"El Eternauta" en francés

La primera versión en francés de la obra de Oesterheld y Solano López sobresalió en el Salón del Libro de París.

24 MAR 2014 - 15:22 | Actualizado

Publicado por Vertige Graphics, este suceso editorial cobró otra dimensión en el 38º aniversario del golpe cívico-militar de 1976, porque tal como recordó el editor Daniel Divinsky al público, Oesterheld y sus cuatro hijas "fueron víctimas de esa dictadura".

La mesa en el Pabellón argentino la completaron el escritor Juan Sasturain, los dibujantes José Muñoz y Rep, y la traductora Elsi Gómez y se convirtió en un homenaje a Oesterheld, el militante revolucionario.

Rep, quien en su adolescencia trabajó en Ediciones Récord muy cerca del guionista, recordó: "Era extraño que siempre dejaba un reguero de barro seco entre la mesa y el baño, donde había un pasillo. Ese hombre estaba escapando todo el tiempo, y un día dejó de venir a la editorial".

Y agregó: "Esta es una historieta de muchas lecturas, sobre todo después de la desaparición de Oesterheld; la segunda parte resignifica toda la primera, es la obra desde la militancia, del perseguido. Y la lectura de hoy es hiperpolítica".

Sasturain, por su parte, dejó en claro que "hay que desterrar el equívoco que a Oesterheld lo mataron por escribir `El Eternauta`. Él era un militante revolucionario que llevó hasta las últimas consecuencias su enfrentamiento al régimen".

"El itinerario ideológico de Oesterheld es ejemplar y comparable con el de Rodolfo Walsh, ambos eran hombres de clase media que fueron optando cada vez más radicalmente hacia una respuesta contundente a los sucesivos gobiernos militares en nuestro país", agregó el escritor.

La historia de Juan Salvo, un hombre común de clase media argentina que se convierte en el viajero de la eternidad, fue publicada originalmente en Hora Cero Semanal entre 1957 y 1959, época de apogeo de la ciencia ficción paranoica y de invasiones.

"En ´El Eternauta` la aventura se traslada al lugar de escritura y lectura, las cosas suceden en el mismo lugar y tiempo en que se leen y transcurre en la Buenos Aires en la que el guionista y el dibujante trabajaban", dijo Sasturain.

El giro, añadió, es que la invasión extraterrestre está contada por gente común. "Es un muestreo de la clase media argentina. Cuatro amigos se reúnen para jugar al truco, de repente se produce un silencio absoluto y comienza a caer una nevada mortal sobre Buenos Aires", contó el escritor.

Es justamente esa larga introducción la que distingue esta historia, en donde se narra qué pasa entre un grupo humano aislado por la muerte.

"Es el relato de un hombre en comunidad, el hecho es salvarse con los otros, no de los otros. Un héroe colectivo", resumió Sasturain.

Por su parte, la traductora francesa sostuvo que en esta obra hay "distintos niveles de lecturas, de aventura, de filosofía, de militancia. Hoy, para la gente más joven se vuelve un símbolo de resistencia permanente a un Estado o un sistema político que oprime, y eso funciona para todas las épocas y lugares".

"Es el relato más fuerte y poderoso del género en nuestra cultura en la segunda mitad del siglo XX. Pasó de un relato marginal y no reconocido a poner en juego lo que ningún otro hizo", celebró Sasturain sobre esta obra que a más de cincuenta años de su creación llegó al Salón parisino.

24 MAR 2014 - 15:22

Publicado por Vertige Graphics, este suceso editorial cobró otra dimensión en el 38º aniversario del golpe cívico-militar de 1976, porque tal como recordó el editor Daniel Divinsky al público, Oesterheld y sus cuatro hijas "fueron víctimas de esa dictadura".

La mesa en el Pabellón argentino la completaron el escritor Juan Sasturain, los dibujantes José Muñoz y Rep, y la traductora Elsi Gómez y se convirtió en un homenaje a Oesterheld, el militante revolucionario.

Rep, quien en su adolescencia trabajó en Ediciones Récord muy cerca del guionista, recordó: "Era extraño que siempre dejaba un reguero de barro seco entre la mesa y el baño, donde había un pasillo. Ese hombre estaba escapando todo el tiempo, y un día dejó de venir a la editorial".

Y agregó: "Esta es una historieta de muchas lecturas, sobre todo después de la desaparición de Oesterheld; la segunda parte resignifica toda la primera, es la obra desde la militancia, del perseguido. Y la lectura de hoy es hiperpolítica".

Sasturain, por su parte, dejó en claro que "hay que desterrar el equívoco que a Oesterheld lo mataron por escribir `El Eternauta`. Él era un militante revolucionario que llevó hasta las últimas consecuencias su enfrentamiento al régimen".

"El itinerario ideológico de Oesterheld es ejemplar y comparable con el de Rodolfo Walsh, ambos eran hombres de clase media que fueron optando cada vez más radicalmente hacia una respuesta contundente a los sucesivos gobiernos militares en nuestro país", agregó el escritor.

La historia de Juan Salvo, un hombre común de clase media argentina que se convierte en el viajero de la eternidad, fue publicada originalmente en Hora Cero Semanal entre 1957 y 1959, época de apogeo de la ciencia ficción paranoica y de invasiones.

"En ´El Eternauta` la aventura se traslada al lugar de escritura y lectura, las cosas suceden en el mismo lugar y tiempo en que se leen y transcurre en la Buenos Aires en la que el guionista y el dibujante trabajaban", dijo Sasturain.

El giro, añadió, es que la invasión extraterrestre está contada por gente común. "Es un muestreo de la clase media argentina. Cuatro amigos se reúnen para jugar al truco, de repente se produce un silencio absoluto y comienza a caer una nevada mortal sobre Buenos Aires", contó el escritor.

Es justamente esa larga introducción la que distingue esta historia, en donde se narra qué pasa entre un grupo humano aislado por la muerte.

"Es el relato de un hombre en comunidad, el hecho es salvarse con los otros, no de los otros. Un héroe colectivo", resumió Sasturain.

Por su parte, la traductora francesa sostuvo que en esta obra hay "distintos niveles de lecturas, de aventura, de filosofía, de militancia. Hoy, para la gente más joven se vuelve un símbolo de resistencia permanente a un Estado o un sistema político que oprime, y eso funciona para todas las épocas y lugares".

"Es el relato más fuerte y poderoso del género en nuestra cultura en la segunda mitad del siglo XX. Pasó de un relato marginal y no reconocido a poner en juego lo que ningún otro hizo", celebró Sasturain sobre esta obra que a más de cincuenta años de su creación llegó al Salón parisino.


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