Con el acompañamiento de autoridades municipales, vecinos e integrantes de otras colectividades, la Asociación Italiana de Trelew recordó ayer el Día del Inmigrante Italiano y descubrió una placa conmemorativa.
La fecha conmemorativa fue dispuesta por ley N° 24.561 y fija el 3 de junio como el Día del Inmigrante Italiano, en reconocimiento a aquellos que inmigraron a Argentina desde ese país para contribuir con su trabajo al crecimiento del mismo.
Un homenaje a Belgrano
La fecha se toma del nacimiento de Manuel Belgrano, hecho ocurrido un 3 de junio de 1770 y por ser el creador de la bandera hijo de un comerciante que había llegado al país desde Italia.
Durante la ceremonia se recordó la importancia que tuvo el país la inmigración italiana, especialmente a fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, constituyendo la mayor representación de inmigrantes europeos en el país, quienes alejados de las penurias económicas y las guerras en el viejo continente, decidieron forjar su futuro en estas tierras.
Durante el acto, el presidente de la Asociación Italiana de Socorros Mutuos “Paz y Patria”, Rómulo Liberatti, manifestó su agradecimiento a las colectividades y autoridades municipales e hizo alusión al doble festejo de este día ya que además de celebrarse el Día del Inmigrante Italiano, el pasado martes 2 de junio también se recordó el 69º aniversario de la República de Italia, al haber ingresado a la democracia.
A las palabras de Liberatti se sumó una breve narración sobre lo que significó migrar hacia América por parte de miles de italianos, y en el final del texto se recordó un fragmento del libro “Sull´oceano” de Edmundo De Amicis, en el cuenta su viaje en la nave Galileo, desde Génova hasta Montevideo: “Cuando pisé tierra, me di vuelta a mirar una vez más al Galileo, y el corazón se aceleró al decirle adiós, como si fuese un rincón flotante de mi país que me había llevado hasta allá.
Ya no era más que un trazo negro en el horizonte del río desmesurado…pero se veía todavía la bandera, que flameaba bajo el primer rayo de sol americano, como un último saludo de Italia… que encomendaba a la nueva tierra, sus hijos errantes”.
Con el acompañamiento de autoridades municipales, vecinos e integrantes de otras colectividades, la Asociación Italiana de Trelew recordó ayer el Día del Inmigrante Italiano y descubrió una placa conmemorativa.
La fecha conmemorativa fue dispuesta por ley N° 24.561 y fija el 3 de junio como el Día del Inmigrante Italiano, en reconocimiento a aquellos que inmigraron a Argentina desde ese país para contribuir con su trabajo al crecimiento del mismo.
Un homenaje a Belgrano
La fecha se toma del nacimiento de Manuel Belgrano, hecho ocurrido un 3 de junio de 1770 y por ser el creador de la bandera hijo de un comerciante que había llegado al país desde Italia.
Durante la ceremonia se recordó la importancia que tuvo el país la inmigración italiana, especialmente a fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, constituyendo la mayor representación de inmigrantes europeos en el país, quienes alejados de las penurias económicas y las guerras en el viejo continente, decidieron forjar su futuro en estas tierras.
Durante el acto, el presidente de la Asociación Italiana de Socorros Mutuos “Paz y Patria”, Rómulo Liberatti, manifestó su agradecimiento a las colectividades y autoridades municipales e hizo alusión al doble festejo de este día ya que además de celebrarse el Día del Inmigrante Italiano, el pasado martes 2 de junio también se recordó el 69º aniversario de la República de Italia, al haber ingresado a la democracia.
A las palabras de Liberatti se sumó una breve narración sobre lo que significó migrar hacia América por parte de miles de italianos, y en el final del texto se recordó un fragmento del libro “Sull´oceano” de Edmundo De Amicis, en el cuenta su viaje en la nave Galileo, desde Génova hasta Montevideo: “Cuando pisé tierra, me di vuelta a mirar una vez más al Galileo, y el corazón se aceleró al decirle adiós, como si fuese un rincón flotante de mi país que me había llevado hasta allá.
Ya no era más que un trazo negro en el horizonte del río desmesurado…pero se veía todavía la bandera, que flameaba bajo el primer rayo de sol americano, como un último saludo de Italia… que encomendaba a la nueva tierra, sus hijos errantes”.