El año que Das Neves fue un piloto de tormentas y Macri ni siquiera arrancó

01 ENE 2017 - 9:41 | Actualizado

No se puede analizar el año que les tocó atravesar a los chubutenses sin medir el impacto de las políticas nacionales impulsadas por el Gobierno de Mauricio Macri, pero aun así es posible determinar que la gestión de Mario Das Neves en Chubut cierra el 2016 con un aprobado de parte de la sociedad y que la percepción general es muy negativa en cuanto a la gestión nacional de Cambiemos.

Das Neves cerró el año mucho mejor de los que propios y extraños hubieran imaginado al comienzo, cuando tuvo que hacerse cargo de la brasa caliente que le dejó el exgobernador Martín Buzzi. Paso situaciones complicadas por la escasez de fondos, por la presión de la deuda del Estado con los proveedores y por factores externos como su estado de salud, que en algún momento pareció jugarle decididamente en contra.

Sin embargo, con la piel dura como pocos, el gobernador renació de sus propias cenizas y terminó redondeando un año aceptable en todos los frentes. Aunque sería bueno que nadie se confunda y crea que la pelea está ganada.

El frente político es lo que mejor ha logrado cerrar Das Neves durante 2016. Con traspiés por su minoría en la Legislatura y con un peronismo que parecía organizarse desde la interna para enfrentar los desafíos electorales que se avecinan, el gobernador terminó siendo –otra vez- el centro del universo político chubutense.

Hoy, todo volvió a girar alrededor de él. Sumó tres legisladores de César Gustavo Mac Karthy en la Legislatura, podría sumar otros dos votos provenientes de la bancada del FpV, fortaleció su alianza con Adrián Maderna –y el propio Mac Karthy- en Trelew, fue uno de los principales beneficiados con la ruptura del PJ, que no pudo elegir democráticamente a sus autoridades y dejó muchos heridos, y dinamitó la endeble estructura de Cambiemos en Chubut, alejando aún más a los dirigentes del PRO de sus “socios” de la UCR.

Das Neves dejó la mesa servida para que en las elecciones parlamentarias de 2017 el amplio frente que imagina armar pueda pasar por las urnas sin contratiempos a buscar las bancas nacionales que estarán en juego.
 
El año de las obras
 
Los desafíos que deberá enfrentar Das Neves son urgentes y por eso decidió tomarse unos días a fin de año y reasumir el próximo lunes para empezar a delinear el perfil de su equipo de Gobierno, que necesitó muchos cambios a lo largo del año, principalmente, porque el gobernador es un tipo exigente y no todos los funcionarios elegidos estuvieron a la altura de las circunstancias.

Más allá de los problemas coyunturales que hubo y seguirá habiendo, ese parece ser el gran desafío de Das Neves: encontrar los hombres adecuados para no seguir perdiendo el tiempo en áreas que requieren respuestas inmediatas.

El ministro Coordinador de Gabinete, Alberto Gilardino, que tuvo que hacerse cargo de un hierro caliente tras la salida de un histórico como Víctor Cisterna, dio la talla en estos meses y logró acomodarse al ritmo que le imprime Das Neves a la función pública.

Gilardino evaluó como “positivo” el primer año de gestión del gobernador y tiró una frase que pinta de cuerpo entero lo que espera el Gobierno para 2017: “Será el año de la obra pública”.

La gestión provincial  apuesta, como se ha hecho en muchas otras oportunidades con resultados diversos, al impacto que la obra pública tiene como herramienta movilizadora de otras actividades económicas.

La obra pública es un motor y generador de empleo y la Provincia diagramó un esquema para tener una determinada cantidad de dinero todos los meses volcado a la obra púbica.
 
Números bajo la lupa
 
Gilardino tendrá un papel clave en lo que viene pero también el gobernador apuesta mucho a la figura de Pablo Oca, el sobrio ministro de Economía al que muchos no le veían demasiada cintura para jugar en una cartera en donde la política se mete por la ventana todo el tiempo, y sin embargo terminó administrando la crisis sin grandes sobresaltos.

Oca deberá cuidar la implementación de un Presupuesto ambicioso, con la presión salarial que los gremios comenzarán a realizar apenas se acallen los ecos de los festejos de las Fiestas y también con un déficit de las cuentas públicas de unos 2.000 millones de pesos, que es el estimado pero no deja de generar presión sobre el resto de la economía.

Oca ya demostró que da la talla pero en 2017 volverá a rendir varios exámenes difíciles. Con ingresos por regalías y coparticipación en baja, con intensa una agenda de vencimientos de deuda tomadas por Buzzi y por la actual gestión, y con una economía argentina con pocas expectativas de crecimiento, todos los gobiernos del país van a depender de la muñeca del que maneja la caja.
 
Macri, de vacaciones
 
Las vacaciones que el Presidente se tomó en Villa La Angostura para fin de año y hasta la primera semana de enero son una muestra del perfil que le ha dado Macri a su gestión: conducción errática a distancia, mandato delegado en sus “CEO’s” de Gabinete y enormes dificultades para tirar aunque sea un centro para el grueso de la sociedad, que termina el año preocupada por lo que puede venir.

El bajo nivel de manejo político para enfrentar las situaciones críticas fue una de las causas –tal vez, la principal- por las que un aliado político estratégico de la primera hora como Das Neves terminara disparando munición gruesa contra varios altos funcionarios del Gobierno nacional.

Las medidas arbitrarias que tomó Macri contra la Patagonia y Chubut en particular (la eliminación de los reembolsos por puertos, el proyecto original de Ganancias de la oposición y el manejo vidrioso del tema del “barril criollo”, por ejemplo), le causaron perjuicios económicos a la provincia y un resquebrajamiento en la relación de Das Neves con el Presidente.

El primer año de Macri termina con sabor amargo. La falta de timing político para resolver lo que estaba mal y no hacer grandes modificaciones a los que se venía haciendo bien en la etapa kirchnerista, y ese afán por aplicar recetas ultraliberales casi hasta la exageración, desilusionaron hasta los propios votantes de Cambiemos.

Si al kirchnerismo se le enrostró exagerar y llevar hasta límites insospechados su disputa con el Grupo Clarín, que inclusive terminaron erosionando sus chances de ganar las elecciones en 2015, a Macri se le podría achacar el desmedido uso de la “pesada herencia” para explicar sus inhabilidades para gobernar.

Profundizar el ajuste del gasto público sin medidas que contengan la caída de la clase media y baja, el desmoronamiento del consumo y el aumento del desempleo y la pobreza, puede ser letal para el Gobierno nacional.
Por ahora, a Macri no parece importarle demasiado.
 

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
01 ENE 2017 - 9:41

No se puede analizar el año que les tocó atravesar a los chubutenses sin medir el impacto de las políticas nacionales impulsadas por el Gobierno de Mauricio Macri, pero aun así es posible determinar que la gestión de Mario Das Neves en Chubut cierra el 2016 con un aprobado de parte de la sociedad y que la percepción general es muy negativa en cuanto a la gestión nacional de Cambiemos.

Das Neves cerró el año mucho mejor de los que propios y extraños hubieran imaginado al comienzo, cuando tuvo que hacerse cargo de la brasa caliente que le dejó el exgobernador Martín Buzzi. Paso situaciones complicadas por la escasez de fondos, por la presión de la deuda del Estado con los proveedores y por factores externos como su estado de salud, que en algún momento pareció jugarle decididamente en contra.

Sin embargo, con la piel dura como pocos, el gobernador renació de sus propias cenizas y terminó redondeando un año aceptable en todos los frentes. Aunque sería bueno que nadie se confunda y crea que la pelea está ganada.

El frente político es lo que mejor ha logrado cerrar Das Neves durante 2016. Con traspiés por su minoría en la Legislatura y con un peronismo que parecía organizarse desde la interna para enfrentar los desafíos electorales que se avecinan, el gobernador terminó siendo –otra vez- el centro del universo político chubutense.

Hoy, todo volvió a girar alrededor de él. Sumó tres legisladores de César Gustavo Mac Karthy en la Legislatura, podría sumar otros dos votos provenientes de la bancada del FpV, fortaleció su alianza con Adrián Maderna –y el propio Mac Karthy- en Trelew, fue uno de los principales beneficiados con la ruptura del PJ, que no pudo elegir democráticamente a sus autoridades y dejó muchos heridos, y dinamitó la endeble estructura de Cambiemos en Chubut, alejando aún más a los dirigentes del PRO de sus “socios” de la UCR.

Das Neves dejó la mesa servida para que en las elecciones parlamentarias de 2017 el amplio frente que imagina armar pueda pasar por las urnas sin contratiempos a buscar las bancas nacionales que estarán en juego.
 
El año de las obras
 
Los desafíos que deberá enfrentar Das Neves son urgentes y por eso decidió tomarse unos días a fin de año y reasumir el próximo lunes para empezar a delinear el perfil de su equipo de Gobierno, que necesitó muchos cambios a lo largo del año, principalmente, porque el gobernador es un tipo exigente y no todos los funcionarios elegidos estuvieron a la altura de las circunstancias.

Más allá de los problemas coyunturales que hubo y seguirá habiendo, ese parece ser el gran desafío de Das Neves: encontrar los hombres adecuados para no seguir perdiendo el tiempo en áreas que requieren respuestas inmediatas.

El ministro Coordinador de Gabinete, Alberto Gilardino, que tuvo que hacerse cargo de un hierro caliente tras la salida de un histórico como Víctor Cisterna, dio la talla en estos meses y logró acomodarse al ritmo que le imprime Das Neves a la función pública.

Gilardino evaluó como “positivo” el primer año de gestión del gobernador y tiró una frase que pinta de cuerpo entero lo que espera el Gobierno para 2017: “Será el año de la obra pública”.

La gestión provincial  apuesta, como se ha hecho en muchas otras oportunidades con resultados diversos, al impacto que la obra pública tiene como herramienta movilizadora de otras actividades económicas.

La obra pública es un motor y generador de empleo y la Provincia diagramó un esquema para tener una determinada cantidad de dinero todos los meses volcado a la obra púbica.
 
Números bajo la lupa
 
Gilardino tendrá un papel clave en lo que viene pero también el gobernador apuesta mucho a la figura de Pablo Oca, el sobrio ministro de Economía al que muchos no le veían demasiada cintura para jugar en una cartera en donde la política se mete por la ventana todo el tiempo, y sin embargo terminó administrando la crisis sin grandes sobresaltos.

Oca deberá cuidar la implementación de un Presupuesto ambicioso, con la presión salarial que los gremios comenzarán a realizar apenas se acallen los ecos de los festejos de las Fiestas y también con un déficit de las cuentas públicas de unos 2.000 millones de pesos, que es el estimado pero no deja de generar presión sobre el resto de la economía.

Oca ya demostró que da la talla pero en 2017 volverá a rendir varios exámenes difíciles. Con ingresos por regalías y coparticipación en baja, con intensa una agenda de vencimientos de deuda tomadas por Buzzi y por la actual gestión, y con una economía argentina con pocas expectativas de crecimiento, todos los gobiernos del país van a depender de la muñeca del que maneja la caja.
 
Macri, de vacaciones
 
Las vacaciones que el Presidente se tomó en Villa La Angostura para fin de año y hasta la primera semana de enero son una muestra del perfil que le ha dado Macri a su gestión: conducción errática a distancia, mandato delegado en sus “CEO’s” de Gabinete y enormes dificultades para tirar aunque sea un centro para el grueso de la sociedad, que termina el año preocupada por lo que puede venir.

El bajo nivel de manejo político para enfrentar las situaciones críticas fue una de las causas –tal vez, la principal- por las que un aliado político estratégico de la primera hora como Das Neves terminara disparando munición gruesa contra varios altos funcionarios del Gobierno nacional.

Las medidas arbitrarias que tomó Macri contra la Patagonia y Chubut en particular (la eliminación de los reembolsos por puertos, el proyecto original de Ganancias de la oposición y el manejo vidrioso del tema del “barril criollo”, por ejemplo), le causaron perjuicios económicos a la provincia y un resquebrajamiento en la relación de Das Neves con el Presidente.

El primer año de Macri termina con sabor amargo. La falta de timing político para resolver lo que estaba mal y no hacer grandes modificaciones a los que se venía haciendo bien en la etapa kirchnerista, y ese afán por aplicar recetas ultraliberales casi hasta la exageración, desilusionaron hasta los propios votantes de Cambiemos.

Si al kirchnerismo se le enrostró exagerar y llevar hasta límites insospechados su disputa con el Grupo Clarín, que inclusive terminaron erosionando sus chances de ganar las elecciones en 2015, a Macri se le podría achacar el desmedido uso de la “pesada herencia” para explicar sus inhabilidades para gobernar.

Profundizar el ajuste del gasto público sin medidas que contengan la caída de la clase media y baja, el desmoronamiento del consumo y el aumento del desempleo y la pobreza, puede ser letal para el Gobierno nacional.
Por ahora, a Macri no parece importarle demasiado.
 


NOTICIAS RELACIONADAS