Esperó 50 años para jugar una final y lo hará con su nieta

Se llama Corina Loncón y es defensora de Fontana de Trevelin. “Era muy injusto que mis hermanos pudiesen y yo no", narró. El domingo, enfrentará a Belgrano junto a su nieta Yazmín.

Corina y su nieta Yazmín jugarán la final del Apertura 2022 de la Liga del Oeste este domingo.
15 SEP 2022 - 15:48 | Actualizado 18 SEP 2022 - 1:19

Por Francisco Caputo

Tuvo que esperar cinco décadas para jugar una final con los colores del club que ama. Durante décadas, le tocó ver las victorias de Fontana de Trevelin desde la tribuna. Incluso vio a sus tres hermanos jugar en el “Rojinegro del Molino”. Pero llegó su hora.

La historia de Corina Loncón, pionera del fútbol femenino trevelinense, no es ajena a la de muchas mujeres. Durante décadas, el balompié estuvo vedado a las damas. O en su defecto, reducido a una expresión mínima. En la Liga del Oeste de Chubut, la disciplina se incorporó en 2019.

Pero la paciencia dio frutos. Y Corina, a sus 50 años, vivirá la final de este domingo a las 12 ante Belgrano junto a su nieta, compañera de plantel. Ambas son titulares.

“Era muy injusto que mis hermanos pudiesen y yo no. Pero está cambiando. Estoy orgullosa de defender estos colores”, le comentó a Jornada.

Hace 30 años

En un país futbolero como el nuestro, la mujer siempre jugó al fútbol. Desafió condiciones, prohibiciones, restricciones y prejuicios.

Corina empezó a jugar hace 30 años, en su Trevelin natal. “Empecé jugando en 1984 campeonatos barriales. Era muy difícil porque no estaba muy bien visto que una mujer jugara al fútbol en esa época”, describió la lateral por izquierda.

“Nos decían machonas (sic) por jugar al fútbol. Pero a mí no me importaba el famoso que dirán. Me encanta el fútbol, no me hallaría sin fútbol (sic). Me van a tener que sacar con bastones de una cancha”, expresó Corina, quien también juega futsal en Dep. Sur, equipo trevelinense.

“Con un equipo llamado Deportivo Vialco, jugábamos un torneo que se hacía acá y en Esquel. También fui a Chile con ese equipo”, relató. “Era re difícil viajar. Nos subíamos a un camión todas atrás e íbamos nomas. Era muy feliz”, relató la zaguera.

“Nunca hubo problemas con los horarios laborales ni con las tareas familiares. Luis Adán Ibáñez, mi marido, que en paz descanse, siempre me ayudó en todo sentido”, comentó. “Se lo llevó el COVID el año pasado, fue un golpe fuerte. De una semana a otra ya no estaba. Pero el fútbol me ayudó a seguir”, relató.

El tiempo transcurría y Corina se resignaba a no jugar nunca a nivel oficial. Pero en 2019, la Liga del Oeste de Esquel decidió aceptar al fútbol femenino ante una marea que estaba cambiando. Pese a la oposición de algunos clubes, Víctor Tejada, presidente liguista, logró la inclusión.

Su nieta Yazmín

“Me puse muy feliz. Por fin iba a poder jugar a nivel oficial. Cuando eso ocurrió, me sumé a Fontana. Y luego, lo hizo mi nieta Yazmín, que hoy tiene 15 años y es delantera. Somos compañeras de plantel”, expresó.

“Tenía el fútbol en sus genes. Pero le transmití el amor por el fútbol. Se crió conmigo de bebé. Dormía con la pelota a su lado. No había muñecas, sí fútbol”, narró la defensora. “Yo ayudé con su crianza porque vivían con nosotros los padres (NdR: su hijo Leonardo Ibañez y Valeria Martínez) y eran muy jóvenes”, explicó.

“Después, cuando sus papás se fueron, se quedó con nosotros nomás. Hasta el día de hoy, no deja de venir a la casa de los abuelos. Va con sus papás, pero vuelve”, recalcó.

Yazmín adora a su abuela. “Lo que siento al jugar con mi abuela es felicidad ya que ella fue la que me adentró en este deporte tan lindo como lo es el fútbol y también porque desde pequeña siempre quise jugar en la misma cancha que ella”, narró la adolescente.

“Poder hacerlo ahora es muy lindo, puedo sentir lo mismo y celebrar lo mismo que ella y disfrutar mucho más del fútbol. Es alguien muy importante para mí ya que me crié con ella desde muy pequeña y es mi modelo a seguir ya que siempre da lo mejor de ella y nunca se rinde”, agregó.

Nuevos sueños

La existencia del fútbol oficial femenino permite que abuela y nieta compartan plantel, a las órdenes de Walter Troman. Pero además permite nuevos horizontes, esencialmente para Yazmín.

“Calculo que el camino será mucho más fácil para ella que para mí. Eso me pone también feliz. Más puertas se le pueden abrir. En nuestra época, era muy difícil”, expresó la defensora.

Difícil cree que será la final ante Belgrano de Esquel, vigente bicampeón liguista, en la final única, a jugarse en cancha del "Xeneize". Pero el entusiasmo abunda.

“Esperé 50 años por esto. Como siempre, mi mente está enfocada en ganar siempre positiva. Sé que es un rival duro, pero tengo fe en mi grupo, en que podemos ganar. Daremos lo mejor, como siempre”, recalcó.

A sus 50 años, Corina cumplirá su sueño. Nunca es tarde para hacerlo, nunca es mala idea luchar por conseguirlos.

Agradecimientos

“Agradezco al club Fontana por brindarme la posibilidad de seguir jugando. Le agradezco al señor Alfredo Pelegri y a toda su comisión directiva”, expresó. “Y les agradezco a mis compañeras. al DT Walter Troman y su cuerpo técnico”, acotó.

“Les doy gracias también a mis familiares. A mis hermanos Segundo, José y Antonio. A mis hijos Leonardo Bernabé Ibáñez, Antonella Ibáñez, Yerimen Maian Ibáñez y a mis nietas Jazmín, Malen, Emili y Adiel Ibáñez ”, remató. “Y por supuesto, a mi marido y a mis padres, que ya no están en la Tierra”, concluyó.

Corina y su nieta Yazmín jugarán la final del Apertura 2022 de la Liga del Oeste este domingo.
15 SEP 2022 - 15:48

Por Francisco Caputo

Tuvo que esperar cinco décadas para jugar una final con los colores del club que ama. Durante décadas, le tocó ver las victorias de Fontana de Trevelin desde la tribuna. Incluso vio a sus tres hermanos jugar en el “Rojinegro del Molino”. Pero llegó su hora.

La historia de Corina Loncón, pionera del fútbol femenino trevelinense, no es ajena a la de muchas mujeres. Durante décadas, el balompié estuvo vedado a las damas. O en su defecto, reducido a una expresión mínima. En la Liga del Oeste de Chubut, la disciplina se incorporó en 2019.

Pero la paciencia dio frutos. Y Corina, a sus 50 años, vivirá la final de este domingo a las 12 ante Belgrano junto a su nieta, compañera de plantel. Ambas son titulares.

“Era muy injusto que mis hermanos pudiesen y yo no. Pero está cambiando. Estoy orgullosa de defender estos colores”, le comentó a Jornada.

Hace 30 años

En un país futbolero como el nuestro, la mujer siempre jugó al fútbol. Desafió condiciones, prohibiciones, restricciones y prejuicios.

Corina empezó a jugar hace 30 años, en su Trevelin natal. “Empecé jugando en 1984 campeonatos barriales. Era muy difícil porque no estaba muy bien visto que una mujer jugara al fútbol en esa época”, describió la lateral por izquierda.

“Nos decían machonas (sic) por jugar al fútbol. Pero a mí no me importaba el famoso que dirán. Me encanta el fútbol, no me hallaría sin fútbol (sic). Me van a tener que sacar con bastones de una cancha”, expresó Corina, quien también juega futsal en Dep. Sur, equipo trevelinense.

“Con un equipo llamado Deportivo Vialco, jugábamos un torneo que se hacía acá y en Esquel. También fui a Chile con ese equipo”, relató. “Era re difícil viajar. Nos subíamos a un camión todas atrás e íbamos nomas. Era muy feliz”, relató la zaguera.

“Nunca hubo problemas con los horarios laborales ni con las tareas familiares. Luis Adán Ibáñez, mi marido, que en paz descanse, siempre me ayudó en todo sentido”, comentó. “Se lo llevó el COVID el año pasado, fue un golpe fuerte. De una semana a otra ya no estaba. Pero el fútbol me ayudó a seguir”, relató.

El tiempo transcurría y Corina se resignaba a no jugar nunca a nivel oficial. Pero en 2019, la Liga del Oeste de Esquel decidió aceptar al fútbol femenino ante una marea que estaba cambiando. Pese a la oposición de algunos clubes, Víctor Tejada, presidente liguista, logró la inclusión.

Su nieta Yazmín

“Me puse muy feliz. Por fin iba a poder jugar a nivel oficial. Cuando eso ocurrió, me sumé a Fontana. Y luego, lo hizo mi nieta Yazmín, que hoy tiene 15 años y es delantera. Somos compañeras de plantel”, expresó.

“Tenía el fútbol en sus genes. Pero le transmití el amor por el fútbol. Se crió conmigo de bebé. Dormía con la pelota a su lado. No había muñecas, sí fútbol”, narró la defensora. “Yo ayudé con su crianza porque vivían con nosotros los padres (NdR: su hijo Leonardo Ibañez y Valeria Martínez) y eran muy jóvenes”, explicó.

“Después, cuando sus papás se fueron, se quedó con nosotros nomás. Hasta el día de hoy, no deja de venir a la casa de los abuelos. Va con sus papás, pero vuelve”, recalcó.

Yazmín adora a su abuela. “Lo que siento al jugar con mi abuela es felicidad ya que ella fue la que me adentró en este deporte tan lindo como lo es el fútbol y también porque desde pequeña siempre quise jugar en la misma cancha que ella”, narró la adolescente.

“Poder hacerlo ahora es muy lindo, puedo sentir lo mismo y celebrar lo mismo que ella y disfrutar mucho más del fútbol. Es alguien muy importante para mí ya que me crié con ella desde muy pequeña y es mi modelo a seguir ya que siempre da lo mejor de ella y nunca se rinde”, agregó.

Nuevos sueños

La existencia del fútbol oficial femenino permite que abuela y nieta compartan plantel, a las órdenes de Walter Troman. Pero además permite nuevos horizontes, esencialmente para Yazmín.

“Calculo que el camino será mucho más fácil para ella que para mí. Eso me pone también feliz. Más puertas se le pueden abrir. En nuestra época, era muy difícil”, expresó la defensora.

Difícil cree que será la final ante Belgrano de Esquel, vigente bicampeón liguista, en la final única, a jugarse en cancha del "Xeneize". Pero el entusiasmo abunda.

“Esperé 50 años por esto. Como siempre, mi mente está enfocada en ganar siempre positiva. Sé que es un rival duro, pero tengo fe en mi grupo, en que podemos ganar. Daremos lo mejor, como siempre”, recalcó.

A sus 50 años, Corina cumplirá su sueño. Nunca es tarde para hacerlo, nunca es mala idea luchar por conseguirlos.

Agradecimientos

“Agradezco al club Fontana por brindarme la posibilidad de seguir jugando. Le agradezco al señor Alfredo Pelegri y a toda su comisión directiva”, expresó. “Y les agradezco a mis compañeras. al DT Walter Troman y su cuerpo técnico”, acotó.

“Les doy gracias también a mis familiares. A mis hermanos Segundo, José y Antonio. A mis hijos Leonardo Bernabé Ibáñez, Antonella Ibáñez, Yerimen Maian Ibáñez y a mis nietas Jazmín, Malen, Emili y Adiel Ibáñez ”, remató. “Y por supuesto, a mi marido y a mis padres, que ya no están en la Tierra”, concluyó.


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