Como estaba previsto, los colegios cerraron alrededor de las 16 hora local (7.30 de Argentina) tras una jornada que discurrió sin mayores altercados en la primera cita electoral tras la inesperada derrota de Mahinda Rajapaksa -de 69 años- en las elecciones presidenciales de enero.
"No tuvimos problemas ni actos violentos", dijo el Presidente del Comité Electoral, Mahinda Deshapriya, a periodistas al cierre de los colegios, al destacar que en la jornada "no ha habido incidentes serios".
Deshapriya aprovechó la oportunidad para pedir a todos los militantes políticos y el público general "abstenerse de caer en ninguna violencia postelectoral".
El primer ministro, Ranil Wickremasinghe, del Partido Unido Nacional (UNP) que respaldó al presidente, Maithripala Sirisena, en las elecciones de enero, es el favorito para ganar estos comicios frente a Rajapaksa, líder de la Alianza para la Libertad del Pueblo Unido (UPFA) y del fragmentado Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP).
Si bien no hay cifras oficiales de participación, la organización Campaña para las Elecciones Libres (CEL) , habitual observador electoral en Sri Lanka, comentó que "se espera que el nivel de participación supere el 65 %".
El director Ejecutivo de la CEL, Keerthi Thennakoon, afirmó que "la elección se desarrolló en libertad y de manera justa, y no se reportaron incidentes importantes".
La organización reportó el arresto de personas, nueve de ellas periodistas por tomar fotografías dentro de los recintos de votación, algo explícitamente prohibido por la ley electoral.
En la jornada de hoy, los votantes debían elegir a tres candidatos de la lista del partido por el que optan, para conformar un Parlamento que tendrá como presidente al primer ministro del país, cargo que debe nombrar el jefe de Estado de acuerdo a lo que determinen las urnas.
Sirisena aseguró días atrás que en caso de ganar el partido de Rajapaksa, nombraría primer ministro a otro miembro de su alianza.
"Ganaremos, eso seguro, mi mensaje es que guardemos la calma y disfrutemos de la victoria pacíficamente", declaró por su parte Rajapaksa tras depositar su voto en su localidad natal, Habmanthora, en el sur del país.
Wickremasinghe en tanto, destacó a periodistas que por primera vez hay una elección pacífica y "sin presiones o tensiones en la cabeza de nadie sobre cuál será el resultado y si habrá violencia o se respetará" lo que digan las urnas.
"Esto ha sido posible gracias a la revolución del 8 de enero", opinó el primer ministro, en alusión a las elecciones presidenciales que ganó Maithipala Sirisena.
Rajapaksa, gobernante entre 2005 y enero pasado, tuvo una controvertida gestión de gobierno que incluyó el final de la contienda contra la guerrilla de los Tigres Tamiles (LTTE) en 2009, entre numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos y de matanzas de civiles.
Su gestión estuvo también salpicada por las denuncias de corrupción y de nepotismo, si bien dejó un notable desempeño económico en el país, que ha venido creciendo por encima del 7%.
Contra todo pronóstico, en enero perdió la Presidencia a manos de una gran alianza de partidos encabezada por Sirisena, exsecretario general de la formación política de Rajapaksa y su ministro de Salud hasta dos meses antes de esos comicios.
Como estaba previsto, los colegios cerraron alrededor de las 16 hora local (7.30 de Argentina) tras una jornada que discurrió sin mayores altercados en la primera cita electoral tras la inesperada derrota de Mahinda Rajapaksa -de 69 años- en las elecciones presidenciales de enero.
"No tuvimos problemas ni actos violentos", dijo el Presidente del Comité Electoral, Mahinda Deshapriya, a periodistas al cierre de los colegios, al destacar que en la jornada "no ha habido incidentes serios".
Deshapriya aprovechó la oportunidad para pedir a todos los militantes políticos y el público general "abstenerse de caer en ninguna violencia postelectoral".
El primer ministro, Ranil Wickremasinghe, del Partido Unido Nacional (UNP) que respaldó al presidente, Maithripala Sirisena, en las elecciones de enero, es el favorito para ganar estos comicios frente a Rajapaksa, líder de la Alianza para la Libertad del Pueblo Unido (UPFA) y del fragmentado Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP).
Si bien no hay cifras oficiales de participación, la organización Campaña para las Elecciones Libres (CEL) , habitual observador electoral en Sri Lanka, comentó que "se espera que el nivel de participación supere el 65 %".
El director Ejecutivo de la CEL, Keerthi Thennakoon, afirmó que "la elección se desarrolló en libertad y de manera justa, y no se reportaron incidentes importantes".
La organización reportó el arresto de personas, nueve de ellas periodistas por tomar fotografías dentro de los recintos de votación, algo explícitamente prohibido por la ley electoral.
En la jornada de hoy, los votantes debían elegir a tres candidatos de la lista del partido por el que optan, para conformar un Parlamento que tendrá como presidente al primer ministro del país, cargo que debe nombrar el jefe de Estado de acuerdo a lo que determinen las urnas.
Sirisena aseguró días atrás que en caso de ganar el partido de Rajapaksa, nombraría primer ministro a otro miembro de su alianza.
"Ganaremos, eso seguro, mi mensaje es que guardemos la calma y disfrutemos de la victoria pacíficamente", declaró por su parte Rajapaksa tras depositar su voto en su localidad natal, Habmanthora, en el sur del país.
Wickremasinghe en tanto, destacó a periodistas que por primera vez hay una elección pacífica y "sin presiones o tensiones en la cabeza de nadie sobre cuál será el resultado y si habrá violencia o se respetará" lo que digan las urnas.
"Esto ha sido posible gracias a la revolución del 8 de enero", opinó el primer ministro, en alusión a las elecciones presidenciales que ganó Maithipala Sirisena.
Rajapaksa, gobernante entre 2005 y enero pasado, tuvo una controvertida gestión de gobierno que incluyó el final de la contienda contra la guerrilla de los Tigres Tamiles (LTTE) en 2009, entre numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos y de matanzas de civiles.
Su gestión estuvo también salpicada por las denuncias de corrupción y de nepotismo, si bien dejó un notable desempeño económico en el país, que ha venido creciendo por encima del 7%.
Contra todo pronóstico, en enero perdió la Presidencia a manos de una gran alianza de partidos encabezada por Sirisena, exsecretario general de la formación política de Rajapaksa y su ministro de Salud hasta dos meses antes de esos comicios.