Editorial / La importancia del comienzo de clases

La discusión con los gremios docentes de Chubut entró en un compás de espera el jueves pasado a la noche, cuando el Gobierno provincial mejoró un poco la oferta inicial realizada en el primer encuentro en Comodoro Rivadavia y generó puntos de vista distintos entre la dirigencia de la ATECh, el gremio históricamente más representativo, y el resto sindicatos docentes (Sitraed, UDA y AMET), que sin embargo han empezado a equilibrar las cosas a la hora de la discusión paritaria.

La negociación con los docentes entró en un compás de espera y ahora se vendrán las asambleas.
12 FEB 2022 - 21:04 | Actualizado

Si bien por ahora parecen estar lejos de un acuerdo, la propuesta de otorgar un 18% de aumento en tres tramos consecutivos (abril, mayo y junio) y la promesa de sentarse a renegociar una nueva escala en junio, parecen un buen punto de partida.

Sin embargo, el Gobierno hace una cuenta que a los gremios no les cierra: asegura que con el 30% otorgado en agosto del año pasado (pagadero en tres tramos), más el aumento actual y algún ajuste extra, redondeará un 55% acumulado entre agosto de 2021 y junio próximo, lo cual preservaría el salario docente de la inflación.

El secretario general de la ATECh, Daniel Murphy (y su ladero, Carlos Magno), dejaron en claro que la oferta era insuficiente y que el gremio no iba a responder antes del 18 de febrero, día en que habrá una asamblea de todas las seccionales. A diferencia de dirigencias anteriores de la ATECh, que nunca dejaron de ser combativas pero tampoco cortaban el diálogo a la primera de cambio, a esta conducción del gremio encarnada por dos dirigentes de izquierda les cuesta sentarse a la mesa a negociar con este Gobierno. Así se hace difícil cualquier intento de acuerdo, dicen entre los negociadores del Ejecutivo.

Los otros tres gremios, con matices, tienen mayor voluntad de llegar a un punto de acuerdo para que el ciclo lectivo comience en marzo sin demoras. Con los chicos en las aulas también se puede seguir negociando, sugieren en los alrededores de Gerardo Carranza y Cristina Alcalá (Sitraed); Rodrigo Blanco (AMET); y Walter Muzzio y Silvia Puertas (UDA), los otros dirigentes que se sientan a la mesa a negociar los salarios.

No hubo cruces públicos entre la ATECh y el resto de los gremios, al menos por ahora. Pero en la reunión del jueves se marcaron diferencias. Por ejemplo, cuando ATECh se mostró inflexible con la fecha del 18 para responder la propuesta oficial, los otros gremios, con el Sitraed a la cabeza, pidieron otra reunión que se realizaría este miércoles sin dirigentes de ATECh.

Los concursos docentes son otro punto de desencuentro entre los gremios. Mientras ATECh pidió postergarlos, el resto opinó lo contrario.

La estrategia peronista

A la distancia, desde la Casa Rosada se han tomado la cuestión docente de Chubut como un punto clave para este año. Si bien la educación es un tema de cada provincia, el Gobierno nacional pretende consensuar con todos los distritos una estrategia y hasta ayudas económicas para que no haya dilación en el comienzo de clases.

El tema político (y a futuro, electoral) se cuela en la discusión porque la conducción del Frente de Todos, aún con disidencias profundas, está dispuesto a dar pelea para seguir otros cuatro años. Para ello deberán reconstruir el poder territorial en varias provincias en donde en las últimas elecciones hubo derrotas duras. Una de ellas es Chubut.

El objetivo del Gobierno nacional es cerrar filas sobre la gestión de Mariano Arcioni para que con ese orden interno garantizado se pueda gestar una opción peronista para 2023. No piden cogobernar, ni apoyar todo a libro cerrado. Y, por supuesto, saben perfectamente cuáles son las diferencias entre el PJ y el Chusoto. Pero también advierten que el electorado ha mirado a ambas propuestas como parte de un todo y el castigo no distinguió boletas.

Todo el beneficio se lo llevó “Nacho” Torres, un dirigente joven que nunca dice todo lo que piensa, que representa al liberalismo que tanto daño le ha hecho a la Patagonia (y al país, por cierto) y que emergió con rapidez gracias a la interminable pelea entre peronistas.

La idea es bajar la espuma interna hasta que aclare y trabajar juntos en un proyecto que atraiga al electorado. Para eso es necesario que los que andan cada uno por su lado, empiecen a caminar juntos y en la misma dirección. Y los que sólo tienen para mostrar derrotas electorales, guarden silencio.

El acercamiento que por ahora es manejado en privado, despacito y por las piedras, lo encarnan el intendente Juan Pablo Luque y el vicegobernador Ricardo Sastre. Ambos mantienen sus diferencias pero acordaron no dejarle el camino alfombrado a Juntos para el Cambio para 2023. En ese objetivo está incluido el intendente Gustavo Sastre pero, por ahora, no es de la partida otro jefe comunal importante: Adrián Maderna. Nadie que quiera estar debe quedar excluido, dicen desde el Gobierno nacional, pero para estar hay que cumplir todos los acuerdos, exigen.

Hay un jugador clave en este juego que charla con todos (inclusive con Maderna) y que le dedica a Chubut mucho interés: Eduardo Enrique “Wado” De Pedro, el ministro del Interior, que la semana pasada habló con Luque y recibió (sin foto) a los hermanos Sastre en Buenos Aires. “Wado” es un negociador nato y ha tejido con algunos dirigentes del peronismo de Chubut (y con gremialistas como Héctor González, el líder de Luz y Fuerza) una relación de cercanía que entusiasma a los dirigentes chubutenses. Encontraron alguien que los escucha y que pide cosas razonables. Y, sobre todo, que no quiere imponer candidatos.

Las reuniones y las charlas seguirán esta semana. Esto recién comienza.

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La negociación con los docentes entró en un compás de espera y ahora se vendrán las asambleas.
12 FEB 2022 - 21:04

Si bien por ahora parecen estar lejos de un acuerdo, la propuesta de otorgar un 18% de aumento en tres tramos consecutivos (abril, mayo y junio) y la promesa de sentarse a renegociar una nueva escala en junio, parecen un buen punto de partida.

Sin embargo, el Gobierno hace una cuenta que a los gremios no les cierra: asegura que con el 30% otorgado en agosto del año pasado (pagadero en tres tramos), más el aumento actual y algún ajuste extra, redondeará un 55% acumulado entre agosto de 2021 y junio próximo, lo cual preservaría el salario docente de la inflación.

El secretario general de la ATECh, Daniel Murphy (y su ladero, Carlos Magno), dejaron en claro que la oferta era insuficiente y que el gremio no iba a responder antes del 18 de febrero, día en que habrá una asamblea de todas las seccionales. A diferencia de dirigencias anteriores de la ATECh, que nunca dejaron de ser combativas pero tampoco cortaban el diálogo a la primera de cambio, a esta conducción del gremio encarnada por dos dirigentes de izquierda les cuesta sentarse a la mesa a negociar con este Gobierno. Así se hace difícil cualquier intento de acuerdo, dicen entre los negociadores del Ejecutivo.

Los otros tres gremios, con matices, tienen mayor voluntad de llegar a un punto de acuerdo para que el ciclo lectivo comience en marzo sin demoras. Con los chicos en las aulas también se puede seguir negociando, sugieren en los alrededores de Gerardo Carranza y Cristina Alcalá (Sitraed); Rodrigo Blanco (AMET); y Walter Muzzio y Silvia Puertas (UDA), los otros dirigentes que se sientan a la mesa a negociar los salarios.

No hubo cruces públicos entre la ATECh y el resto de los gremios, al menos por ahora. Pero en la reunión del jueves se marcaron diferencias. Por ejemplo, cuando ATECh se mostró inflexible con la fecha del 18 para responder la propuesta oficial, los otros gremios, con el Sitraed a la cabeza, pidieron otra reunión que se realizaría este miércoles sin dirigentes de ATECh.

Los concursos docentes son otro punto de desencuentro entre los gremios. Mientras ATECh pidió postergarlos, el resto opinó lo contrario.

La estrategia peronista

A la distancia, desde la Casa Rosada se han tomado la cuestión docente de Chubut como un punto clave para este año. Si bien la educación es un tema de cada provincia, el Gobierno nacional pretende consensuar con todos los distritos una estrategia y hasta ayudas económicas para que no haya dilación en el comienzo de clases.

El tema político (y a futuro, electoral) se cuela en la discusión porque la conducción del Frente de Todos, aún con disidencias profundas, está dispuesto a dar pelea para seguir otros cuatro años. Para ello deberán reconstruir el poder territorial en varias provincias en donde en las últimas elecciones hubo derrotas duras. Una de ellas es Chubut.

El objetivo del Gobierno nacional es cerrar filas sobre la gestión de Mariano Arcioni para que con ese orden interno garantizado se pueda gestar una opción peronista para 2023. No piden cogobernar, ni apoyar todo a libro cerrado. Y, por supuesto, saben perfectamente cuáles son las diferencias entre el PJ y el Chusoto. Pero también advierten que el electorado ha mirado a ambas propuestas como parte de un todo y el castigo no distinguió boletas.

Todo el beneficio se lo llevó “Nacho” Torres, un dirigente joven que nunca dice todo lo que piensa, que representa al liberalismo que tanto daño le ha hecho a la Patagonia (y al país, por cierto) y que emergió con rapidez gracias a la interminable pelea entre peronistas.

La idea es bajar la espuma interna hasta que aclare y trabajar juntos en un proyecto que atraiga al electorado. Para eso es necesario que los que andan cada uno por su lado, empiecen a caminar juntos y en la misma dirección. Y los que sólo tienen para mostrar derrotas electorales, guarden silencio.

El acercamiento que por ahora es manejado en privado, despacito y por las piedras, lo encarnan el intendente Juan Pablo Luque y el vicegobernador Ricardo Sastre. Ambos mantienen sus diferencias pero acordaron no dejarle el camino alfombrado a Juntos para el Cambio para 2023. En ese objetivo está incluido el intendente Gustavo Sastre pero, por ahora, no es de la partida otro jefe comunal importante: Adrián Maderna. Nadie que quiera estar debe quedar excluido, dicen desde el Gobierno nacional, pero para estar hay que cumplir todos los acuerdos, exigen.

Hay un jugador clave en este juego que charla con todos (inclusive con Maderna) y que le dedica a Chubut mucho interés: Eduardo Enrique “Wado” De Pedro, el ministro del Interior, que la semana pasada habló con Luque y recibió (sin foto) a los hermanos Sastre en Buenos Aires. “Wado” es un negociador nato y ha tejido con algunos dirigentes del peronismo de Chubut (y con gremialistas como Héctor González, el líder de Luz y Fuerza) una relación de cercanía que entusiasma a los dirigentes chubutenses. Encontraron alguien que los escucha y que pide cosas razonables. Y, sobre todo, que no quiere imponer candidatos.

Las reuniones y las charlas seguirán esta semana. Esto recién comienza.


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