“No sabemos quién mandó a chicos de 12 años a apagar un incendio de campo”
Los padres siguen pidiendo respuestas.
Ofelia de Moccio fue la vocera de los padres. “También nosotros estuvimos a punto de hacer y de abandonar la búsqueda de la verdad y la justicia, una justicia que todavía no tuvimos ni la vamos a tener porque ya pasaron 20 años y jamás vamos a saber la verdad”. Lapidario y contundente, el mensaje de los familiares de los jóvenes fallecidos en el incendio de 1994 tiene cuotas de dolor, ausencia, bronca y un reclamo de justicia que por antiguo no pierde vigencia.
“Lo único que sabemos es que ellos partieron, que jamás volvieron”, dijo la madre de Juan Moccio. “Hoy podrían haber sido personas de bien, podrían haber formado una familia, pero el destino no lo quiso o la fatalidad del humo los envolvió, pero hoy aquí, gracias a las almas sensibles de los hombres, se reconoce y se reconocerá su heroísmo y estará en el corazón de todos los bomberos, que seguramente nunca van a ser olvidados”.
Ofelia dijo: “Hoy aquí laten 25 almas que dieron sus vidas sin importar nada a cambio, ellos amaban lo que hacían, soñaban y eran felices ayudando a quien los necesitaba, ojalá algún día la justicia de los bomberos se levante como este monumento se levanta, brillante, puro, luminoso y sea reconocido con orgullo el acto heroico de nuestros hijos; hoy sólo tenemos su recuerdo y sabemos que un Dios los debe de recibir en sus brazos, porque eran niños”.
“Nadie nos explicó nada”
Susana, la madre de Carlos Hegui, y Nicola, madre de Alicia Giudice, participaron del acto y al igual que otros padres, revalidaron el pedido de justicia. “Lo que me mantiene en pie es la memoria de mi hijo, poder saber que hoy tendría 32 años y pensar qué sería de él, si tendría una profesión, si estaría casado, si tendría nietos, no me lo imagino a los 32 años, miro su foto y digo cómo sería él con 32 años”, comentó Susana acerca de su hijo, una de las víctimas.
Opinó que lo ocurrido “no tiene explicación, nadie se sentó con nosotros, nadie nos explicó nada, ni nos dijo ´Mirá, nos equivocamos´ o ´Creíamos que era algo sencillo, un fueguito que lo apagamos por handy´ como dijo uno cuyo nombre mejor no recordar, pero Dios pasa factura”.
“Están corrigiendo ahora los errores que cometieron, ahí murieron chicos de zapatillas y bermudas y de 12 años, pero yo quiero justicia por los menores”, dijo la mujer. “¿Qué hacían los menores de 11 y 12 años apagando un incendio de campos?, ¿quién es el responsable? Hasta el día de hoy no lo sabemos”.
Nicola Ivanoff, la madre de Alicia Giudice, recordó que su hija se iba a casar pocas semanas después del incendio. “Se casaba el 25 de febrero, me quedé sin novia, no la pude ver entrar a la iglesia, me quedé sin nietos y sigo porque tengo 3 hijos y 2 nietos que me consuelan”. Encuentra consuelo en saber que su hija “hacía lo que quería, hasta los 17 años fue boy scout y me dijo `En el scoutismo no me queda más nada, cuando el cuartel tome mujeres me voy a hacer bombero´”.
Ofelia de Moccio fue la vocera de los padres. “También nosotros estuvimos a punto de hacer y de abandonar la búsqueda de la verdad y la justicia, una justicia que todavía no tuvimos ni la vamos a tener porque ya pasaron 20 años y jamás vamos a saber la verdad”. Lapidario y contundente, el mensaje de los familiares de los jóvenes fallecidos en el incendio de 1994 tiene cuotas de dolor, ausencia, bronca y un reclamo de justicia que por antiguo no pierde vigencia.
“Lo único que sabemos es que ellos partieron, que jamás volvieron”, dijo la madre de Juan Moccio. “Hoy podrían haber sido personas de bien, podrían haber formado una familia, pero el destino no lo quiso o la fatalidad del humo los envolvió, pero hoy aquí, gracias a las almas sensibles de los hombres, se reconoce y se reconocerá su heroísmo y estará en el corazón de todos los bomberos, que seguramente nunca van a ser olvidados”.
Ofelia dijo: “Hoy aquí laten 25 almas que dieron sus vidas sin importar nada a cambio, ellos amaban lo que hacían, soñaban y eran felices ayudando a quien los necesitaba, ojalá algún día la justicia de los bomberos se levante como este monumento se levanta, brillante, puro, luminoso y sea reconocido con orgullo el acto heroico de nuestros hijos; hoy sólo tenemos su recuerdo y sabemos que un Dios los debe de recibir en sus brazos, porque eran niños”.
“Nadie nos explicó nada”
Susana, la madre de Carlos Hegui, y Nicola, madre de Alicia Giudice, participaron del acto y al igual que otros padres, revalidaron el pedido de justicia. “Lo que me mantiene en pie es la memoria de mi hijo, poder saber que hoy tendría 32 años y pensar qué sería de él, si tendría una profesión, si estaría casado, si tendría nietos, no me lo imagino a los 32 años, miro su foto y digo cómo sería él con 32 años”, comentó Susana acerca de su hijo, una de las víctimas.
Opinó que lo ocurrido “no tiene explicación, nadie se sentó con nosotros, nadie nos explicó nada, ni nos dijo ´Mirá, nos equivocamos´ o ´Creíamos que era algo sencillo, un fueguito que lo apagamos por handy´ como dijo uno cuyo nombre mejor no recordar, pero Dios pasa factura”.
“Están corrigiendo ahora los errores que cometieron, ahí murieron chicos de zapatillas y bermudas y de 12 años, pero yo quiero justicia por los menores”, dijo la mujer. “¿Qué hacían los menores de 11 y 12 años apagando un incendio de campos?, ¿quién es el responsable? Hasta el día de hoy no lo sabemos”.
Nicola Ivanoff, la madre de Alicia Giudice, recordó que su hija se iba a casar pocas semanas después del incendio. “Se casaba el 25 de febrero, me quedé sin novia, no la pude ver entrar a la iglesia, me quedé sin nietos y sigo porque tengo 3 hijos y 2 nietos que me consuelan”. Encuentra consuelo en saber que su hija “hacía lo que quería, hasta los 17 años fue boy scout y me dijo `En el scoutismo no me queda más nada, cuando el cuartel tome mujeres me voy a hacer bombero´”.