Con la consigna de ayudar, el grupo “Una sonrisa en tu cabeza” impulsa reuniones semanales e alienta la donación de cabello, destinado a la confección de pelucas y apliques destinados a pacientes oncológicos de bajos recursos. Andrea Muñóz, vocera del grupo, destacó el carácter solidario de la iniciativa y también la posibilidad de contribuir mínimamente a transitar la enfermedad de la mejor manera.
En este sentido, lo estético cuenta ya que los tratamientos, la aplicación de quimioterapia y los medicamentos que se utilizan provocan entre otras cosas, la pérdida de cabello. Aunque quizás este aspecto no sea contemplado dentro del complicado proceso, se asume que especialmente entre las mujeres esto provoca efectos negativos dentro de cuadros ya complejos. “Empezamos el 10 de abril con la primera reunión. Somos gente que trabaja en un taller de pintura, yo como docente y el resto como alumnas. Simplemente les comenté la idea”, dijo a Canal 3 la responsable de esta “movida”.
Karina Díaz, peluquera de profesión, fue la encargada de impartir los primeros conocimientos sobre el tema. “Nos enseñó la técnica para tejer un `telar´ con pelos y armar una cortina. Se requieren alrededor de treinta a cuarenta cortinas para armar una peluca. Terminada todavía no tenemos ninguna, llevamos en tránsito y contamos con alrededor de treinta. Nos juntamos tres horas a tejer y es totalmente voluntario. No hay ningún fin de lucro”.
Andrea Muñóz explicó a Canal 3 que el trabajo no persigue otro fin que el de ayudar mínimamente dentro de lo traumático que puede resultar un proceso grave de salud. Y el cáncer, desde la sola mención de su palabra, implica temores; fortaleza y la voluntad del “querer”, curarse y vivir.
La desaparición del cabello es uno de los efectos notorios y evidentes en el cuerpo que aparecen a partir del tratamiento para combatir el cáncer. Y hasta se plantea como “una pérdida de identificación del yo que se vive, frente al espejo primero y la sociedad después”. Pasa a ser un signo estigmatizante y diferenciador, casi un castigo más que se añade a la resolución del problema de la salud.
“Una sonrisa en tu cabeza” apunta a acercarle las piezas de peluquería terminadas a quienes no cuentan con recursos para adquirirlas. Y así, cada peluca podrá atenuar en parte los efectos más visibles que desde lo femenino produce la enfermedad. “Toda donación es bienvenida. Se admite desde la medida del dedo meñique en cuanto a espesor o todo el pelo. La cortina la armamos nosotros”.
Con la consigna de ayudar, el grupo “Una sonrisa en tu cabeza” impulsa reuniones semanales e alienta la donación de cabello, destinado a la confección de pelucas y apliques destinados a pacientes oncológicos de bajos recursos. Andrea Muñóz, vocera del grupo, destacó el carácter solidario de la iniciativa y también la posibilidad de contribuir mínimamente a transitar la enfermedad de la mejor manera.
En este sentido, lo estético cuenta ya que los tratamientos, la aplicación de quimioterapia y los medicamentos que se utilizan provocan entre otras cosas, la pérdida de cabello. Aunque quizás este aspecto no sea contemplado dentro del complicado proceso, se asume que especialmente entre las mujeres esto provoca efectos negativos dentro de cuadros ya complejos. “Empezamos el 10 de abril con la primera reunión. Somos gente que trabaja en un taller de pintura, yo como docente y el resto como alumnas. Simplemente les comenté la idea”, dijo a Canal 3 la responsable de esta “movida”.
Karina Díaz, peluquera de profesión, fue la encargada de impartir los primeros conocimientos sobre el tema. “Nos enseñó la técnica para tejer un `telar´ con pelos y armar una cortina. Se requieren alrededor de treinta a cuarenta cortinas para armar una peluca. Terminada todavía no tenemos ninguna, llevamos en tránsito y contamos con alrededor de treinta. Nos juntamos tres horas a tejer y es totalmente voluntario. No hay ningún fin de lucro”.
Andrea Muñóz explicó a Canal 3 que el trabajo no persigue otro fin que el de ayudar mínimamente dentro de lo traumático que puede resultar un proceso grave de salud. Y el cáncer, desde la sola mención de su palabra, implica temores; fortaleza y la voluntad del “querer”, curarse y vivir.
La desaparición del cabello es uno de los efectos notorios y evidentes en el cuerpo que aparecen a partir del tratamiento para combatir el cáncer. Y hasta se plantea como “una pérdida de identificación del yo que se vive, frente al espejo primero y la sociedad después”. Pasa a ser un signo estigmatizante y diferenciador, casi un castigo más que se añade a la resolución del problema de la salud.
“Una sonrisa en tu cabeza” apunta a acercarle las piezas de peluquería terminadas a quienes no cuentan con recursos para adquirirlas. Y así, cada peluca podrá atenuar en parte los efectos más visibles que desde lo femenino produce la enfermedad. “Toda donación es bienvenida. Se admite desde la medida del dedo meñique en cuanto a espesor o todo el pelo. La cortina la armamos nosotros”.