Refugio a la crisis: cada vez asiste a más chicos y necesita ayuda

Gabriela Olivera es la responsable de “El Refugio” en Trelew. Allí los chicos reciben comidas y auxilio escolar. Tendrá un aporte de la Paella Solidaria pero pide que todos se involucren.

Gabriela Olivera, responsable de “El Refugio”, no para de trabajar y transmitir lo que niños, desde bebés hasta pasando la adolescencia viven allí
21 ABR 2019 - 20:46 | Actualizado

Por Lorena Leeming / @LoreLeeming

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. La crisis, la falta de empleo y el desalentador panorama económico peganfuerte en la periferia de Trelew. El barrio Moreira IV es populoso: cientos de ranchos se alzan uno junto a otro de extremo a extremo sin respetar mucho el sentido de las calles. Carecen de materiales adecuados. Así vive la gente y esperan el invierno que por suerte, este año está dando tregua.

Unos 35 nenes toman la copa de leche, se llevan viandas para comer a la noche y reciben clases escolares en “El Refugio”. Hay dos abuelos que también esperan todos los días.

Pero un dato paraliza: por semana se incendia más de una vivienda. Hablamos de 5 familias que por mes deben ser asistidas. El merendero recibirá fondos de la Paella Solidaria del viernes. Será para infraestructura.

Gabriela Olivera, responsable de “El Refugio”, no para de trabajar y transmitir lo que niños, desde bebés hasta pasando la adolescencia viven allí. No critica. Muestra hechos. Pide ayuda a los funcionarios pero entiende que no son los únicos que deben comprometerse. Es una sociedad entera que no puede dar vuelta la cara y no pensar que un niño tiene hambre. Y ese niño que recibe, también aprende de solidaridad, también puede transformarse en una persona que con sus limitaciones, puede ayudar a otro: por ejemplo, alcanzándole la vianda a abuelos que no pueden moverse. Dan todo de sí para estar mejor.

“Cada vez es peor . Hay mucha gente que está sin trabajo y eso te lleva a un montón de cosas. Tanto, que tendría que ser un trabajo en conjunto. Que todos pongan un granito de arena, la gente necesitada, la parte social, es Gobierno. No creo que el Estado deba hacerse de cargo de todo. Como ciudadanos tenemos que aportar. Es un trabajo mutuo, creo en eso”, expresó Olivera.

“El Refugio” recibe de todo. Alimentos, ropa, mobiliario. En el exterior hay cajas enormes con vestimenta. Nadie pregunta. Si necesita la lleva. Y si puede aportar una prenda lo hace. Es habitual ver cajas de ropa que la gente dona en esquinas del barrio. Con un cartel : “Si necesitás, llevala. Si podés, aportá otra”.

En el merendero, un tablón devenido a mesa alcanza para 25 nenes. A medida que terminan, dejan lugar a otro. Hay una vieja alacena con pava para mates, ollas enormes, packs de fideos y cajas con frutas que los pibes pueden servirse como para complementar su alimento.

El problema de las casas precarias es que hacer lo que sea para calentarse e iluminarse es riesgoso. “En la semana hay más de un incendio. Son vidas. Hay cosas que sólo son materiales. A veces se reflexiona y se dice que no pasa nada. No. Nos cuesta lo material. Una perdida mínima para nosotros es mucho y se vuelve en incrementar asistencia. Son incendios pero a pocos metros hay gente adulta viviendo en ranchos solos. Una señora no se puede levantar y la otra tiene otros problemas. Se le enseña al niño a ser solidario y llevarle viandas. A veces la porción baja, otras sube. Hay fechas que ve mucha necesidad”.

Remarcó Aguilera que “hemos tenido una apertura de clases muy importante. Con toda la gente que trabajó con nosotros llegamos con bolsa educativa. Y ahí no termina todo. Hay que dar asistencia. El adolescente y el niño necesita todo el año. Hay cinco escolarizados más. El que entiende sabe que es importante. Acá se premia a la educación. Es lo primero”.

Agradeció la iniciativa de los organizadores de la Paella Solidaria. “Estamos en un rancho de 6 x 4 con problemas puntuales, algunos rincones en buen estado, otros no. Me aflige el invierno. Quisiera hacer una instalación eléctrica adecuada. Esta plata va directamente a un corralón y de ahí sacamos. Acá no se maneja efectivo. No es asociación civil ni ONG . Lo recaudado va a un corralón y de ahí sacamos. Nos elaboraron un plano nuevo con SUM, baño y duchas que es importante. Y una cocina adecuada. Apostaron a que se compren ladrillos. El cemento, cal y demás es más fácil para que pueda la gente colaborar”.

Olivera indicó que “esperemos estar mejor antes de fin de año. En la página de El Refugio Moreira se informará todo. Es transparente. Se reflejará en lo que se usa lo donado. En un poco tiempo avanzaremos. Ya tenemos terreno propio, hay mucha gente buen corazón que quiere hacer cosas en serio”

Nada de lo que les haga llegar la gente sobra. Se necesita harina, leche, grasa, levadura y salsa de tomates. “Hay 35 niños fijos y va variando. Hay fechas que vienen más y otras no tanto”.#
 

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Gabriela Olivera, responsable de “El Refugio”, no para de trabajar y transmitir lo que niños, desde bebés hasta pasando la adolescencia viven allí
21 ABR 2019 - 20:46

Por Lorena Leeming / @LoreLeeming

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. La crisis, la falta de empleo y el desalentador panorama económico peganfuerte en la periferia de Trelew. El barrio Moreira IV es populoso: cientos de ranchos se alzan uno junto a otro de extremo a extremo sin respetar mucho el sentido de las calles. Carecen de materiales adecuados. Así vive la gente y esperan el invierno que por suerte, este año está dando tregua.

Unos 35 nenes toman la copa de leche, se llevan viandas para comer a la noche y reciben clases escolares en “El Refugio”. Hay dos abuelos que también esperan todos los días.

Pero un dato paraliza: por semana se incendia más de una vivienda. Hablamos de 5 familias que por mes deben ser asistidas. El merendero recibirá fondos de la Paella Solidaria del viernes. Será para infraestructura.

Gabriela Olivera, responsable de “El Refugio”, no para de trabajar y transmitir lo que niños, desde bebés hasta pasando la adolescencia viven allí. No critica. Muestra hechos. Pide ayuda a los funcionarios pero entiende que no son los únicos que deben comprometerse. Es una sociedad entera que no puede dar vuelta la cara y no pensar que un niño tiene hambre. Y ese niño que recibe, también aprende de solidaridad, también puede transformarse en una persona que con sus limitaciones, puede ayudar a otro: por ejemplo, alcanzándole la vianda a abuelos que no pueden moverse. Dan todo de sí para estar mejor.

“Cada vez es peor . Hay mucha gente que está sin trabajo y eso te lleva a un montón de cosas. Tanto, que tendría que ser un trabajo en conjunto. Que todos pongan un granito de arena, la gente necesitada, la parte social, es Gobierno. No creo que el Estado deba hacerse de cargo de todo. Como ciudadanos tenemos que aportar. Es un trabajo mutuo, creo en eso”, expresó Olivera.

“El Refugio” recibe de todo. Alimentos, ropa, mobiliario. En el exterior hay cajas enormes con vestimenta. Nadie pregunta. Si necesita la lleva. Y si puede aportar una prenda lo hace. Es habitual ver cajas de ropa que la gente dona en esquinas del barrio. Con un cartel : “Si necesitás, llevala. Si podés, aportá otra”.

En el merendero, un tablón devenido a mesa alcanza para 25 nenes. A medida que terminan, dejan lugar a otro. Hay una vieja alacena con pava para mates, ollas enormes, packs de fideos y cajas con frutas que los pibes pueden servirse como para complementar su alimento.

El problema de las casas precarias es que hacer lo que sea para calentarse e iluminarse es riesgoso. “En la semana hay más de un incendio. Son vidas. Hay cosas que sólo son materiales. A veces se reflexiona y se dice que no pasa nada. No. Nos cuesta lo material. Una perdida mínima para nosotros es mucho y se vuelve en incrementar asistencia. Son incendios pero a pocos metros hay gente adulta viviendo en ranchos solos. Una señora no se puede levantar y la otra tiene otros problemas. Se le enseña al niño a ser solidario y llevarle viandas. A veces la porción baja, otras sube. Hay fechas que ve mucha necesidad”.

Remarcó Aguilera que “hemos tenido una apertura de clases muy importante. Con toda la gente que trabajó con nosotros llegamos con bolsa educativa. Y ahí no termina todo. Hay que dar asistencia. El adolescente y el niño necesita todo el año. Hay cinco escolarizados más. El que entiende sabe que es importante. Acá se premia a la educación. Es lo primero”.

Agradeció la iniciativa de los organizadores de la Paella Solidaria. “Estamos en un rancho de 6 x 4 con problemas puntuales, algunos rincones en buen estado, otros no. Me aflige el invierno. Quisiera hacer una instalación eléctrica adecuada. Esta plata va directamente a un corralón y de ahí sacamos. Acá no se maneja efectivo. No es asociación civil ni ONG . Lo recaudado va a un corralón y de ahí sacamos. Nos elaboraron un plano nuevo con SUM, baño y duchas que es importante. Y una cocina adecuada. Apostaron a que se compren ladrillos. El cemento, cal y demás es más fácil para que pueda la gente colaborar”.

Olivera indicó que “esperemos estar mejor antes de fin de año. En la página de El Refugio Moreira se informará todo. Es transparente. Se reflejará en lo que se usa lo donado. En un poco tiempo avanzaremos. Ya tenemos terreno propio, hay mucha gente buen corazón que quiere hacer cosas en serio”

Nada de lo que les haga llegar la gente sobra. Se necesita harina, leche, grasa, levadura y salsa de tomates. “Hay 35 niños fijos y va variando. Hay fechas que vienen más y otras no tanto”.#
 


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