la Nación que dispone conformar un equipo de trabajo que tendrá como objetivo principal el relevamiento integral del estado de situación en los aspectos técnicos, económicos, jurídicos y ambientales de las concesiones hidroeléctricas de jurisdicción nacional privatizadas en la década del 90.

En total son 19 centrales concesionadas (entre ellas Futaleufú), que a partir de 2023 deberían volver al Estado nacional, salvo la ubicada en Chubut, cuyo contrato se extiende hasta 2025.

En el sector energético hay distintas visiones sobre lo que debería ocurrir con el fin de las concesiones. Algunos proponen la extensión de la concesión a sus actuales operadores privados por un plazo menor o similar, que es la menos probable; otra salida sería volverlas a licitar como en los 90, algo que también se ve como poco viable por las actuales condiciones económicas del país y el estado del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) en cuanto a tarifas, que –dicen- sería poco atractivo para los inversores.

Algunos especialistas indican que lo más probable sería la reestatización y administración, ya sea por el Estado Nacional o en conjunto con los Estados provinciales, como sugirió la semana pasada Juan Carlos Doncel Jones, presidente de la estatal Emprendimiento Energéticos Binacionales (EBISA), en una columna de opinión en el portal EconoJournal.

Si este es el camino que viene hay que estar preparados desde ahora para transitarlo.#

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20 MAR 2022 - 15:08

Cada vez más voces piden lo obvio: que la Provincia del Chubut empiece a pensar seriamente en defender sus intereses energéticos de cara a una economía local y mundial cada vez más complicada y demandante de todo tipo de energías, sobre todo la generación de electricidad a través del agua y el viento, y el más reciente y novedoso hidrógeno verde.

Por supuesto, la elaboración de un plan energético lleva su tiempo y en el actual Gobierno provincial –y en los anteriores también, por cierto- no han habido muchas ideas para madurar al respecto. Un poco por falta de decisión política y otro tanto por la inexistencia de equipos técnicos con perfil político que piensen sobre el papel y ejecuten en el terreno.

En los últimos años, sin embargo, no han sido pocos los proyectos surgidos desde afuera de la política partidaria que no sólo llegaron a manos del actual Gobierno provincial sino también del nacional, en donde hubo mayor acogida a estos proyectos y hasta promesas de inversión.

La semana pasada, declaraciones del especialista en temas energéticos Marcos Rebasa sobre el futuro de Hidroeléctrica Futaleufú generaron fuertes repercusiones en ámbitos políticos y también en el sector energético privado. “Me preocupa que el Gobierno nacional le haya firmado un carta de intención a Aluar con la idea de extenderle la concesión de Hidroeléctrica Futaleufú por otros treinta años, sin siquiera consultar a la Provincia del Chubut”, disparó Rebasa, que localmente empezó a colaborar con AGENDA CHUBUT, un espacio de análisis y discusión integrado por técnicos y políticos de toda la provincia que empezará a marcar posiciones firmes sobre temas centrales. Entre ellos, la energía.

Ganancias

El caso de Hidroeléctrica Futaleufú es emblemático y debería ser un punto de partida para que Chubut empiece a definir su estrategia energética para los próximos veinte años, al menos. El Estado chubutense tiene el 33,51% de las acciones de una empresa que en los últimos dos años facturó $ 6.855,9 millones con la generación de energía y tuvo ganancias netas acumuladas por $ 1.644,1 millones. En ese mismo lapso, según los últimos dos balances, pagó regalías hidroeléctricas por $ 275,2 millones y un canon hidroeléctrico de $ 34,4 millones. Comparativamente, muy poco.

Obviamente, la “parte del León” de todo este negocio se la ha venido quedando en estos casi 30 años Aluar, la productora de aluminio que detenta el 60,2% de las acciones de Futaleufú (el restante 6,29% está manos de accionistas menores), que por si fuera poco tiene un contrato de compra de la propia energía que produce a un precio de entre 16 y 18 dólares el mega, contra los 70 u 80 dólares que pagan hoy las cooperativas de Chubut a la mayorista Cammesa. Este tratamiento desigual explica, en parte la deuda de más de $ 24 mil millones que ya acumulan las cooperativas de servicios públicos de Chubut con la proveedora de energía. Virtualmente, impagable.

Carlitos

A esta altura del partido, no sería ni lógico ni inteligente hacer revisionismo histórico con un contrato que desde el vamos fue hecho a la medida de los privados, con anuencia de los entonces gobiernos de Carlos Saúl Menem, que presidía el país y se aprestaba a ir por su reelección; y de Carlos Maestro, el todopoderoso radical que gobernaba en Chubut.

Lo realmente inteligente a casi dos años de la finalización del contrato de concesión de Futaleufú sería empezar a hacer valer el poder que implica ese 33,51% del paquete accionario que tiene la Provincia, que en todos estos años ha sido un socio sordo, ciego y mudo, y que ha colocado en el Directorio de la empresa a muchos dirigentes y funcionarios de turno que lo único que sabían de energía era prender y apagar la perilla de la luz.

Tanto Rebasa, como el líder de Luz y Fuerza, Héctor González, remarcaron la semana pasada un punto central: Chubut no debería dejar pasar la oportunidad de comenzar a negociar con el Gobierno nacional y con la propia Aluar una transición hasta 2025 y empezar a sentar las bases para el futuro. Lo que ocurra a partir de ese año está por verse y demandará muchas negociaciones políticas. Pero en el corto o mediano plazo, la Provincia debería conseguir que parte de la generación de Hidroeléctrica Futaleufú empiece a ser vendida al propio Estado provincial o las cooperativas a un precio competitivo como el que paga Aluar.

Reestatización

Es el momento de empezar a moverse porque comenzaron a ocurrir cosas importantes en el sector. Hace diez días se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina la Resolución N° 130 de la Secretaría de Energía de la Nación que dispone conformar un equipo de trabajo que tendrá como objetivo principal el relevamiento integral del estado de situación en los aspectos técnicos, económicos, jurídicos y ambientales de las concesiones hidroeléctricas de jurisdicción nacional privatizadas en la década del 90.

En total son 19 centrales concesionadas (entre ellas Futaleufú), que a partir de 2023 deberían volver al Estado nacional, salvo la ubicada en Chubut, cuyo contrato se extiende hasta 2025.

En el sector energético hay distintas visiones sobre lo que debería ocurrir con el fin de las concesiones. Algunos proponen la extensión de la concesión a sus actuales operadores privados por un plazo menor o similar, que es la menos probable; otra salida sería volverlas a licitar como en los 90, algo que también se ve como poco viable por las actuales condiciones económicas del país y el estado del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) en cuanto a tarifas, que –dicen- sería poco atractivo para los inversores.

Algunos especialistas indican que lo más probable sería la reestatización y administración, ya sea por el Estado Nacional o en conjunto con los Estados provinciales, como sugirió la semana pasada Juan Carlos Doncel Jones, presidente de la estatal Emprendimiento Energéticos Binacionales (EBISA), en una columna de opinión en el portal EconoJournal.

Si este es el camino que viene hay que estar preparados desde ahora para transitarlo.#


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