Historia de amor puro: le donará un riñón a un joven que fue su alumno

Tiene 32 años. Y quien lo recibe, 17. Con el tiempo se convirtió en su padrino. Y se puso muy feliz cuando supo que era compatible. Es el segundo caso en el país después del de Sandra Mihanovicvh. El trasplante se realizará entre agosto y setiembre. “Estoy convencido de lo que hago”, le dijo a Jornada.

29 JUN 2013 - 23:01 | Actualizado

Marcos Morón tiene 32 años. Y tomó una decisión fuerte. Pero que le nació del corazón: va a donarle un riñón a Franco Jones de 17, con quien sólo lo une una relación a amor y amistad. Es su ahijado. Y lo conoció cuando era muy chico y lo tuvo como alumno de música en el Círculo Social de Rawson. Tal vez ninguno de los dos sabía el vínculo afectivo que comenzaba a crecer y que desencadenaría en esta decisión que emociona y que tendrá su desenlace a fines de agosto o principios de setiembre.

-Soy muy creyente y para mi es un principio bíblico. Desde que supe lo que tenía Franco empezó a dar vueltas en mi cabeza la posibilidad de ayudarlo a que siga viviendo de la mejor manera”, le dijo Marcos a Jornada.

Ahora está en Buenos Aires completando los estudios médicos. Es integrante de la Banda de Música de la Policía. Pertenece a una conocida familia de la capital provincial que, desde siempre apoyó su decisión.

-Lo conocí a principio de 2000. Era muy chico. Y venía a estudiar percusión. Después lo perdía de vista hasta que en 2006 nos volvimos a encontrar. Entonces empezamos a camino juntos. El camino de la música y de la vida. Empecé a quererlo como a un hermano. Y sabiendo el problema de salud que tenía siempre dio vuelta en mi cabezo la idea de ayudarlo, cuenta Marcos.

Franco es su ahijado. Fue una elección del chico. Asi se unieron un poco más en el recorrido de la vida. Como son músicos hicieron muchas giras por el interior de la provincia. Y también estuvieron varias veces en Cosquín.

-Aprendí a quererlo. Pese a su problema es un chico muy inteligente que siempre va para adelante y enfrenta a la vida. Tiene muchas ganas de seguir viviendo y de la mejor manera. Este problema del riñón no se lo permite. Entonces surgió la posibilidad del trasplante. Y yo no lo dudé.

Franco sabía que la cuestión no era fácil. Como no lo une una relación de familia con el chico, debió someterse a muchos exámenes. Hasta que comprobaron que era compatible en un alto porcentaje.

-Los médicos me dijeron que la compatibilidad es aún más alta que con un familiar. Eso me puso muy feliz. Ahora estoy completando los análisis en Buenos Aires y muy ansioso de que llegue el momento de las operaciones. Todo va a salir bien y Franco va a tener una vida plena.

Es increíble escuchar a Marcos a través del teléfono. Contagia optimismo. Pero también se emociona: se quebró varias veces durante la charla con Jornada. Y cuando hablaba del chico lo hacía con un gran sentimiento.

-Es un chico bárbaro. Merece tener una vida como la de todos. Yo aprendí a quererlo como si fuera mi hermana. Pese a la diferencia de edad mantenemos muchas charlas. Hablamos de todo. Lo quiero un montón y estoy absolutamente convencido de lo que voy a hacer.

Sabe Marcos que su vida cambiará después del transplante. Pero en ningún momento eso fue un motivo para que repensara su decisión.

-Si te cuidás todo sigue igual. Es más: yo aprendí en estos tiempos que el que trabaja es un solo riñón. Al otro le dicen el “riñón vago”. Yo esto la aprendí ahora. Además está comprobado que mejorás en un 90 por ciento la calidad de vida. Te cuidás más. No tenés ninguna limitación. Yo digo que la gente tiene que tomar conciencia respecto a este tema. Hay que ser solidario y tener más amor al prójimo. Pero esto hay que llevarlo a la práctica. No solamente decirlo. Hay que practicarlo. En mi caso, siento que voy a serle útil a un ser especial, a un gran ser humano como es Franquito. Se hace querer”.

Marcos deberá dejar de fumar y llevar una vida sana después del transplante. Es un joven con muchas convicciones a tal punto que durante el conflicto policial que tuvo como epicentro el departamento de finanzas estuvo junto a sus compañeros, peleando por lo que consideraba justo. Pese a ese protagonismo la jefatura de policía lo apoya en esta decisión y por eso se lo agradece al jefe Luis Butazzi. Tendrá todo el tiempo necesario para recuperarse del transplante.

Marcos habla con una gran convicción. Es un joven que ama la vida y por sobre todas las cosas muy creyente. Y por eso también ama al prójimo. Sintió que tenía que tomar una decisión. Y la tomó. Para él es simplemente eso. Pero tal vez no aún no comprenda que esa decisión representa un gesto de amor interminable.

29 JUN 2013 - 23:01

Marcos Morón tiene 32 años. Y tomó una decisión fuerte. Pero que le nació del corazón: va a donarle un riñón a Franco Jones de 17, con quien sólo lo une una relación a amor y amistad. Es su ahijado. Y lo conoció cuando era muy chico y lo tuvo como alumno de música en el Círculo Social de Rawson. Tal vez ninguno de los dos sabía el vínculo afectivo que comenzaba a crecer y que desencadenaría en esta decisión que emociona y que tendrá su desenlace a fines de agosto o principios de setiembre.

-Soy muy creyente y para mi es un principio bíblico. Desde que supe lo que tenía Franco empezó a dar vueltas en mi cabeza la posibilidad de ayudarlo a que siga viviendo de la mejor manera”, le dijo Marcos a Jornada.

Ahora está en Buenos Aires completando los estudios médicos. Es integrante de la Banda de Música de la Policía. Pertenece a una conocida familia de la capital provincial que, desde siempre apoyó su decisión.

-Lo conocí a principio de 2000. Era muy chico. Y venía a estudiar percusión. Después lo perdía de vista hasta que en 2006 nos volvimos a encontrar. Entonces empezamos a camino juntos. El camino de la música y de la vida. Empecé a quererlo como a un hermano. Y sabiendo el problema de salud que tenía siempre dio vuelta en mi cabezo la idea de ayudarlo, cuenta Marcos.

Franco es su ahijado. Fue una elección del chico. Asi se unieron un poco más en el recorrido de la vida. Como son músicos hicieron muchas giras por el interior de la provincia. Y también estuvieron varias veces en Cosquín.

-Aprendí a quererlo. Pese a su problema es un chico muy inteligente que siempre va para adelante y enfrenta a la vida. Tiene muchas ganas de seguir viviendo y de la mejor manera. Este problema del riñón no se lo permite. Entonces surgió la posibilidad del trasplante. Y yo no lo dudé.

Franco sabía que la cuestión no era fácil. Como no lo une una relación de familia con el chico, debió someterse a muchos exámenes. Hasta que comprobaron que era compatible en un alto porcentaje.

-Los médicos me dijeron que la compatibilidad es aún más alta que con un familiar. Eso me puso muy feliz. Ahora estoy completando los análisis en Buenos Aires y muy ansioso de que llegue el momento de las operaciones. Todo va a salir bien y Franco va a tener una vida plena.

Es increíble escuchar a Marcos a través del teléfono. Contagia optimismo. Pero también se emociona: se quebró varias veces durante la charla con Jornada. Y cuando hablaba del chico lo hacía con un gran sentimiento.

-Es un chico bárbaro. Merece tener una vida como la de todos. Yo aprendí a quererlo como si fuera mi hermana. Pese a la diferencia de edad mantenemos muchas charlas. Hablamos de todo. Lo quiero un montón y estoy absolutamente convencido de lo que voy a hacer.

Sabe Marcos que su vida cambiará después del transplante. Pero en ningún momento eso fue un motivo para que repensara su decisión.

-Si te cuidás todo sigue igual. Es más: yo aprendí en estos tiempos que el que trabaja es un solo riñón. Al otro le dicen el “riñón vago”. Yo esto la aprendí ahora. Además está comprobado que mejorás en un 90 por ciento la calidad de vida. Te cuidás más. No tenés ninguna limitación. Yo digo que la gente tiene que tomar conciencia respecto a este tema. Hay que ser solidario y tener más amor al prójimo. Pero esto hay que llevarlo a la práctica. No solamente decirlo. Hay que practicarlo. En mi caso, siento que voy a serle útil a un ser especial, a un gran ser humano como es Franquito. Se hace querer”.

Marcos deberá dejar de fumar y llevar una vida sana después del transplante. Es un joven con muchas convicciones a tal punto que durante el conflicto policial que tuvo como epicentro el departamento de finanzas estuvo junto a sus compañeros, peleando por lo que consideraba justo. Pese a ese protagonismo la jefatura de policía lo apoya en esta decisión y por eso se lo agradece al jefe Luis Butazzi. Tendrá todo el tiempo necesario para recuperarse del transplante.

Marcos habla con una gran convicción. Es un joven que ama la vida y por sobre todas las cosas muy creyente. Y por eso también ama al prójimo. Sintió que tenía que tomar una decisión. Y la tomó. Para él es simplemente eso. Pero tal vez no aún no comprenda que esa decisión representa un gesto de amor interminable.


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