El Instituto Provincial del Agua tiene listo un proyecto para la limpieza del río Chubut en 21 puntos considerados críticos del tramo Rawson-Gaiman. En algunos lugares será una limpieza a fondo de la vegetación en la orilla y en el cauce y de los bancos de sedimento; en otros, muy complicados por la erosión, la construcción de gaviones y colocación de piedras.
El Informe de Impacto Ambiental lo elaboró Consultora Ambiental Patagónica y si se aprueba, luego habrá que conseguir financiamiento.
Según el Informe, desde la construcción del Dique Florentino Amegino no fueron frecuentes las acciones de mantenimiento para garantizar la capacidad de conducción del curso de agua. Esto limitó su escurrimiento.
“Este deterioro se agudizó en la última década por las numerosas intervenciones en el cauce y un aprovechamiento excesivo del recurso, lo que hace necesario acciones para recuperar y mejorar su estructura y funcionamiento”, explica.
La persistencia de crecidas torrenciales aguas abajo con importantes aportes sólidos al cauce más la atenuación de los altos caudales de la cuenca media y alta elevaron el nivel del lecho y los niveles freáticos en áreas cultivadas. En este sentido, la mejora ambiental del río implicará una mejora biológica y paisajística para recuperar sus valores culturales asociados. Y garantizará el uso de sus recursos hídricos, así como disminuir riesgos de inundaciones.
Serán labores en sitios puntuales ya identificados para controlar la acumulación de sedimento dentro del cauce, los procesos erosivos y la vegetación en sus márgenes. Se usará mano de obra especializada minimizando el impacto ambiental frente al “uso abusivo y generalizado” que ocasionaría la maquinaria pesada.
El objetivo es mejorar el funcionamiento hidráulico del cauce. Se apunta a restituir sitios en situación de alto riesgo para hacerlos compatibles con las crecidas ordinarias. De este modo el río podrá responder a la variación de caudales con mejor drenaje, “dando más margen de seguridad y servicios a productores y habitantes ante crecidas extraordinarias”.
El Informe recuerda que el Valle Inferior depende del río para su desarrollo económico y que su expansión urbana se orienta cada vez más orientada a terrenos aledaños al curso de agua. El último trabajo sobre el cauce fue en 1998, en el tramo Trelew-Rawson. No hubo más mantenimiento y se generaron bancos de sedimentos y abundancia de vegetación, reduciendo la capacidad de conducción del río y erosionando márgenes en sectores localizados que necesitan ser controladas. Se pensó en un dragado pero no hubo financiamiento.
Con un estudio fotogramétrico se detectaron las 21 zonas críticas donde habrá que intervenir para asegurar el correcto escurrimiento. Hay dos tipos de problemas principales: gran concentración de vegetación y grave erosión por las crecidas.
Para el primer caso se removerán todos los obstáculos –incluso bajo el agua- y la vegetación de los márgenes, incluyendo extracción y retiro de árboles y arbustos, además de los bancos para dejar el cauce libre. Deberán mantenerse anualmente.
Para el segundo caso se colocará protección con rocas o gaviones rellenos de material granular sobre una colchoneta. Su vida útil es de 10 años y dependerá del comportamiento del río. En algunos sectores será necesario abrir caminos para camiones y máquinas. Se acordará con los dueños de los predios.
El Instituto Provincial del Agua tiene listo un proyecto para la limpieza del río Chubut en 21 puntos considerados críticos del tramo Rawson-Gaiman. En algunos lugares será una limpieza a fondo de la vegetación en la orilla y en el cauce y de los bancos de sedimento; en otros, muy complicados por la erosión, la construcción de gaviones y colocación de piedras.
El Informe de Impacto Ambiental lo elaboró Consultora Ambiental Patagónica y si se aprueba, luego habrá que conseguir financiamiento.
Según el Informe, desde la construcción del Dique Florentino Amegino no fueron frecuentes las acciones de mantenimiento para garantizar la capacidad de conducción del curso de agua. Esto limitó su escurrimiento.
“Este deterioro se agudizó en la última década por las numerosas intervenciones en el cauce y un aprovechamiento excesivo del recurso, lo que hace necesario acciones para recuperar y mejorar su estructura y funcionamiento”, explica.
La persistencia de crecidas torrenciales aguas abajo con importantes aportes sólidos al cauce más la atenuación de los altos caudales de la cuenca media y alta elevaron el nivel del lecho y los niveles freáticos en áreas cultivadas. En este sentido, la mejora ambiental del río implicará una mejora biológica y paisajística para recuperar sus valores culturales asociados. Y garantizará el uso de sus recursos hídricos, así como disminuir riesgos de inundaciones.
Serán labores en sitios puntuales ya identificados para controlar la acumulación de sedimento dentro del cauce, los procesos erosivos y la vegetación en sus márgenes. Se usará mano de obra especializada minimizando el impacto ambiental frente al “uso abusivo y generalizado” que ocasionaría la maquinaria pesada.
El objetivo es mejorar el funcionamiento hidráulico del cauce. Se apunta a restituir sitios en situación de alto riesgo para hacerlos compatibles con las crecidas ordinarias. De este modo el río podrá responder a la variación de caudales con mejor drenaje, “dando más margen de seguridad y servicios a productores y habitantes ante crecidas extraordinarias”.
El Informe recuerda que el Valle Inferior depende del río para su desarrollo económico y que su expansión urbana se orienta cada vez más orientada a terrenos aledaños al curso de agua. El último trabajo sobre el cauce fue en 1998, en el tramo Trelew-Rawson. No hubo más mantenimiento y se generaron bancos de sedimentos y abundancia de vegetación, reduciendo la capacidad de conducción del río y erosionando márgenes en sectores localizados que necesitan ser controladas. Se pensó en un dragado pero no hubo financiamiento.
Con un estudio fotogramétrico se detectaron las 21 zonas críticas donde habrá que intervenir para asegurar el correcto escurrimiento. Hay dos tipos de problemas principales: gran concentración de vegetación y grave erosión por las crecidas.
Para el primer caso se removerán todos los obstáculos –incluso bajo el agua- y la vegetación de los márgenes, incluyendo extracción y retiro de árboles y arbustos, además de los bancos para dejar el cauce libre. Deberán mantenerse anualmente.
Para el segundo caso se colocará protección con rocas o gaviones rellenos de material granular sobre una colchoneta. Su vida útil es de 10 años y dependerá del comportamiento del río. En algunos sectores será necesario abrir caminos para camiones y máquinas. Se acordará con los dueños de los predios.