Alguna vez he contado acerca de que estudiar Derecho Romano como parte de los estudios en la carrera de Abogacía suele ser algo tremendamente agobiante.
La historia de Roma, de ese pueblo que se inventó y reinventó desde lo cultural, imperial y jurídico es en realidad fascinante. Pasa que con la juventud que estudiamos esos temas, y pensando en 20, 30 años atrás donde todo estaba solo en los libros, fatigaba. Al menos en mi caso, fui apreciando y disfrutando ese ensamble entre historia e instituciones jurídicas del derecho romano con el tiempo.
Hasta no hace mucho tiempo confieso que no había reparado en el arte Románico. Como siempre, alguien nos muestra algo nuevo, en esta oportunidad un amigo fanático y estudioso del tema fue motivando mi gusto y aprecio por ese arte. A partir del siglo X, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea. La expansión en los aspectos económicos y culturales como el crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, hace que Europa se vea invadida de un ansia en la construcción. Así formularon un arte que representara a toda la cristiandad, llamándolo “Románico”. Es un arte anterior al gótico y desde la caída del imperio romano de occidente. Las pinturas realizadas con una técnica específica, representadas en sus paredes, son de una belleza simple y profunda y representativa del Antiguo y el Nuevo Testamento, como así de la vida cotidiana y en relación a los astros. Hoy pueden verse aún en algunas iglesias como en San Isidoro en León o las rescatadas de manera impecable y resguardadas en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Y yo que pensaba que había dicho todo sobre las campanas. ¡Qué ilusa! Heminway y su historia con campanas repicando ha sido solo el comienzo.
David es de Cervera, que está a hora y media de Barcelona y como quiere mucho a su pueblo y sus riquezas culturales nos embaló a un grupete de excursión por allí. Pensarse en una iglesia que tiene poco más de mil años es un tanto fuerte. Saberse ahí dentro, porque aún está en pie, con casi nada de restauración, en medio del campo en Cervera, resulta impactante. Para quien es amante del Arte Románico, visitar la Iglesia de Sant Pere el Gros situada allí es un sueño cumplido.
Miro alrededor, la extensión de la tierra labrada aquí y allí, hacia arriba la muralla. La iglesia románica y redonda, mostrando la circularidad del universo, ahí enclavada con mil años encima, dentro, arriba, por los costados. Con la piedra recortada y encastrada. Dentro mil años de secretos, susurros, confesiones, silencios.
Lo que no preví es que, como parte de semejante recorrido por Cervera y sus curiosidades Románicas, estaba dispuesto un tiempo especial para un campanario especial. El recorrido no estaba dirigido en este caso por una experta y apasionada guía, sino por dos de sus campaneros oficiales, José y Ramón. Dos jóvenes entusiastas y apasionados de su labor y función que nos mostraron el Campanario de Santa María de Cervera. Hoy es una elección ser campanero, antiguamente la función de campanero se transmitía a los hijos. Cuentan de un caso en que una viuda fue campanera hasta que su hijo adquirió la edad para poder hacerlo.
En mi pueblo teníamos campanario y campana por supuesto, lo recuerdo. Y sé que sonaba, antes de misa, llamando a los vecinos y anunciando que ya comenzaba. También cuando se celebraban las Fiestas Patronales de Nuestra Señora de los Desamparados.
Las experiencias que ocurren por sorpresa e inesperadas pueden serlo de felicidad y emoción.
Ramón y José nos mostraron al grupo de amigos embarcados en ese plan dominguero, con pasión y afecto su campanario de Cervera que tiene algunas particularidades. Este campanario de 50 metros está levantado por encima de la Iglesia y la Paeria que es el Ayuntamiento. Fue construido entre los siglos XIV y XV. Para llegar al piso de las campanas hay que subir 130 peldaños, hasta arribar hay dos paradas de salas interiores. Una es la de los contrapesos y otra la del reloj.
El piso de las campanas es impactante, seis campanas con su nombre y nota musical cada una: Trinitat, Carranca, Onzena, Tibau, Seny Mayor y Nova. Siguen siendo tocadas por los campaneros de forma manual Igual que hace cientos de años. Intento situarme en siglos atrás y lo que significaba para la comunidad la comunicación e información brindada por los toques de las campanas. Una forma de comunicación directa, precisa e inclusiva. Hoy se continúan tocando el de Fiesta, el de Muertos distinguiendo aún en la actualidad si es hombre o mujer y el de entierro. Hay una imagen de la Virgen de Santa Bárbara, patrona de los campaneros y de las tempestades.
Comunicarse en tiempos postmodernos, enterarse, anoticiarse de lo que ocurre fuera de mi ámbito privado y saber qué ocurre en la comunidad parece hoy una simpleza. Aunque los seres humanos, organizados de alguna manera grupal, siempre hemos necesitado saber. Por eso… Si suenan las campanas, algo están anunciando. Imposible es hacer oídos sordos.
Alguna vez he contado acerca de que estudiar Derecho Romano como parte de los estudios en la carrera de Abogacía suele ser algo tremendamente agobiante.
La historia de Roma, de ese pueblo que se inventó y reinventó desde lo cultural, imperial y jurídico es en realidad fascinante. Pasa que con la juventud que estudiamos esos temas, y pensando en 20, 30 años atrás donde todo estaba solo en los libros, fatigaba. Al menos en mi caso, fui apreciando y disfrutando ese ensamble entre historia e instituciones jurídicas del derecho romano con el tiempo.
Hasta no hace mucho tiempo confieso que no había reparado en el arte Románico. Como siempre, alguien nos muestra algo nuevo, en esta oportunidad un amigo fanático y estudioso del tema fue motivando mi gusto y aprecio por ese arte. A partir del siglo X, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea. La expansión en los aspectos económicos y culturales como el crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, hace que Europa se vea invadida de un ansia en la construcción. Así formularon un arte que representara a toda la cristiandad, llamándolo “Románico”. Es un arte anterior al gótico y desde la caída del imperio romano de occidente. Las pinturas realizadas con una técnica específica, representadas en sus paredes, son de una belleza simple y profunda y representativa del Antiguo y el Nuevo Testamento, como así de la vida cotidiana y en relación a los astros. Hoy pueden verse aún en algunas iglesias como en San Isidoro en León o las rescatadas de manera impecable y resguardadas en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Y yo que pensaba que había dicho todo sobre las campanas. ¡Qué ilusa! Heminway y su historia con campanas repicando ha sido solo el comienzo.
David es de Cervera, que está a hora y media de Barcelona y como quiere mucho a su pueblo y sus riquezas culturales nos embaló a un grupete de excursión por allí. Pensarse en una iglesia que tiene poco más de mil años es un tanto fuerte. Saberse ahí dentro, porque aún está en pie, con casi nada de restauración, en medio del campo en Cervera, resulta impactante. Para quien es amante del Arte Románico, visitar la Iglesia de Sant Pere el Gros situada allí es un sueño cumplido.
Miro alrededor, la extensión de la tierra labrada aquí y allí, hacia arriba la muralla. La iglesia románica y redonda, mostrando la circularidad del universo, ahí enclavada con mil años encima, dentro, arriba, por los costados. Con la piedra recortada y encastrada. Dentro mil años de secretos, susurros, confesiones, silencios.
Lo que no preví es que, como parte de semejante recorrido por Cervera y sus curiosidades Románicas, estaba dispuesto un tiempo especial para un campanario especial. El recorrido no estaba dirigido en este caso por una experta y apasionada guía, sino por dos de sus campaneros oficiales, José y Ramón. Dos jóvenes entusiastas y apasionados de su labor y función que nos mostraron el Campanario de Santa María de Cervera. Hoy es una elección ser campanero, antiguamente la función de campanero se transmitía a los hijos. Cuentan de un caso en que una viuda fue campanera hasta que su hijo adquirió la edad para poder hacerlo.
En mi pueblo teníamos campanario y campana por supuesto, lo recuerdo. Y sé que sonaba, antes de misa, llamando a los vecinos y anunciando que ya comenzaba. También cuando se celebraban las Fiestas Patronales de Nuestra Señora de los Desamparados.
Las experiencias que ocurren por sorpresa e inesperadas pueden serlo de felicidad y emoción.
Ramón y José nos mostraron al grupo de amigos embarcados en ese plan dominguero, con pasión y afecto su campanario de Cervera que tiene algunas particularidades. Este campanario de 50 metros está levantado por encima de la Iglesia y la Paeria que es el Ayuntamiento. Fue construido entre los siglos XIV y XV. Para llegar al piso de las campanas hay que subir 130 peldaños, hasta arribar hay dos paradas de salas interiores. Una es la de los contrapesos y otra la del reloj.
El piso de las campanas es impactante, seis campanas con su nombre y nota musical cada una: Trinitat, Carranca, Onzena, Tibau, Seny Mayor y Nova. Siguen siendo tocadas por los campaneros de forma manual Igual que hace cientos de años. Intento situarme en siglos atrás y lo que significaba para la comunidad la comunicación e información brindada por los toques de las campanas. Una forma de comunicación directa, precisa e inclusiva. Hoy se continúan tocando el de Fiesta, el de Muertos distinguiendo aún en la actualidad si es hombre o mujer y el de entierro. Hay una imagen de la Virgen de Santa Bárbara, patrona de los campaneros y de las tempestades.
Comunicarse en tiempos postmodernos, enterarse, anoticiarse de lo que ocurre fuera de mi ámbito privado y saber qué ocurre en la comunidad parece hoy una simpleza. Aunque los seres humanos, organizados de alguna manera grupal, siempre hemos necesitado saber. Por eso… Si suenan las campanas, algo están anunciando. Imposible es hacer oídos sordos.