El “Xeneize”, el eliminado que clasificó

Con una estrategia netamente especulativa, Boca de Río Gallegos logró avanzar de fase en el Argentino B. Lo hizo en Trelew, pese a perder 1-0 ante Racing en el Cayetano Castro. Con un primer tiempo muy tacaño y un segundo a pura osadía hecha centro, el “Xeneize” santacruceño clasificó y se unió a Deportivo Madryn y Huracán de Comodoro.

El triunfo del “Globo” ante Germinal, en Comodoro Rivadavia, le permitió en definitiva avanzar en el Argentino B al elenco santacruceño.Lo demostrado en cancha por el equipo dirigido por Sergio Busciglio, fue fláccido y le permitió a la “Academia” cerrar su temporada con un triunfo.

Quien debía asumir el protagonismo era Boca de Río Gallegos, al jugarse la clasificación. No lo hizo. Asumió una posición de repliegue en el Cayetano Castro, conocedor de que una victoria lo depositaría en la segunda fase. Adoptó una postura defensiva, a la espera de noticias favorables desde Comodoro Rivadavia.

El resultado de esta estrategia se combinó con un Racing de Trelew con posesión de pelota, dominio territorial y sin especulación. Pero el cerrojo planteado por el visitante surtía efecto. Salvo un trío de centros al área de Martínez, poco pudo observarse en la primera media hora de juego.

En coincidencia con el gol de Huracán de Comodoro, Boca de Río Gallegos se adelantó unos metros. Y gestó su única situación de peligro en la etapa inicial. A los 34, tras un centro, Diego Ríos remató, el viento desconcertó a Nicolás Cottet y Gustavo Caamaño despejó en la línea.

Pero la especulación indebida, se paga. Y en el fútbol, se abona al contado con goles en contra. Tras dos oportunidades claras de Armando Mansilla, Caamaño fue el encargado de abrir el marcador. A los 44, tras un formidable tiro de esquina de Daniel Azurmendi, Caamaño solo tuvo que empujar la pelota en la línea. De este modo, nacía otra historia. Un Boca en desventaja iba a saltar a la cancha en el segundo tiempo. Y eso en Comodoro, tanto Huracán como Germinal, lo sabían. Al final del primer tiempo, en Trelew, la “Academia” le estaba dando la mano al “Globo” y al “Verde”. La mezquindad de Boca, era merecidamente castigada.

Alegría santacruceña

En el segundo tiempo, se invirtieron los roles. Por necesidad, el “Xeneize” tomó las riendas del encuentro y situó la defensa en la mitad de la cancha. Racing, por su parte, aguardaba agazapado de contragolpe su oportunidad para aumentar diferencias. En ese contexto, con las líneas muy adelantadas en la visita, Boca manejaba la pelota sin generar riesgo. Una excepción tuvo lugar a los 15, cuando Raúl Rivas despejó otra pelota en la línea. Otra ocurrió a los 28, cuando Cottet evitó un gol olímpico.

El “Xeneize”, con una oreja permanente en la radio, distaba de generar peligro de forma abrumadora. A puro centro inefectivo, Boca procuraba lograr una igualdad que nunca llegó. El orden defensivo de la “Academia” se lo impidió, en parte.

Tras el silbatazo final, los riogalleguenses debieron esperar unos minutos para festejar la clasificación. El segundo tiempo del encuentro entre Huracán y Germinal había empezado con tres minutos de retraso. Cuando escucharon el pitazo final en el César Muñoz, los jugadores de Boca festejaron levemente en la cancha y de forma estridente en los vestuarios.

Al fin y al cabo, el equipo a quien varios dieron por liquidado de forma anticipada, terminó imponiendo su ley. Logró una catarata de resultados positivos que lo catapultaron a la segunda fase.

De todas formas, la mezquindad sin necesidad de ayer deberá ser materia de análisis en el cuerpo técnico de Busciglio. Esa clase de estrategias, al “Xeneize”, le pueden costar caro en instancias de superior dificultad.

Por el lado de Racing, hubo una despedida con triunfo y con aplausos ante una campaña sin éxito. La sonrisa, al fin y al cabo no borra la eliminación. Será momento de los análisis para evitar que una campaña como esta vuelta a repetirse en el futuro.