Doce micro emprendedores de la Comarca Andina se organizan para producir sus propios vinos

En este grupo, hay dos bodegas ya conformadas y otros están recién iniciándose con los viñedos, arrancando con la etapa de producción primaria. Si bien apuntan a “una elaboración artesanal, valoran también marcar una identidad regional enfocada hacia el turismo, junto a mantener y potenciar la calidad de las uvas”, graficó el coordinador del programa Cambio Rural, Diego Neira.

15 JUL 2022 - 18:24 | Actualizado 15 JUL 2022 - 18:27

Luego de una reunión, la nueva asociación quedó integrada por Inés Hansen (bodega Hansen Becerra); Gastón Touriñan (viñedos Paraje Entre Ríos); Andrés González (viñedos Cava Nueva); Guillermo Mezler (viñedos Rinconada de Cerro Amigo); Ulises Neculman (bodega y viñedos Fincas del Pirque); Viviana Kohler (bodega y viñedos El Desemboque); Alumine Honik (viñedos Hacia el Sur); Ernesto Pastor (viñedos Las Golondrinas); Sebastián Copani (viñedos Faldeo del Piltri); Gustavo Graméndola (viñedos de Altura); Susana Chocán (viñedos El Paraíso) y Pablo Santiago (viñedos Subida al Piltriquitrón).

Cabe recordar que el desarrollo de la vitivinicultura tiene apenas 20 años en la región y que actualmente hay varios establecimientos que ya han posicionado sus vinos en el mercado, además de varias distinciones a nivel internacional.

Con unos 60 productores, “pasamos a ser la región del Chubut con mayor superficie cultivada con uvas, incluso por encima de Sarmiento”, detalló el enólogo Darío González, quien asesora a la mayoría de los emprendedores y argumentó que “lo más significativo es la filosofía que manejamos para promover estos minifundios, apuntando a la auto sustentabilidad, la diversificación y a incorporar valor agregado a las chacras”.

Según resaltó, la fama de los vinos del sur del mundo se sustenta en “la amplitud térmica y la generosa exposición solar que despiertan los más elegantes descriptores organolépticos”. De igual modo, “el merlot de zona fría destaca por sus aromas de frutos rojos, con un vibrante fondo especiado de buena estructura y su acidez natural, que hace posible los más variados maridajes”.

Líneas activas

En el caso de los nuevos emprendedores, desde el Inta “articulamos alternativas para acercar al productor a líneas de financiamiento nacional activas, direccionadas a cooperativas”, señaló Neira.

“A partir de su integración, se comienza a trabajar sobre las necesidades surgidas de las reuniones, definiendo el direccionamiento y acompañando todo lo que se pueda canalizar a través de los programas vigentes”, agregó.

Entre otras propuestas, “surgió la posibilidad de vincularse con los egresados y estudiantes de las escuelas regionales agro técnicas y facultades”. Desde su óptica, “la capacitación es una pata fundamental en el plan y se irá armando cada tres o cuatro meses con técnicos aportados por Cambio Rural. Estos espacios son interesantes, ya que se nutren con el intercambio de experiencias de los distintos grupos y con distintas realidades que ayudan a mejorar la producción”, remarcó.

Con 30 años de funcionamiento, el programa Cambio Rural está coordinado entre el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el INTA, que desde la sede El Hoyo también trabaja en la Comarca Andina con productores ganaderos, apícolas y de fruta fina. Asimismo, recientemente quedó conformado un grupo de cerveceros artesanales y otro de turismo rural en Cushamen. En coincidencia, “también está en proceso de integración un polo de productores madereros”.

Cuna de los vinos chubutenses

El valle de El Hoyo es “la cuna de los vinos chubutenses” a partir de los viñedos y la bodega fundada por Bernardo Weinert entre 1999 y 2000, con su sueño de transformar esta zona de la Patagonia en “una nueva California”, donde plantó las primeras cepas de merlot, pinot noir, chardonnay, gewürztraminer y riesling. Su criterio para los negocios sostenía que “mientras tengas tu propia filosofía y la mantengas durante los años, estarás en buen camino”.

15 JUL 2022 - 18:24

Luego de una reunión, la nueva asociación quedó integrada por Inés Hansen (bodega Hansen Becerra); Gastón Touriñan (viñedos Paraje Entre Ríos); Andrés González (viñedos Cava Nueva); Guillermo Mezler (viñedos Rinconada de Cerro Amigo); Ulises Neculman (bodega y viñedos Fincas del Pirque); Viviana Kohler (bodega y viñedos El Desemboque); Alumine Honik (viñedos Hacia el Sur); Ernesto Pastor (viñedos Las Golondrinas); Sebastián Copani (viñedos Faldeo del Piltri); Gustavo Graméndola (viñedos de Altura); Susana Chocán (viñedos El Paraíso) y Pablo Santiago (viñedos Subida al Piltriquitrón).

Cabe recordar que el desarrollo de la vitivinicultura tiene apenas 20 años en la región y que actualmente hay varios establecimientos que ya han posicionado sus vinos en el mercado, además de varias distinciones a nivel internacional.

Con unos 60 productores, “pasamos a ser la región del Chubut con mayor superficie cultivada con uvas, incluso por encima de Sarmiento”, detalló el enólogo Darío González, quien asesora a la mayoría de los emprendedores y argumentó que “lo más significativo es la filosofía que manejamos para promover estos minifundios, apuntando a la auto sustentabilidad, la diversificación y a incorporar valor agregado a las chacras”.

Según resaltó, la fama de los vinos del sur del mundo se sustenta en “la amplitud térmica y la generosa exposición solar que despiertan los más elegantes descriptores organolépticos”. De igual modo, “el merlot de zona fría destaca por sus aromas de frutos rojos, con un vibrante fondo especiado de buena estructura y su acidez natural, que hace posible los más variados maridajes”.

Líneas activas

En el caso de los nuevos emprendedores, desde el Inta “articulamos alternativas para acercar al productor a líneas de financiamiento nacional activas, direccionadas a cooperativas”, señaló Neira.

“A partir de su integración, se comienza a trabajar sobre las necesidades surgidas de las reuniones, definiendo el direccionamiento y acompañando todo lo que se pueda canalizar a través de los programas vigentes”, agregó.

Entre otras propuestas, “surgió la posibilidad de vincularse con los egresados y estudiantes de las escuelas regionales agro técnicas y facultades”. Desde su óptica, “la capacitación es una pata fundamental en el plan y se irá armando cada tres o cuatro meses con técnicos aportados por Cambio Rural. Estos espacios son interesantes, ya que se nutren con el intercambio de experiencias de los distintos grupos y con distintas realidades que ayudan a mejorar la producción”, remarcó.

Con 30 años de funcionamiento, el programa Cambio Rural está coordinado entre el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el INTA, que desde la sede El Hoyo también trabaja en la Comarca Andina con productores ganaderos, apícolas y de fruta fina. Asimismo, recientemente quedó conformado un grupo de cerveceros artesanales y otro de turismo rural en Cushamen. En coincidencia, “también está en proceso de integración un polo de productores madereros”.

Cuna de los vinos chubutenses

El valle de El Hoyo es “la cuna de los vinos chubutenses” a partir de los viñedos y la bodega fundada por Bernardo Weinert entre 1999 y 2000, con su sueño de transformar esta zona de la Patagonia en “una nueva California”, donde plantó las primeras cepas de merlot, pinot noir, chardonnay, gewürztraminer y riesling. Su criterio para los negocios sostenía que “mientras tengas tu propia filosofía y la mantengas durante los años, estarás en buen camino”.


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