De paseo en una bicicleta de 1800

Se trata de un velocípedo, anterior a la bicicleta. El neuquino visitó la ciudad a raíz de su pasión por el buceo pero el sabado por la tarde también se sacó las ganas de lucir a “Penny” por la costanera. La imagen despertó curiosidad en los vecinos ,que quisieron fotografiarla y saber más de su origen.

Como en 1800. Horacio Uguet paseó en su velocípedo por la costanera ataviado con traje de época.
19 ABR 2015 - 22:36 | Actualizado

Penny Farthing es la denominación que recibió el primer velocípedo creado en la historia, la antecesora de la bicicleta actual, y la pasión de Horacio Uguet, que buscó por 15 años esta antigua bicicleta que recorrió las calles de Puerto Madryn durante el fin de semana.

Horacio Uguet es de Neuquén Capital. Vsitó Puerto Madryn por su pasión por el buceo, y la excusa de retirar un traje seco que fue reparado por operadoras de la ciudad. Pero no vino solo porque, además de su pareja, que lo acompaña en cada viaje, llegó con su “hija Penny” o como él la bautizó “la fabricante de sonrisas”.

“¿Viste cuando ves algo que te gusta, que te impacta? Eso me pasó con Penny y la empecé a buscar hace más de 15 años”, contó Uguet sobre el inicio de la historia. “Ví varias, todas muy deterioradas, porque esto es del 1800 a 1860, anterior a la bicicleta y se llama velocípedo”.

El último tramo de su búsqueda comenzó con el contacto con un hombre de Uruguay, con quien intercambiaron mensajes hasta poder coordinar el encuentro en Buenos Aires. “Él la pasó desarmada y en la cochera de Buquebus la armamos y de ahí en la camioneta hasta casa”, que sucedió hace dos años.

“Yo quería algo para poder andarlo, y así estaba, tal cual como está hoy, me enloquecí cuando la vi, estaba en perfectas condiciones. Esta persona es un artesano, lo que hizo fue confeccionar una Penny Farthing tal como era en esa época, idéntica, hasta el torneado de los pedales y los manillares, todo hecho a mano”. “Valió la pena la espera”, agregó.

Una experiencia única

Ver andar a Penny es todo un suceso, y de eso dieron cuenta los vecinofotos, charla, dudas. Todo fue respondido por Horacio con gran predisposición, vestido para la ocasión. Ambos fueron protagonistas de la tarde del sábado.

Al preguntarle sobre la forma de andar expresó que “es algo único, indescriptible. Es una sensación muy distinta de andar en una bicicleta común. Es algo especial”, dijo agregando que siempre que puede la lleva con él, viaja a eventos especiales, por ejemplo de Unicef, experiencias que se le han abierto gracias a Penny. “La hemos bautizado “la fabricante de sonrisas” porque donde te ven no hay una sola persona que no te vea que no se ría. Acá salí y la gente enloquecida. Causa sensación”, explicó.

Un punto importante es la técnica, “cuando esto se creó no había semáforos y es algo que hay que tener en cuenta”, remarcó entre risas Horacio quien detalló parte de la técnica que hay que utilizar para subirse y bajarse “es distinto a todo, hay que tener en cuenta tres pasos, el ascenso, el andar y el descenso, porque todo tenes que hacerlo por el estribo, que tiene atrás y del lado izquierdo”, explicó señalando que “cuando salís te impulsas como un monopatín, con el pie derecho, con el pie izquierdo subido en el estribo agarrás velocidad y tenés que sincronizar el pedal, es decir que cuando vos te subas el pedal esté arriba para que puedas avanzar. Tiene su maña, su técnica, pero es un placer único y sólo me costó dos grandes caídas al principio y nada más”.

Para Horacio esta etapa de su vida es para disfrutarla, “donde puedo la llevo, ahora queremos ir para la cordillera, pero siempre prestando atención al lugar para poder andarla”.

Como en 1800. Horacio Uguet paseó en su velocípedo por la costanera ataviado con traje de época.
19 ABR 2015 - 22:36

Penny Farthing es la denominación que recibió el primer velocípedo creado en la historia, la antecesora de la bicicleta actual, y la pasión de Horacio Uguet, que buscó por 15 años esta antigua bicicleta que recorrió las calles de Puerto Madryn durante el fin de semana.

Horacio Uguet es de Neuquén Capital. Vsitó Puerto Madryn por su pasión por el buceo, y la excusa de retirar un traje seco que fue reparado por operadoras de la ciudad. Pero no vino solo porque, además de su pareja, que lo acompaña en cada viaje, llegó con su “hija Penny” o como él la bautizó “la fabricante de sonrisas”.

“¿Viste cuando ves algo que te gusta, que te impacta? Eso me pasó con Penny y la empecé a buscar hace más de 15 años”, contó Uguet sobre el inicio de la historia. “Ví varias, todas muy deterioradas, porque esto es del 1800 a 1860, anterior a la bicicleta y se llama velocípedo”.

El último tramo de su búsqueda comenzó con el contacto con un hombre de Uruguay, con quien intercambiaron mensajes hasta poder coordinar el encuentro en Buenos Aires. “Él la pasó desarmada y en la cochera de Buquebus la armamos y de ahí en la camioneta hasta casa”, que sucedió hace dos años.

“Yo quería algo para poder andarlo, y así estaba, tal cual como está hoy, me enloquecí cuando la vi, estaba en perfectas condiciones. Esta persona es un artesano, lo que hizo fue confeccionar una Penny Farthing tal como era en esa época, idéntica, hasta el torneado de los pedales y los manillares, todo hecho a mano”. “Valió la pena la espera”, agregó.

Una experiencia única

Ver andar a Penny es todo un suceso, y de eso dieron cuenta los vecinofotos, charla, dudas. Todo fue respondido por Horacio con gran predisposición, vestido para la ocasión. Ambos fueron protagonistas de la tarde del sábado.

Al preguntarle sobre la forma de andar expresó que “es algo único, indescriptible. Es una sensación muy distinta de andar en una bicicleta común. Es algo especial”, dijo agregando que siempre que puede la lleva con él, viaja a eventos especiales, por ejemplo de Unicef, experiencias que se le han abierto gracias a Penny. “La hemos bautizado “la fabricante de sonrisas” porque donde te ven no hay una sola persona que no te vea que no se ría. Acá salí y la gente enloquecida. Causa sensación”, explicó.

Un punto importante es la técnica, “cuando esto se creó no había semáforos y es algo que hay que tener en cuenta”, remarcó entre risas Horacio quien detalló parte de la técnica que hay que utilizar para subirse y bajarse “es distinto a todo, hay que tener en cuenta tres pasos, el ascenso, el andar y el descenso, porque todo tenes que hacerlo por el estribo, que tiene atrás y del lado izquierdo”, explicó señalando que “cuando salís te impulsas como un monopatín, con el pie derecho, con el pie izquierdo subido en el estribo agarrás velocidad y tenés que sincronizar el pedal, es decir que cuando vos te subas el pedal esté arriba para que puedas avanzar. Tiene su maña, su técnica, pero es un placer único y sólo me costó dos grandes caídas al principio y nada más”.

Para Horacio esta etapa de su vida es para disfrutarla, “donde puedo la llevo, ahora queremos ir para la cordillera, pero siempre prestando atención al lugar para poder andarla”.