Un sargento del Ejército es acusado de hostigar a dos soldadas voluntarias para que pidan la baja

Se trata de Pablo Franco, que de manera verbal y con anónimos escritos amenazó a dos miembros de la fuerza para que se fueran del Ejército y de la localidad donde residían.

La Fiscalía lo imputa de amenazas coactivas agravadas a las soldados.
13 SEP 2022 - 20:53 | Actualizado 13 SEP 2022 - 20:55

En Sarmiento se desarrolla un juicio oral y público contra el sargento ayudante Pablo Ernesto Franco (46), imputado por la Fiscalía por amenazas coactivas agravadas. El imputado se desempeña como Sargento Ayudante de la Batería Comando y Servicio del Grupo de Artillería Blindado 9, en la Guarnición Militar de esa localidad.

La Fiscalía lo acusó a raíz de la denuncia de dos mujeres- exsoldadas voluntarias- quienes sospechan que el imputado utilizó cartas anónimas y redes sociales, para amedrentarlas con el objetivo de que renuncien al Ejército Argentino y abandonen la ciudad. Para las audiencias de debate fueron convocados 16 testigos.

“Ji, ji, ji”

En el inicio de la primera audiencia de debate, presidido por el juez Ariel Quiroga, la fiscal Andrea Vázquez, presentó su teoría del caso.

La investigadora, recordó que la causa se inició a raíz de la situación ocurrida el 21 de septiembre de 2017, a las 05:00, en el alojamiento femenino, ubicado en la Guarnición Militar.

Según los investigadores, en esa oportunidad, el sargento Franco, amedrentó a una soldada voluntaria, que cumplía funciones en la misma batería.

Para la Fiscalía, el objetivo del sargento del Ejército Argentino, era lograr que la mujer deje su lugar de trabajo y abandone la ciudad.

Asimismo, indicó que el sospechoso era superior jerárquico de la víctima.

En otro orden, sostuvo que para lograr su cometido, Franco utilizó una carta manuscrita, ocultando su identidad. En esa misiva, el imputado amenazaba a su subalterna.

Algunas frases de la carta expresaban: “Vos no aprendés más, me vas a pagar el no haberte ido de Sarmiento....cuídate bien de todo, porque donde te encuentro y te descuides, te hago desaparecer del mapa, ji, ji, ji...”

Este mensaje provocó mucho temor en la víctima. Por ello, efectuó la denuncia correspondiente y puso en conocimiento de la situación a sus superiores.

Vázquez, agregó que con su accionar el imputado, no solo logró amedrentar y causarle temor, sino que, además, la mujer solicitó el traslado de destino, hasta que finalmente pidió la baja de la institución.

Dos días después, un hecho de características similares, se registró en el Comando de la IX Brigada de Infantería de Comodoro Rivadavia. La víctima había sido trasladada a esa dependencia-en forma temporal- a fin de proteger su integridad física, con motivo de las amenazas recibidas por parte del acusado.

En tanto, en la tarde del sábado 23 de septiembre de 2017, a las 17:30, en el estacionamiento de visitas ubicado en la calle Mitre, el imputado dejó un nuevo mensaje manuscrito. El método elegido fue enganchar un sobre en la compuerta trasera del vehículo de la denunciante.

En este escrito (anónimo), el procesado, expresó nuevas amenazas. Algunas de las más importantes fueron: “Yo me voy a encargar de que te amargues ahí adentro y la pases muy mal en cualquier lado que te mande ese bigotudo, que se cree general”. Luego agregó: “Nadie te cree y nadie se va a preocupar por vos…no valés la pena y ojalá nunca te recibas y te cagues de hambre por covachera, ji, ji, ji.”

En esta línea de investigación, Vázquez afirmó que la víctima tuvo conocimiento del lugar en el que se encontraba la carta, debido a que su pareja recibió un mensaje de Facebook. A través del sistema Messenger, una persona- con el perfil social falso bajo el nombre de “Mocha Pocha”-, le refirió dónde había dejado ubicado el sobre.

El tercer hecho ocurrió el 29 de septiembre de 2017. Esta vez, la carta de amenazas, fue hallada en el garage de la familia de la segunda víctima, que también se desempeñaba como soldado voluntaria.

En esta misiva, -entre varios insultos y amenazas- el procesado le habría expresado: “Cuídate bien vos y a tus pobres hijitos, ellos no tienen la culpa, pero la madre si...no voy a descansar, ya me saqué de encima a tu amiguita, y con vos va a ser más fácil, porque sé que querés más a tus hijos que a tu trabajo...no me importa que tu papito sea principal…hacemela fácil y ándate de una vez si no querés pasarla mal...” En esta carta, también estaba escrita la onomatopeya “ji,ji,ji” .

La fiscal refirió que la calificación legal es amenazas coactivas agravadas con el propósito de obligar a una persona) a dejar su lugar de trabajo y residencia habitual.#

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La Fiscalía lo imputa de amenazas coactivas agravadas a las soldados.
13 SEP 2022 - 20:53

En Sarmiento se desarrolla un juicio oral y público contra el sargento ayudante Pablo Ernesto Franco (46), imputado por la Fiscalía por amenazas coactivas agravadas. El imputado se desempeña como Sargento Ayudante de la Batería Comando y Servicio del Grupo de Artillería Blindado 9, en la Guarnición Militar de esa localidad.

La Fiscalía lo acusó a raíz de la denuncia de dos mujeres- exsoldadas voluntarias- quienes sospechan que el imputado utilizó cartas anónimas y redes sociales, para amedrentarlas con el objetivo de que renuncien al Ejército Argentino y abandonen la ciudad. Para las audiencias de debate fueron convocados 16 testigos.

“Ji, ji, ji”

En el inicio de la primera audiencia de debate, presidido por el juez Ariel Quiroga, la fiscal Andrea Vázquez, presentó su teoría del caso.

La investigadora, recordó que la causa se inició a raíz de la situación ocurrida el 21 de septiembre de 2017, a las 05:00, en el alojamiento femenino, ubicado en la Guarnición Militar.

Según los investigadores, en esa oportunidad, el sargento Franco, amedrentó a una soldada voluntaria, que cumplía funciones en la misma batería.

Para la Fiscalía, el objetivo del sargento del Ejército Argentino, era lograr que la mujer deje su lugar de trabajo y abandone la ciudad.

Asimismo, indicó que el sospechoso era superior jerárquico de la víctima.

En otro orden, sostuvo que para lograr su cometido, Franco utilizó una carta manuscrita, ocultando su identidad. En esa misiva, el imputado amenazaba a su subalterna.

Algunas frases de la carta expresaban: “Vos no aprendés más, me vas a pagar el no haberte ido de Sarmiento....cuídate bien de todo, porque donde te encuentro y te descuides, te hago desaparecer del mapa, ji, ji, ji...”

Este mensaje provocó mucho temor en la víctima. Por ello, efectuó la denuncia correspondiente y puso en conocimiento de la situación a sus superiores.

Vázquez, agregó que con su accionar el imputado, no solo logró amedrentar y causarle temor, sino que, además, la mujer solicitó el traslado de destino, hasta que finalmente pidió la baja de la institución.

Dos días después, un hecho de características similares, se registró en el Comando de la IX Brigada de Infantería de Comodoro Rivadavia. La víctima había sido trasladada a esa dependencia-en forma temporal- a fin de proteger su integridad física, con motivo de las amenazas recibidas por parte del acusado.

En tanto, en la tarde del sábado 23 de septiembre de 2017, a las 17:30, en el estacionamiento de visitas ubicado en la calle Mitre, el imputado dejó un nuevo mensaje manuscrito. El método elegido fue enganchar un sobre en la compuerta trasera del vehículo de la denunciante.

En este escrito (anónimo), el procesado, expresó nuevas amenazas. Algunas de las más importantes fueron: “Yo me voy a encargar de que te amargues ahí adentro y la pases muy mal en cualquier lado que te mande ese bigotudo, que se cree general”. Luego agregó: “Nadie te cree y nadie se va a preocupar por vos…no valés la pena y ojalá nunca te recibas y te cagues de hambre por covachera, ji, ji, ji.”

En esta línea de investigación, Vázquez afirmó que la víctima tuvo conocimiento del lugar en el que se encontraba la carta, debido a que su pareja recibió un mensaje de Facebook. A través del sistema Messenger, una persona- con el perfil social falso bajo el nombre de “Mocha Pocha”-, le refirió dónde había dejado ubicado el sobre.

El tercer hecho ocurrió el 29 de septiembre de 2017. Esta vez, la carta de amenazas, fue hallada en el garage de la familia de la segunda víctima, que también se desempeñaba como soldado voluntaria.

En esta misiva, -entre varios insultos y amenazas- el procesado le habría expresado: “Cuídate bien vos y a tus pobres hijitos, ellos no tienen la culpa, pero la madre si...no voy a descansar, ya me saqué de encima a tu amiguita, y con vos va a ser más fácil, porque sé que querés más a tus hijos que a tu trabajo...no me importa que tu papito sea principal…hacemela fácil y ándate de una vez si no querés pasarla mal...” En esta carta, también estaba escrita la onomatopeya “ji,ji,ji” .

La fiscal refirió que la calificación legal es amenazas coactivas agravadas con el propósito de obligar a una persona) a dejar su lugar de trabajo y residencia habitual.#


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