Quedó impune la causa por torturas y secuestros de militantes en la Base Almirante Zar de Trelew

Murió el excapitán Raúl Noziglia, el único imputado que quedaba por la represión sistemática a un grupo de dirigentes del Valle. Se trata de peronistas, radicales y del Partido Comunista que sufrieron múltiples torturas físicas y psicológicas. Muchos fallecieron y ya no habrá justicia por su padecimiento.

Centro de represión. La Base Zar recibió a muchos presos políticos que fueron vejados en los 70.
10 JUL 2022 - 20:20 | Actualizado 10 JUL 2022 - 20:23

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

Raúl Noziglia tenía 87 años y cumplía arresto domiciliario en Capital Federal. Murió el 6 de mayo de un paro cardíaco. Había sido capitán de navío del Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada Argentina. Y estaba acusado por su complicidad en 26 secuestros, 14 episodios de tortura a perseguidos políticos y 21 violaciones de domicilio ya que a la fecha de estos hechos era comandante del Batallón de Infantería de Marina N° 4, de la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew.

Con su fallecimiento ya no quedan imputados en la causa, por lo que ese tramo de la represión local quedará impune. La acción penal quedó extinguida y el juez Mario Reynaldi sobreseyó a Noziglia.

En este expediente el juez federal de Rawson Hugo Sastre en 2010 había declarado por primera vez a la Base como centro clandestino de detención, en el marco del plan de represión, tortura y aniquilamiento de opositores a la dictadura que se desató el 24 de marzo de 1976.

Además de Noziglia habían sido procesados el ex jefe de la Base Eduardo Rivero Nelly y su segundo, Salvador Fortunato D´Amico; al exmayor Carlos Alberto Barbot, exjefe del Distrito Militar Trelew que también era jefe de Policía, y el exdictador Jorge Rafael Videla. Por fallecimientos o cambios procesales, sólo Noziglia llegaba al juicio.

Al caso lo investigó el fiscal federal Fernando Gélvez y estaba listo para el juicio oral y público de parte del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia.

Las víctimas fueron Enrique Alberto Bar; Federico García López; Aroldo Nelson Onzari; Manfredo Enrique Lendzian; Juan José Onzari; Daniel Alfredo De Lamo; Héctor Luis Cassia y Luis Enrique Molina.

También Olga Nidia Asaro de Capandegui; José María Ferre; Santiago Marcelino López; Daniel Alfredo Focarazzo; Noel Nicolás Coronel; Chakib Florentino Loscar; María Cristina Torres; Alberto Recchia y Heraldo Delfín Torné.

La lista culmina con Horacio Mallo; Luis Eugenio Calero; Juan Esteban Tudela Sánchez; Alberto Rubén Raimondi Gastaldi; Enrique Oscar Escolar; Timoteo Timoszuk; María Laura Pautasso; José María Pagnamento y Fernando y Luis Eugenio Calero. Algunos ya fallecieron

El “Pelado” Cassia fue detenido en 1977 por un grupo de 15 personas con armas largas. Entraron en forma salvaje, lo trompearon y se lo llevaron encapuchado. En un calabozo de la Base lo interrogaron con golpes y amenazas. Un mes después lo hicieron subir a un camión junto con “Chiche” López y lo liberaron en la ruta.

A Coronel en la Base lo encapucharon y le ataron las manos por la espalda. Lo esposaron a un radiador apagado. Lo interrogaron y lo torturaron psíquicamente. “Le preguntaron por Elvio Ángel Bel (el maestro desaparecido en Trelew) le sacaron una foto pero no abrió los ojos porque los tenía llenos de sangre”, dice la causa.

Onzari fue detenido en el Aeropuerto viejo. Lo esposaron, le vendaron los ojos. En su habitación de la Base escuchaba gritos y llantos. Cree que era una grabación porque se repetía. Lo interrogaron a golpes por su relación con Bel.

A Loscar lo hicieron arrodillar y lo vendaron. Lo esposaron a un radiador. Escuchaba gritos y una mujer que insultaba. Lo alumbraron con un reflector a los ojos. Lo golpeaban y lo amenazaban. Le preguntaban sobre el Partido Comunista y sobre Bel.

Una noche lo sacaron para “un viaje sin retorno”, le dijeron. Lo llevaron cerca de un avión, amagaron con subirlo pero lo regresaron al vehículo. Lo fotografiaron. Lo dejaron vendado frente a su casa.

En el caso de Molina, una madrugada fue obligado a salir de su casa con gritos de megáfono. Lo colocaron contra una pared encapuchado y esposado. En la caja de un camión lo ataron con alambre y lo taparon con mantas. En la Base alcanzó a ver y escuchar a conocidos ya que militaba en el PC.

En los interrogatorios recibió patadas, trompadas, tirones de pelo y amenazas de que podía “terminar mal”. Hasta recibió corriente en las muñecas. Escuchó que le pegaban a otros detenidos, entre llantos e insultos.

Onzari fue secuestrado en Rawson para interrogarlo sobre su vinculación con el PC. Abría su fábrica cuando fue cargado a un colectivo de la Marina. En la Base estuvo en un gimnasio, lo hicieron arrodillar contra una pared y le colocaron tapones en los ojos y una venda. Lo fotografiaron.

Torres fue detenida la madrugada del 3 de mayo del 77. La subieron a un furgón con más gente. En la Base le quitaron la venda y le tomaron una foto. Escuchó ruidos, gritos, órdenes, contraórdenes, quejidos, ruidos de cadenas, gritos de mujeres e insultos de hombres. La interrogaron con una luz muy alta frente a la cara. Le gatillaron un arma en la sien. La amenazaban diciéndole que iban a detener a la madre.

Torné era sereno en el Residencial Paterson de Trelew. Vio muchos colimbas y gente de Marina. Lo encapucharon y lo subieron a un camión. Lo empezaron a golpear.

En la Base estuvo siempre esposado, vendado y custodiado. Lo interrogaban de noche. Lo fotografiaron. Lo sentaban en una silla giratoria en el medio de la habitación con cinco personas y le preguntaban sobre desde que época estaba en la subversión, sobre su hermano, sus actividades, sobre Bel y Recchia. Lo golpeaban en el estómago, la espalda y culatazos en la nuca.

García López fue detenido por un grupo de tareas en mayo de 1977. Recorrió varias casas cuando supo que otros compañeros del Partido Comunista habían sido detenidos. Volvió a su vivienda pero la estaban allanando. Regresó sobre sus pasos.

Al otro día trabajaba en su taller cuando ingresó un operativo con armas, lo encapucharon y esposaron. Cuando se negó a dar información del PC y su relación con Bel, un militar le pasó un cortapluma sin filo por el cuello, las orejas y la cara. De noche pateaban las puertas de su habitación, corrían el cerrojo del arma y abrían y cerraba la puerta de la pieza. Una tarde entera un grupo lo golpeó. Fue amenazado de muerte y que iban a llevar a su esposa ahí para violarla. Perdió parte de la audición.

En el caso de Recchia, lo despertaron con un megáfono. Lo hicieron salir y los encapucharon a él y su señora. Le sacaron libros. Lo subieron a un auto y le pisaron en la espalda. Antes de entrar a la Base le inyectaron algo que lo desmayó. Despertó en una cama esposado a una argolla en la pared.

Era amenazado con que su mujer estaba en otra parte: “No te preocupes total tenemos forma de hacerla hablar”. Le pegaron patadas, sopapos y le picanearon las piernas. Lo inyectaron de nuevo y al despertar lo estaban soltando. Se enteró que estaba en San Antonio Oeste.

Ferré fue detenido en 1976 en un operativo en la ruta a Playa Unión. Pararon su colectivo y figuraba en una lista. Lo llevaron a los calabozos de la Base esposado y encapuchado. Escuchaba ruidos de otras personas. Día y noche los buscaban para interrogarlos sobre ideología, actividades políticas y amistades. Recibió patadas y golpes en la cabeza. Le apoyaron una picana en el pecho.

Tuvo una segunda detención en su casa en mayo de 1977. Encapuchado y esposado fue cargado en un camión rumbo a la Base. Terminó en un gimnasio con más secuestrados de otros procedimientos.

En una celda dijo haber escuchado muchos gritos de torturados y le decían: “Están friendo a la parrilla a personas y después te toca a vos”. Le preguntaban por gente de Esquel.
Una vez le hicieron tocar un elemento de madera. Le dijeron que era un ataúd y pronto él iba a estar dentro. Le daban cachetadas, trompadas y palmazos en la cabeza.
De noche pasaban, le pateaban las puertas y no los dejaban dormir. Siempre encapuchado. Lo liberaron en el centro de Trelew.

Olga Asaro estaba embarazada de 5 meses. Eran las 4. Dormía en su casa con su esposo y su hija de dos años. Entraron 15 personas vestidas de militares con armas largas. Revisaron todo. Fuera del departamento vio un camión lleno de militares y gente en el techo.

En la Base le vendaron los ojos; entre empujones la llevaron a un gimnasio. Notó que en el lugar más gente contra las paredes y sentados en el piso.

La interrogaron por su hermana, si ella era peronista, quién le estaba haciendo los trámites para salir del país y si pensaba que su hermana había hecho algo para estar presa. También le preguntaron sobre cartas que le había enviado su hermana Silvia (detenida en Devoto) y los nombres que aparecían en ellas.

Fernando Calero tenía 16 años en mayo de 1977. Fue detenido con su padre Luis Eugenio y su madre Elena Warzansky.

En su casa secuestraron 50 libros de ideología comunista, marxista, leninista; 44 revistas “Fundamento”, recortes de diarios y apuntes del PC y 16 carnets de afiliación en blanco. En la Base estuvo una semana, fue muy golpeado y según la causa, sufrió abusos de los represores para obligar a que su padre hablara. Quedó psíquicamente muy alterado.

Su padre Luis fue llevado a un lugar grande con muchos detenidos, parecido a un gimnasio. Lo pusieron contra la pared, vendado y esposado. Lo interrogaron entre golpes y amenazas. Escuchó las torturas de su hijo Fernando, que estaba desnudo.

Ya había estado detenido por su actividad en el PC. Una mañana se cortó las venas de ambos brazos. Lo salvaron en la Enfermería.#

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Centro de represión. La Base Zar recibió a muchos presos políticos que fueron vejados en los 70.
10 JUL 2022 - 20:20

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

Raúl Noziglia tenía 87 años y cumplía arresto domiciliario en Capital Federal. Murió el 6 de mayo de un paro cardíaco. Había sido capitán de navío del Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada Argentina. Y estaba acusado por su complicidad en 26 secuestros, 14 episodios de tortura a perseguidos políticos y 21 violaciones de domicilio ya que a la fecha de estos hechos era comandante del Batallón de Infantería de Marina N° 4, de la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew.

Con su fallecimiento ya no quedan imputados en la causa, por lo que ese tramo de la represión local quedará impune. La acción penal quedó extinguida y el juez Mario Reynaldi sobreseyó a Noziglia.

En este expediente el juez federal de Rawson Hugo Sastre en 2010 había declarado por primera vez a la Base como centro clandestino de detención, en el marco del plan de represión, tortura y aniquilamiento de opositores a la dictadura que se desató el 24 de marzo de 1976.

Además de Noziglia habían sido procesados el ex jefe de la Base Eduardo Rivero Nelly y su segundo, Salvador Fortunato D´Amico; al exmayor Carlos Alberto Barbot, exjefe del Distrito Militar Trelew que también era jefe de Policía, y el exdictador Jorge Rafael Videla. Por fallecimientos o cambios procesales, sólo Noziglia llegaba al juicio.

Al caso lo investigó el fiscal federal Fernando Gélvez y estaba listo para el juicio oral y público de parte del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia.

Las víctimas fueron Enrique Alberto Bar; Federico García López; Aroldo Nelson Onzari; Manfredo Enrique Lendzian; Juan José Onzari; Daniel Alfredo De Lamo; Héctor Luis Cassia y Luis Enrique Molina.

También Olga Nidia Asaro de Capandegui; José María Ferre; Santiago Marcelino López; Daniel Alfredo Focarazzo; Noel Nicolás Coronel; Chakib Florentino Loscar; María Cristina Torres; Alberto Recchia y Heraldo Delfín Torné.

La lista culmina con Horacio Mallo; Luis Eugenio Calero; Juan Esteban Tudela Sánchez; Alberto Rubén Raimondi Gastaldi; Enrique Oscar Escolar; Timoteo Timoszuk; María Laura Pautasso; José María Pagnamento y Fernando y Luis Eugenio Calero. Algunos ya fallecieron

El “Pelado” Cassia fue detenido en 1977 por un grupo de 15 personas con armas largas. Entraron en forma salvaje, lo trompearon y se lo llevaron encapuchado. En un calabozo de la Base lo interrogaron con golpes y amenazas. Un mes después lo hicieron subir a un camión junto con “Chiche” López y lo liberaron en la ruta.

A Coronel en la Base lo encapucharon y le ataron las manos por la espalda. Lo esposaron a un radiador apagado. Lo interrogaron y lo torturaron psíquicamente. “Le preguntaron por Elvio Ángel Bel (el maestro desaparecido en Trelew) le sacaron una foto pero no abrió los ojos porque los tenía llenos de sangre”, dice la causa.

Onzari fue detenido en el Aeropuerto viejo. Lo esposaron, le vendaron los ojos. En su habitación de la Base escuchaba gritos y llantos. Cree que era una grabación porque se repetía. Lo interrogaron a golpes por su relación con Bel.

A Loscar lo hicieron arrodillar y lo vendaron. Lo esposaron a un radiador. Escuchaba gritos y una mujer que insultaba. Lo alumbraron con un reflector a los ojos. Lo golpeaban y lo amenazaban. Le preguntaban sobre el Partido Comunista y sobre Bel.

Una noche lo sacaron para “un viaje sin retorno”, le dijeron. Lo llevaron cerca de un avión, amagaron con subirlo pero lo regresaron al vehículo. Lo fotografiaron. Lo dejaron vendado frente a su casa.

En el caso de Molina, una madrugada fue obligado a salir de su casa con gritos de megáfono. Lo colocaron contra una pared encapuchado y esposado. En la caja de un camión lo ataron con alambre y lo taparon con mantas. En la Base alcanzó a ver y escuchar a conocidos ya que militaba en el PC.

En los interrogatorios recibió patadas, trompadas, tirones de pelo y amenazas de que podía “terminar mal”. Hasta recibió corriente en las muñecas. Escuchó que le pegaban a otros detenidos, entre llantos e insultos.

Onzari fue secuestrado en Rawson para interrogarlo sobre su vinculación con el PC. Abría su fábrica cuando fue cargado a un colectivo de la Marina. En la Base estuvo en un gimnasio, lo hicieron arrodillar contra una pared y le colocaron tapones en los ojos y una venda. Lo fotografiaron.

Torres fue detenida la madrugada del 3 de mayo del 77. La subieron a un furgón con más gente. En la Base le quitaron la venda y le tomaron una foto. Escuchó ruidos, gritos, órdenes, contraórdenes, quejidos, ruidos de cadenas, gritos de mujeres e insultos de hombres. La interrogaron con una luz muy alta frente a la cara. Le gatillaron un arma en la sien. La amenazaban diciéndole que iban a detener a la madre.

Torné era sereno en el Residencial Paterson de Trelew. Vio muchos colimbas y gente de Marina. Lo encapucharon y lo subieron a un camión. Lo empezaron a golpear.

En la Base estuvo siempre esposado, vendado y custodiado. Lo interrogaban de noche. Lo fotografiaron. Lo sentaban en una silla giratoria en el medio de la habitación con cinco personas y le preguntaban sobre desde que época estaba en la subversión, sobre su hermano, sus actividades, sobre Bel y Recchia. Lo golpeaban en el estómago, la espalda y culatazos en la nuca.

García López fue detenido por un grupo de tareas en mayo de 1977. Recorrió varias casas cuando supo que otros compañeros del Partido Comunista habían sido detenidos. Volvió a su vivienda pero la estaban allanando. Regresó sobre sus pasos.

Al otro día trabajaba en su taller cuando ingresó un operativo con armas, lo encapucharon y esposaron. Cuando se negó a dar información del PC y su relación con Bel, un militar le pasó un cortapluma sin filo por el cuello, las orejas y la cara. De noche pateaban las puertas de su habitación, corrían el cerrojo del arma y abrían y cerraba la puerta de la pieza. Una tarde entera un grupo lo golpeó. Fue amenazado de muerte y que iban a llevar a su esposa ahí para violarla. Perdió parte de la audición.

En el caso de Recchia, lo despertaron con un megáfono. Lo hicieron salir y los encapucharon a él y su señora. Le sacaron libros. Lo subieron a un auto y le pisaron en la espalda. Antes de entrar a la Base le inyectaron algo que lo desmayó. Despertó en una cama esposado a una argolla en la pared.

Era amenazado con que su mujer estaba en otra parte: “No te preocupes total tenemos forma de hacerla hablar”. Le pegaron patadas, sopapos y le picanearon las piernas. Lo inyectaron de nuevo y al despertar lo estaban soltando. Se enteró que estaba en San Antonio Oeste.

Ferré fue detenido en 1976 en un operativo en la ruta a Playa Unión. Pararon su colectivo y figuraba en una lista. Lo llevaron a los calabozos de la Base esposado y encapuchado. Escuchaba ruidos de otras personas. Día y noche los buscaban para interrogarlos sobre ideología, actividades políticas y amistades. Recibió patadas y golpes en la cabeza. Le apoyaron una picana en el pecho.

Tuvo una segunda detención en su casa en mayo de 1977. Encapuchado y esposado fue cargado en un camión rumbo a la Base. Terminó en un gimnasio con más secuestrados de otros procedimientos.

En una celda dijo haber escuchado muchos gritos de torturados y le decían: “Están friendo a la parrilla a personas y después te toca a vos”. Le preguntaban por gente de Esquel.
Una vez le hicieron tocar un elemento de madera. Le dijeron que era un ataúd y pronto él iba a estar dentro. Le daban cachetadas, trompadas y palmazos en la cabeza.
De noche pasaban, le pateaban las puertas y no los dejaban dormir. Siempre encapuchado. Lo liberaron en el centro de Trelew.

Olga Asaro estaba embarazada de 5 meses. Eran las 4. Dormía en su casa con su esposo y su hija de dos años. Entraron 15 personas vestidas de militares con armas largas. Revisaron todo. Fuera del departamento vio un camión lleno de militares y gente en el techo.

En la Base le vendaron los ojos; entre empujones la llevaron a un gimnasio. Notó que en el lugar más gente contra las paredes y sentados en el piso.

La interrogaron por su hermana, si ella era peronista, quién le estaba haciendo los trámites para salir del país y si pensaba que su hermana había hecho algo para estar presa. También le preguntaron sobre cartas que le había enviado su hermana Silvia (detenida en Devoto) y los nombres que aparecían en ellas.

Fernando Calero tenía 16 años en mayo de 1977. Fue detenido con su padre Luis Eugenio y su madre Elena Warzansky.

En su casa secuestraron 50 libros de ideología comunista, marxista, leninista; 44 revistas “Fundamento”, recortes de diarios y apuntes del PC y 16 carnets de afiliación en blanco. En la Base estuvo una semana, fue muy golpeado y según la causa, sufrió abusos de los represores para obligar a que su padre hablara. Quedó psíquicamente muy alterado.

Su padre Luis fue llevado a un lugar grande con muchos detenidos, parecido a un gimnasio. Lo pusieron contra la pared, vendado y esposado. Lo interrogaron entre golpes y amenazas. Escuchó las torturas de su hijo Fernando, que estaba desnudo.

Ya había estado detenido por su actividad en el PC. Una mañana se cortó las venas de ambos brazos. Lo salvaron en la Enfermería.#


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