La publicación que ofrece el producto pertenece a una amiga que lo visitaba en el geriátrico donde estaba alojado y él se los regaló.
En la publicación se observa un precio exorbitante que alcanza los 25 millones de pesos y los describe como "anteojos pertenecientes al odontólogo Ricardo Barreda. Producto raro e histórico para coleccionistas".
Ante ello, la mujer sostuvo que a pesar de que al principio pensaba quedárselos, prefirió venderlos ya que necesita la plata: "Pensé en quedármelos de recuerdo. El pagó lo que hizo, pero con nosotros fue muy bueno. Hasta le festejábamos los cumpleaños. Pero estoy necesitada de plata. Ni idea cuánto pueden costar esos lentes y quién los compraría. Pero aunque me den diez mil pesos sería genial", dijo la amiga de Barreda en diálogo con un medio de comunicación.
-Querida, tomá. Son tuyos.
-Qué lindo recuerdo -dijo ella.
-Te los regalo porque cuando me muera vas a poder venderlos y va a salir guita. Es un regalo. Acá están todos locos. Llegaron a vender remeras y tazas con mi nombre.
"No sé por qué hay personas que me admiran. El otro día estaba haciendo un racconto de toda la gente que me ha saludado y puedo decir que solamente de tres personas escuché comentarios desfavorables. Un tres por ciento de insultos es un buen porcentaje. Algunos me felicitan y no es una cosa para que me feliciten. Es fuera de lugar. Yo les digo que desgraciadamente no inventé o no descubrí ninguna vacuna contra las caries. Me saludan, me piden autógrafos, se sacan fotos conmigo. Todo eso hace que me sienta muy mortificado", había manifestado Barreda en una entrevista antes de morir.
En noviembre de 1992 el odontólogo asesinó a escopetazos a su esposa, a sus dos hijas y a su suegra en la casa donde vivían ubicada en la calle 48 entre 11 y 12, en la ciudad de La Plata.
La Justicia lo declaró culpable y lo condenó a prisión perpetua aunque en 2016, la pena quedó extinguida y salió en libertad.
Tiempo después de su liberación fue alojado en un geriátrico por su estado abandónico y cuatro años después falleció.
La publicación que ofrece el producto pertenece a una amiga que lo visitaba en el geriátrico donde estaba alojado y él se los regaló.
En la publicación se observa un precio exorbitante que alcanza los 25 millones de pesos y los describe como "anteojos pertenecientes al odontólogo Ricardo Barreda. Producto raro e histórico para coleccionistas".
Ante ello, la mujer sostuvo que a pesar de que al principio pensaba quedárselos, prefirió venderlos ya que necesita la plata: "Pensé en quedármelos de recuerdo. El pagó lo que hizo, pero con nosotros fue muy bueno. Hasta le festejábamos los cumpleaños. Pero estoy necesitada de plata. Ni idea cuánto pueden costar esos lentes y quién los compraría. Pero aunque me den diez mil pesos sería genial", dijo la amiga de Barreda en diálogo con un medio de comunicación.
-Querida, tomá. Son tuyos.
-Qué lindo recuerdo -dijo ella.
-Te los regalo porque cuando me muera vas a poder venderlos y va a salir guita. Es un regalo. Acá están todos locos. Llegaron a vender remeras y tazas con mi nombre.
"No sé por qué hay personas que me admiran. El otro día estaba haciendo un racconto de toda la gente que me ha saludado y puedo decir que solamente de tres personas escuché comentarios desfavorables. Un tres por ciento de insultos es un buen porcentaje. Algunos me felicitan y no es una cosa para que me feliciten. Es fuera de lugar. Yo les digo que desgraciadamente no inventé o no descubrí ninguna vacuna contra las caries. Me saludan, me piden autógrafos, se sacan fotos conmigo. Todo eso hace que me sienta muy mortificado", había manifestado Barreda en una entrevista antes de morir.
En noviembre de 1992 el odontólogo asesinó a escopetazos a su esposa, a sus dos hijas y a su suegra en la casa donde vivían ubicada en la calle 48 entre 11 y 12, en la ciudad de La Plata.
La Justicia lo declaró culpable y lo condenó a prisión perpetua aunque en 2016, la pena quedó extinguida y salió en libertad.
Tiempo después de su liberación fue alojado en un geriátrico por su estado abandónico y cuatro años después falleció.