Los hombres (no) lloran: ¿Cuál es la lágrima que más duele?, la que se esconde”

Gustavo Chaina habló sobre la producción de su libro con perspectiva.

Gustavo Chaina Instó a que las niñeces y adolescencias vivan con libertad “que sean lo que quieran ser”.
02 JUL 2022 - 20:34 | Actualizado 04 JUL 2022 - 9:43

Por Lorena Leeming / @loreleeming

¿Cómo se llama el libro?. “Se llama de acuerdo a la interpretación que el lector/a quiera darle de acuerdo a su perspectiva. Y si, se rompen estereotipos”. Dijo Gustavo Chaina, escritor y hacedor cultural. Hay varias obras de su autoría pero con ésta en particular, rompe esquemas, invita a la comunidad a reflexionar. Se llama “Los hombres (no) lloran”. El “no” está tachado. Y versa respecto a cuál es la lágrima que más duele sin importar el género. La lágrima que más duele es “la que escondés”, dice. Y así desarrolla una serie de vivencias en donde asegura que al hombre se le ha puesto una mochila “sin saber por qué”. Habla del respeto al “ser” con referencia a la diversidad y de la intolerancia social descripta en varios párrafos. Allí, llama urgente a “desaprender” conductas naturalizadas.

Chaina relató cada detalle en una entrevista con Jornada. No se guardó nada. “Los hombres (no) lloran es una mezcla de experiencia personal en su niñez y adolescencia y en lo que como padre va aprendiendo cada día de sus hijos. En el prólogo una interpretación de la psicóloga Patricia Fernández en la que asegura que en el relato, el autor invita al lector a confirmar una y mil veces qué tan viejos son nuestros esquemas, de qué alimentamos nuestras mentes y nuestras almas. ¿Qué significa poder derramar lágrimas?: encontrarnos con nuestras emociones , no tenerles miedo y desaprender significados.

La edición se agotó. Y lejos de una publicidad sobre el contenido, Gustavo ahondó en lo que quedó para él y para la sociedad haber ofrecido este tipo de producto que atraviesa las emociones y se adentra en lo que hoy se denominan las “nuevas masculinidades”. Aseguró Gustavo que en el último capítulo que se llama “la lágrima que más duele” hubo interacción con el publico por las distintas redes sociales. “Coincidimos todos en que la que más duele es la que escondes. Y al mismo tiempo te preguntás ¿por qué llorar es de mujeres y está bien?. Y en los varones no. Y cuando ven que lo hacen preguntan: ¿por qué lloran?. Y nos detenemos en lo importante que es llorar sea el género que sea”, deslizó.

El juego de palabras es atractivo en el título. Cada persona de acuerdo a su bagaje cultural o su ideología puede interpretarlo a libre albedrío. “Se llama como quieran. Se llama como el lector que lo visualiza porque entra por los ojos. Puede leer que los hombre no lloran y el no está tachado, puede leer que los hombres lloran o la interpretación que le da el lector. Cuando me decís que voy rompiendo estereotipos me veo haciéndolo. Y veo a quienes tenemos más de 30 que tenemos un molde prearmado: que es lo que está bien y lo que está mal. Estas enseñanzas que tuvimos de niños y son contradictorias”, consignó.
Gustavo no se queda con la explicación gramatical de las expresiones sino también da ejemplos certeros sobre lo que era ayer y lo que la sociedad vive en la actualidad. “Antes era hermosa la nena con un vestidito impecable que le decían: andá a jugar pero no te ensucies. En cambio a los varones le advertían que no lloren si se caían de la bicicleta: no seas maricón, era la frase” describió. Y es ahí donde hizo una pausa. “Cuando los padres nos damos cuenta que tenemos la posibilidad de cortar con eso, es muy bueno. No es la opción, es la posibilidad que tenemos de decir que eso no debe ser así. Cuando el chico se cae, lo mejor es decirle llorá tranquilo porque duele y cuando te duches te va a volver a doler más porque arde y no tiene nada de malo. Y no se marca como en otros tiempos que nos hacían visualizar claramente el patrón que teníamos. Hoy nadie cambia nada, todos lo hemos aprendimos”.

El escritor, busca todo el tiempo ser prudente en las palabras para describir el puntapié inicial que lo emerge en una temática muy actual como la perspectiva de género. “Los hombres no lloran, o lloran tiene mucho para decir. A mi me pasó en la adolescencia de sentir que me decían de todo por jugar voley, que no era un deporte de hombres en el municipal de Trelew. Todos se reían o hacían referencia a mi color de piel. ¿ Por qué hoy tenemos que seguir bancándonos esto de que si somos negros o no somos negros, o esta cosa en doble sentido: yo siempre usaba chombas de color rosa que siempre me encantó. Así que además de negro, me decían “puto” y con la chomba rosa se afirmaba porque yo era alguien que creció en las Mil Viviendas. Soy cero futbol, me gusta Boca pero no se ni quien ataja, quedamos fuera de las estructuras porque en el ámbito social se habla de eso. Y yo tengo que decir no, no lo vi al partido”, ejemplificó.

Cerró la entrevista dejando un mensaje. Desde su interior y hacia el exterior de la sociedad. “Llegan mensajes de quienes son tolerantes y quienes no. Me quedo siempre con el que suma y el mensaje es: esta ficha que cae cuando ves que se abren las peurtas a la perspectiva de género, el mensaje es “qué queres hacer con lo que queres ser” tiene que ver con nosotros si seguimos hablando de las personas o si nos acercamos nos abrazamos y hablamos con ellas. Todas las personas observamos y sentimos diferentes y hacemos juicios diferentes. Lo más lindo es desaprender.#

Gustavo Chaina Instó a que las niñeces y adolescencias vivan con libertad “que sean lo que quieran ser”.
02 JUL 2022 - 20:34

Por Lorena Leeming / @loreleeming

¿Cómo se llama el libro?. “Se llama de acuerdo a la interpretación que el lector/a quiera darle de acuerdo a su perspectiva. Y si, se rompen estereotipos”. Dijo Gustavo Chaina, escritor y hacedor cultural. Hay varias obras de su autoría pero con ésta en particular, rompe esquemas, invita a la comunidad a reflexionar. Se llama “Los hombres (no) lloran”. El “no” está tachado. Y versa respecto a cuál es la lágrima que más duele sin importar el género. La lágrima que más duele es “la que escondés”, dice. Y así desarrolla una serie de vivencias en donde asegura que al hombre se le ha puesto una mochila “sin saber por qué”. Habla del respeto al “ser” con referencia a la diversidad y de la intolerancia social descripta en varios párrafos. Allí, llama urgente a “desaprender” conductas naturalizadas.

Chaina relató cada detalle en una entrevista con Jornada. No se guardó nada. “Los hombres (no) lloran es una mezcla de experiencia personal en su niñez y adolescencia y en lo que como padre va aprendiendo cada día de sus hijos. En el prólogo una interpretación de la psicóloga Patricia Fernández en la que asegura que en el relato, el autor invita al lector a confirmar una y mil veces qué tan viejos son nuestros esquemas, de qué alimentamos nuestras mentes y nuestras almas. ¿Qué significa poder derramar lágrimas?: encontrarnos con nuestras emociones , no tenerles miedo y desaprender significados.

La edición se agotó. Y lejos de una publicidad sobre el contenido, Gustavo ahondó en lo que quedó para él y para la sociedad haber ofrecido este tipo de producto que atraviesa las emociones y se adentra en lo que hoy se denominan las “nuevas masculinidades”. Aseguró Gustavo que en el último capítulo que se llama “la lágrima que más duele” hubo interacción con el publico por las distintas redes sociales. “Coincidimos todos en que la que más duele es la que escondes. Y al mismo tiempo te preguntás ¿por qué llorar es de mujeres y está bien?. Y en los varones no. Y cuando ven que lo hacen preguntan: ¿por qué lloran?. Y nos detenemos en lo importante que es llorar sea el género que sea”, deslizó.

El juego de palabras es atractivo en el título. Cada persona de acuerdo a su bagaje cultural o su ideología puede interpretarlo a libre albedrío. “Se llama como quieran. Se llama como el lector que lo visualiza porque entra por los ojos. Puede leer que los hombre no lloran y el no está tachado, puede leer que los hombres lloran o la interpretación que le da el lector. Cuando me decís que voy rompiendo estereotipos me veo haciéndolo. Y veo a quienes tenemos más de 30 que tenemos un molde prearmado: que es lo que está bien y lo que está mal. Estas enseñanzas que tuvimos de niños y son contradictorias”, consignó.
Gustavo no se queda con la explicación gramatical de las expresiones sino también da ejemplos certeros sobre lo que era ayer y lo que la sociedad vive en la actualidad. “Antes era hermosa la nena con un vestidito impecable que le decían: andá a jugar pero no te ensucies. En cambio a los varones le advertían que no lloren si se caían de la bicicleta: no seas maricón, era la frase” describió. Y es ahí donde hizo una pausa. “Cuando los padres nos damos cuenta que tenemos la posibilidad de cortar con eso, es muy bueno. No es la opción, es la posibilidad que tenemos de decir que eso no debe ser así. Cuando el chico se cae, lo mejor es decirle llorá tranquilo porque duele y cuando te duches te va a volver a doler más porque arde y no tiene nada de malo. Y no se marca como en otros tiempos que nos hacían visualizar claramente el patrón que teníamos. Hoy nadie cambia nada, todos lo hemos aprendimos”.

El escritor, busca todo el tiempo ser prudente en las palabras para describir el puntapié inicial que lo emerge en una temática muy actual como la perspectiva de género. “Los hombres no lloran, o lloran tiene mucho para decir. A mi me pasó en la adolescencia de sentir que me decían de todo por jugar voley, que no era un deporte de hombres en el municipal de Trelew. Todos se reían o hacían referencia a mi color de piel. ¿ Por qué hoy tenemos que seguir bancándonos esto de que si somos negros o no somos negros, o esta cosa en doble sentido: yo siempre usaba chombas de color rosa que siempre me encantó. Así que además de negro, me decían “puto” y con la chomba rosa se afirmaba porque yo era alguien que creció en las Mil Viviendas. Soy cero futbol, me gusta Boca pero no se ni quien ataja, quedamos fuera de las estructuras porque en el ámbito social se habla de eso. Y yo tengo que decir no, no lo vi al partido”, ejemplificó.

Cerró la entrevista dejando un mensaje. Desde su interior y hacia el exterior de la sociedad. “Llegan mensajes de quienes son tolerantes y quienes no. Me quedo siempre con el que suma y el mensaje es: esta ficha que cae cuando ves que se abren las peurtas a la perspectiva de género, el mensaje es “qué queres hacer con lo que queres ser” tiene que ver con nosotros si seguimos hablando de las personas o si nos acercamos nos abrazamos y hablamos con ellas. Todas las personas observamos y sentimos diferentes y hacemos juicios diferentes. Lo más lindo es desaprender.#


NOTICIAS RELACIONADAS