"Buster" Douglas: "Sólo mi madre creía en mí"

El norteamericano, que hace 25 años dejó sin invicto y además le arrebató el cinturón de los pesados a un "imbatible" Mike Tyson, en Tokio, reconoció que ganar esa pelea y coronarse campeón "era su sueño".

13 FEB 2015 - 22:07 | Actualizado

El norteamericano "Buster" Douglas entró en la historia del boxeo cuando el 11 de febrero de 1990 tras asestarle un ascendente de derecha en la mandíbula y una combinación de manos, noqueó Tyson, que hasta ese momento era "imbatible" y le arrebató el título pesado del CMB, AMB y FIB, en una pelea que se disputó en el Tokyo Dome.

"Ganarle a Tyson y coronarme campeón era un sueño para mí. Conseguir eso fue lo máximo. Fue asombroso. Solo mi madre, que la perdí tres semanas antes de la pelea, creía en mi", reveló Douglas a la prensa local al cumplirse 25 años de la hazaña, en su ciudad natal, Columbus, Ohio, donde vive junto a su esposa y cuatro hijos.

Algunos testigos revelaron que cuando sonó la campana para comenzar el primer round, alguien del público le pidió a gritos a Douglas que "ganara en memoria de su madre".

'Buster' se metió en la pelea desde el comienzo y tuvo que soportar los embates y el conocido rigor del neoyorquino a quien lo tuvo a distancia como pudo con su jab de izquierda, pero en el octavo round fue a la lona.

"Yo estaba como admirando mi trabajo. Lo observaba a él. Me daba tiempo para mirar todo lo que ocurría, y presté más atención a sus reacciones que a seguir peleando. Pero él terminó conectándome un buen golpe. Cuando me levanté, supe que tenía que concentrarme en lo que estaba haciendo", recordó Douglas.

Douglas llegó a esa pelea sin demasiados pergaminos. Solo tenía a su favor una victoria por puntos en 10 vueltas ante Trevor Berbick, un año antes en Las Vegas y prácticamente iba a ser una pelea preparación para Tyson que tenía como objetivo combatir ante Evander Holyfield.

Tyson era un tornado en el cuadrilátero. Tenía una foja de 37-0 con 33 nocauts antes de esa pelea. Las casas de apuestas en Las Vegas lo consideraban favorito por 42-1 ante Douglas.

Un día antes del combate el promotor Don King, por entonces manager de Tyson, convocó a una conferencia de prensa para hablar de las fechas y términos del pleito de su pupilo ante Holyfield.

En octubre de esa año (1990) Douglas perdió el cinturón ante Holyfield en Las Vegas. La bolsa por su única defensa del título, estimada en 7.000.000 de dólares libres de impuestos, le dio para tener una vida cómoda.

También contó que años después tuvo un encuentro con Tyson: "Sólo nos cruzamos una vez, hace unos años en Cincinnati. No hubo mucha charla. No nos sentamos ni conversamos como amigos o algo así. El siguió siendo algo cortante, así que no traté de presionarlo", recordó.

Douglas se dedicó a sus cuatro hijos y a su esposa Bertha. Vive en una cómoda vivienda cerca de una comunidad agrícola en la periferia de Columbus y pasa cinco días por semana entrenando a jóvenes púgiles en un centro recreativo local, y se enorgullece por los logros de sus pupilos y a pesar que tuvo problemas de sobrepeso y diabetes, a sus 54 años asegura que aún podría pelear "algunos rounds".

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13 FEB 2015 - 22:07

El norteamericano "Buster" Douglas entró en la historia del boxeo cuando el 11 de febrero de 1990 tras asestarle un ascendente de derecha en la mandíbula y una combinación de manos, noqueó Tyson, que hasta ese momento era "imbatible" y le arrebató el título pesado del CMB, AMB y FIB, en una pelea que se disputó en el Tokyo Dome.

"Ganarle a Tyson y coronarme campeón era un sueño para mí. Conseguir eso fue lo máximo. Fue asombroso. Solo mi madre, que la perdí tres semanas antes de la pelea, creía en mi", reveló Douglas a la prensa local al cumplirse 25 años de la hazaña, en su ciudad natal, Columbus, Ohio, donde vive junto a su esposa y cuatro hijos.

Algunos testigos revelaron que cuando sonó la campana para comenzar el primer round, alguien del público le pidió a gritos a Douglas que "ganara en memoria de su madre".

'Buster' se metió en la pelea desde el comienzo y tuvo que soportar los embates y el conocido rigor del neoyorquino a quien lo tuvo a distancia como pudo con su jab de izquierda, pero en el octavo round fue a la lona.

"Yo estaba como admirando mi trabajo. Lo observaba a él. Me daba tiempo para mirar todo lo que ocurría, y presté más atención a sus reacciones que a seguir peleando. Pero él terminó conectándome un buen golpe. Cuando me levanté, supe que tenía que concentrarme en lo que estaba haciendo", recordó Douglas.

Douglas llegó a esa pelea sin demasiados pergaminos. Solo tenía a su favor una victoria por puntos en 10 vueltas ante Trevor Berbick, un año antes en Las Vegas y prácticamente iba a ser una pelea preparación para Tyson que tenía como objetivo combatir ante Evander Holyfield.

Tyson era un tornado en el cuadrilátero. Tenía una foja de 37-0 con 33 nocauts antes de esa pelea. Las casas de apuestas en Las Vegas lo consideraban favorito por 42-1 ante Douglas.

Un día antes del combate el promotor Don King, por entonces manager de Tyson, convocó a una conferencia de prensa para hablar de las fechas y términos del pleito de su pupilo ante Holyfield.

En octubre de esa año (1990) Douglas perdió el cinturón ante Holyfield en Las Vegas. La bolsa por su única defensa del título, estimada en 7.000.000 de dólares libres de impuestos, le dio para tener una vida cómoda.

También contó que años después tuvo un encuentro con Tyson: "Sólo nos cruzamos una vez, hace unos años en Cincinnati. No hubo mucha charla. No nos sentamos ni conversamos como amigos o algo así. El siguió siendo algo cortante, así que no traté de presionarlo", recordó.

Douglas se dedicó a sus cuatro hijos y a su esposa Bertha. Vive en una cómoda vivienda cerca de una comunidad agrícola en la periferia de Columbus y pasa cinco días por semana entrenando a jóvenes púgiles en un centro recreativo local, y se enorgullece por los logros de sus pupilos y a pesar que tuvo problemas de sobrepeso y diabetes, a sus 54 años asegura que aún podría pelear "algunos rounds".


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