Editorial / Los intereses de Chubut, otra vez en juego

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Una empresa australiana compró más de 250 mil hectáreas en Chubut para para producir hidrógeno verde.
04 JUN 2022 - 20:20 | Actualizado 05 JUN 2022 - 4:30

La semana pasada hubo un encuentro clave en Bariloche. Con poca repercusión en la prensa, casi desconocido para el ciudadano de a pie pero enormemente importante en términos económicos y políticos, el “Encuentro Nacional Hidrógeno 2030” reunió a la crema y nata del negocio energético, además de a tres gobernadores (la rionegrina Arabela Carreras, el neuquino Omar Gutiérrez y el jujeño Gerardo Morales), ministros nacionales, funcionarios provinciales y más de 200 invitados. (En esta misma edición, en el suplemento Economía y Negocios, se hace un resumen de lo que ocurrió en la “Cumbre del Hidrógeno”).

Sin embargo, fue muy medida la presencia de Chubut en un lugar en donde se discutieron cosas importantes para definir los aspectos centrales del ambicioso negocio del hidrógeno verde. Salvo el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, y el ministro de Hidrocarburos, Martín Cerdá, no hubo otras presencias importantes en un lugar en donde se empezó a cocinar el gran banquete de la energía que viene.

Luque se mostró satisfecho por haber sido invitado a disertar y destacó que “hay cuestiones que tienen que ver con poder legislar y otras con tomar decisiones como gestión de gobierno y avanzar en una perspectiva verdaderamente federal. Soy un convencido de la necesidad de armar una estrategia real con inversiones y seguridad jurídica”.

Las garantías que las empresas interesadas en invertir en hidrógeno reclaman no son muy distintas a las que históricamente el sector empresario ha demandado de los estados nacionales o provinciales para desarrollar un negocio. Hasta ahí, algo razonable. Pero Chubut es uno de los grandes ejemplos de una provincia con recursos naturales en abundancia (eso no es un sinónimo de riqueza en sí mismo) que a los largo de los últimos 50 años ha visto desarrollar grandes negocios en los cuales se ha quedado con las migajas. O menos.

Hay que decirlo: más allá de la voracidad empresaria, las razones del enorme saqueo que ha sufrido la Provincia en todos estos años hay que buscarlas también en esa actitud mansa de los gobernantes locales para someterse a las apetencias de los gobiernos nacionales de turno (de cualquier color político). Y también en esa pasión desenfrenada por el entreguismo que han tenido muchos otros gobernantes para evitar defender lo que es de los chubutenses.

El ministro Cerdá contó que los empresarios “nos consultaron sobre el marco regulatorio, el cual creemos que debe tener estabilidad para los inversores, ya que las condiciones financieras son importantes, deben consultar a las provincias y municipios que son las dueñas de los recursos para que cuando estas actividades se desarrollen lo hagan como lo hizo el petróleo, generando fuentes de trabajo y demás”. Es demasiado pronto para pensar tanto en la seguridad jurídica de las empresas y poco en lo que a Chubut le convendría.

Ni la Provincia de manera institucional, ni su clase dirigente, ni los partidos políticos o las instituciones intermedias, pueden quedarse de brazos cruzados esperando a que el Gobierno nacional o las empresas que ya empezaron a invertir definan cómo va a ser el marco en el que se desarrolle un negocio que necesita de dos insumos claves que en Chubut abundan: el viento y la tierra.

Chubut fue pionera en la producción de hidrocarburos, también en hidrógeno y es la productora de energía eólica más importantes de la Argentina. Tiene 22 parques eólicos y se proyecta triplicar esa cantidad para los próximos años.

Para ser claro más claros aún, el 40% de la energía eólica que se genera en el país está localizada en Chubut. Básicamente, porque existe una ventaja comparativa y no es otra cosa que su excelente régimen de vientos. Sería inadmisible que nuestra provincia no reciba ningún beneficio o migajas por ese factor de ubicación.

La potencia eólica instalada en Chubut es actualmente de 1.133 MW, de los cuales el 89,3% de ese potencial se ubica en la zona del VIRCh. Un dato no tan al margen: a la “Cumbre del Hidrógeno” no fue invitado ni un solo intendente de esta Comarca.

La semana pasada, además, se confirmó un dato que venía siendo apenas un rumor: la empresa australiana Fortescue, que planea invertir 8.400 millones de dólares en la zona de Sierra Grande (Río Negro), ya compró al menos 250 mil hectáreas de campos en Chubut, en donde piensa extender su red de parques eólicos, necesarios para poder producir el hidrógeno verde.

Es más, directivos de la empresa desembarcaron en la zona del Valle hace pocos días para reunirse con integrantes de la Sociedad Rural y así calmar los ánimos en contra que surgieron de algunos productores por este enorme traspaso de tierras (muchas de ellas productivas) para montar molinos eólicos.

Sin embargo, no hubo ninguna reunión pública con funcionarios provinciales o municipales. No al menos, que haya trascendido.

Están pasando muchas cosas alrededor del negocio del hidrógeno como para que quienes tienen que defender los intereses de Chubut sigan perdiendo el tiempo en disputas menores.#

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Una empresa australiana compró más de 250 mil hectáreas en Chubut para para producir hidrógeno verde.
04 JUN 2022 - 20:20

La semana pasada hubo un encuentro clave en Bariloche. Con poca repercusión en la prensa, casi desconocido para el ciudadano de a pie pero enormemente importante en términos económicos y políticos, el “Encuentro Nacional Hidrógeno 2030” reunió a la crema y nata del negocio energético, además de a tres gobernadores (la rionegrina Arabela Carreras, el neuquino Omar Gutiérrez y el jujeño Gerardo Morales), ministros nacionales, funcionarios provinciales y más de 200 invitados. (En esta misma edición, en el suplemento Economía y Negocios, se hace un resumen de lo que ocurrió en la “Cumbre del Hidrógeno”).

Sin embargo, fue muy medida la presencia de Chubut en un lugar en donde se discutieron cosas importantes para definir los aspectos centrales del ambicioso negocio del hidrógeno verde. Salvo el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, y el ministro de Hidrocarburos, Martín Cerdá, no hubo otras presencias importantes en un lugar en donde se empezó a cocinar el gran banquete de la energía que viene.

Luque se mostró satisfecho por haber sido invitado a disertar y destacó que “hay cuestiones que tienen que ver con poder legislar y otras con tomar decisiones como gestión de gobierno y avanzar en una perspectiva verdaderamente federal. Soy un convencido de la necesidad de armar una estrategia real con inversiones y seguridad jurídica”.

Las garantías que las empresas interesadas en invertir en hidrógeno reclaman no son muy distintas a las que históricamente el sector empresario ha demandado de los estados nacionales o provinciales para desarrollar un negocio. Hasta ahí, algo razonable. Pero Chubut es uno de los grandes ejemplos de una provincia con recursos naturales en abundancia (eso no es un sinónimo de riqueza en sí mismo) que a los largo de los últimos 50 años ha visto desarrollar grandes negocios en los cuales se ha quedado con las migajas. O menos.

Hay que decirlo: más allá de la voracidad empresaria, las razones del enorme saqueo que ha sufrido la Provincia en todos estos años hay que buscarlas también en esa actitud mansa de los gobernantes locales para someterse a las apetencias de los gobiernos nacionales de turno (de cualquier color político). Y también en esa pasión desenfrenada por el entreguismo que han tenido muchos otros gobernantes para evitar defender lo que es de los chubutenses.

El ministro Cerdá contó que los empresarios “nos consultaron sobre el marco regulatorio, el cual creemos que debe tener estabilidad para los inversores, ya que las condiciones financieras son importantes, deben consultar a las provincias y municipios que son las dueñas de los recursos para que cuando estas actividades se desarrollen lo hagan como lo hizo el petróleo, generando fuentes de trabajo y demás”. Es demasiado pronto para pensar tanto en la seguridad jurídica de las empresas y poco en lo que a Chubut le convendría.

Ni la Provincia de manera institucional, ni su clase dirigente, ni los partidos políticos o las instituciones intermedias, pueden quedarse de brazos cruzados esperando a que el Gobierno nacional o las empresas que ya empezaron a invertir definan cómo va a ser el marco en el que se desarrolle un negocio que necesita de dos insumos claves que en Chubut abundan: el viento y la tierra.

Chubut fue pionera en la producción de hidrocarburos, también en hidrógeno y es la productora de energía eólica más importantes de la Argentina. Tiene 22 parques eólicos y se proyecta triplicar esa cantidad para los próximos años.

Para ser claro más claros aún, el 40% de la energía eólica que se genera en el país está localizada en Chubut. Básicamente, porque existe una ventaja comparativa y no es otra cosa que su excelente régimen de vientos. Sería inadmisible que nuestra provincia no reciba ningún beneficio o migajas por ese factor de ubicación.

La potencia eólica instalada en Chubut es actualmente de 1.133 MW, de los cuales el 89,3% de ese potencial se ubica en la zona del VIRCh. Un dato no tan al margen: a la “Cumbre del Hidrógeno” no fue invitado ni un solo intendente de esta Comarca.

La semana pasada, además, se confirmó un dato que venía siendo apenas un rumor: la empresa australiana Fortescue, que planea invertir 8.400 millones de dólares en la zona de Sierra Grande (Río Negro), ya compró al menos 250 mil hectáreas de campos en Chubut, en donde piensa extender su red de parques eólicos, necesarios para poder producir el hidrógeno verde.

Es más, directivos de la empresa desembarcaron en la zona del Valle hace pocos días para reunirse con integrantes de la Sociedad Rural y así calmar los ánimos en contra que surgieron de algunos productores por este enorme traspaso de tierras (muchas de ellas productivas) para montar molinos eólicos.

Sin embargo, no hubo ninguna reunión pública con funcionarios provinciales o municipales. No al menos, que haya trascendido.

Están pasando muchas cosas alrededor del negocio del hidrógeno como para que quienes tienen que defender los intereses de Chubut sigan perdiendo el tiempo en disputas menores.#


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