En junio, el desmate fue de 1.062 km2, la peor cifra desde que empezaron las mediciones en 2015 con el sistema de observación por satélites Deter del Instituto Nacional Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués).
El récord anterior databa de junio del año pasado, con 1.043 km2 deforestados.
El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, que además es titular del Consejo Nacional de Amazonia Legal (CNML), anunció el mes pasado una nueva operación militar para controlar la deforestación en la región.
Una operación similar se llevó a cabo en 2020, con resultados cuestionados por las oenegés que atribuyen el aumento de la tala de árboles a la política del presidente Jair Bolsonaro, favorable a la apertura de la región a actividades madereras, agropecuarias y mineras.
Los datos de junio "muestran otro triste récord para la selva y sus pueblos", dijo Rómulo Batista, portavoz de la campaña Amazonia de Grenpeace.
"El gobierno renunció a la obligación de combatir el crimen ambiental", apuntó, por su parte, el Observatorio del Clima, una red de más de 60 oenegés y movimientos sociales, para la cual "Bolsonaro impulsó cambios de normas y paralizó la estructura de control".
Estos datos son los primeros bajo la gestión del nuevo ministro de Medio Ambiente, Joaquim Alvaro Pereira Leite, tras la renuncia de Ricardo Salles, presionado por una investigación sobre su presunta vinculación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.
Mourao expresó el pasado martes su expectativa de que la movilización militar permita "reducir entre 10% y 12%" el índice de deforestación que se verificó desde agosto del año pasado hasta julio de este año, el período que sirve de referencia.
La idea sería reducir la tala en ese lapso a menos de 10.000 km2, un número que fue superado en los últimos dos años por primera vez desde 2008, según el sistema Prodes del INPE, que trabaja con los datos de Deter.
Desde agosto de 2020 hasta junio de 2021, la cifra se elevaba a 7.295 km2 y en los dos primeros días de julio, hubo 216 km2 deforestados, por lo que a ese ritmo (de más de 100 km2 deforestados por día), la superficie de 10.000 km2 debería ser superada nuevamente este año.
En junio, el desmate fue de 1.062 km2, la peor cifra desde que empezaron las mediciones en 2015 con el sistema de observación por satélites Deter del Instituto Nacional Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués).
El récord anterior databa de junio del año pasado, con 1.043 km2 deforestados.
El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, que además es titular del Consejo Nacional de Amazonia Legal (CNML), anunció el mes pasado una nueva operación militar para controlar la deforestación en la región.
Una operación similar se llevó a cabo en 2020, con resultados cuestionados por las oenegés que atribuyen el aumento de la tala de árboles a la política del presidente Jair Bolsonaro, favorable a la apertura de la región a actividades madereras, agropecuarias y mineras.
Los datos de junio "muestran otro triste récord para la selva y sus pueblos", dijo Rómulo Batista, portavoz de la campaña Amazonia de Grenpeace.
"El gobierno renunció a la obligación de combatir el crimen ambiental", apuntó, por su parte, el Observatorio del Clima, una red de más de 60 oenegés y movimientos sociales, para la cual "Bolsonaro impulsó cambios de normas y paralizó la estructura de control".
Estos datos son los primeros bajo la gestión del nuevo ministro de Medio Ambiente, Joaquim Alvaro Pereira Leite, tras la renuncia de Ricardo Salles, presionado por una investigación sobre su presunta vinculación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.
Mourao expresó el pasado martes su expectativa de que la movilización militar permita "reducir entre 10% y 12%" el índice de deforestación que se verificó desde agosto del año pasado hasta julio de este año, el período que sirve de referencia.
La idea sería reducir la tala en ese lapso a menos de 10.000 km2, un número que fue superado en los últimos dos años por primera vez desde 2008, según el sistema Prodes del INPE, que trabaja con los datos de Deter.
Desde agosto de 2020 hasta junio de 2021, la cifra se elevaba a 7.295 km2 y en los dos primeros días de julio, hubo 216 km2 deforestados, por lo que a ese ritmo (de más de 100 km2 deforestados por día), la superficie de 10.000 km2 debería ser superada nuevamente este año.