Por Carlos Guajardo<br /><br />Es absolutamente cierto que las prostitutas de Valparaíso conquistaban a sus clientes marineros extranjeros recitándoles parte del Poema 20. Algunos ni siquiera entendían que eran los versos más tristes que se podían escribir alguna noche pero sí comprendían y muy bien que se trataba de alguna teoría amorosa que seguramente terminaría en un rápido y solitario encuentro de sexo.<br /><br />Es la mejor expresión de lo que significó el libro que, aunque no fue el primero, dio inicio a una carrera literaria interminable. Un canto a la mujer, a la angustia, la tristeza, el recuerdo y la ausencia resumen el contenido de “20 Poemas de amor y una canción desesperada” que el poeta chileno Pablo Neruda escribió cuando apenas tenía 20 años. Fue (y tal vez lo siga siendo) el libro de poesías amorosas más vendido del planeta.<br /><br />Daba cuenta de que el amor no solamente es visceral sino también pasajero en los primeros 20 poemas y dejaba al descubierto un corazón quebrado por una angustiante soledad en “La canción desesperada”. Un joven de 20 años comenzaba a desandar el camino de su poesía en la que con los años la iba a ir enriqueciendo contando sus viajes a lugares exóticos, sus amores clandestinos y sobre todo sus luchas que tuvieron un detonante que hizo explotar su corazón: la guerra civil española y el asesinato de Federico García Lorca en manos del franquismo.<br /><br />Pero quizá hoy el tema sea otro. La primera edición de “20 poemas” salió a la calle en junio de 1924. Hace 87 años. Estaba escrito por un jovencito enamorado que se dejó llevar como nadie por el amor con tantas ganas, delicadeza y desvergüenza, con tanta pasión y obstinación que con seguridad le sacudía las entrañas y cada letra, cada verso que después se convertía en poesía debía pasar primero por su alma.<br /><br />“Todo lo que Neruda es, está en su poesía”, escribió Volodia Teitelbon, uno de sus biógrafos más reconocidos. Y escribió la absoluta verdad. Neruda estaba hecho de lluvia, de bosques, de madera. Y de todo eso estaba hecha también su poesía. Amó a su Chile largo y oceánico tanto como a sus mujeres. Recorrió largos caminos de agua y polvo. Y después se encargó de convertirlos en versos.<br /><br />Los “20 poemas” representaron el nacimiento de una poesía distinta, dedicada por completo al amor y por eso tal vez, no hubo libro igual que despertara tantas pasiones o tantas críticas, que se metiera tanto en los bolsillos de los amantes, que se convirtiera en un canto callejero y hasta en una partitura sin notas ni pentagrama.<br /><br />Tal vez este libro eterno no represente hoy lo más buscado de la literatura. Pero por eterno jamás dejará de estar vivo. De ser el retrato de los hombres que aman con la intensidad con las que las olas del mar maltratan las orillas, movimiento de musa inspiradora para el poeta chileno de las varias vidas.<br /><br />Puede decirse que después de haber concebido su obra más entrañable, Neruda transitó otros caminos por las letras del mundo y engendró obras de un enorme significado. Por sus ojos de poeta triste y sus manos de labriego literario pasaron las grandes creaciones de su obra. No sólo fue el cielo infinito de los 20 Poemas o aquella primera creación casi adolescente llamada “Crepusculario”. También se puede navegar en la profundidad del Canto General o los poemas inmortales de la Tercera Residencia. Las Odas Elementales, El Hondero Entusiasta o los otros libros concebidos desde el corazón de un hombre enamorado: “Los versos del capitán” y los “Cien sonetos de amor”.<br /><br />Nada fue casualidad en la vida del poeta. Ni siquiera Jossie Blis, la mujer birmana que con celos suicida quiso asesinarlo una madrugada con un cuchillo de una hoja interminable. Neruda se asustó y huyó de Rangún, donde en esa época cumplía una función diplomática. Igual, aún sabiendo que un segundo de descuido podría haberle provocado la muerte, jamás olvidó aquellos besos arrastrados por el polvo de una tierra lejana y fácilmente olvidable. Nunca olvidó a esa mujer brillosa como no olvidó a ninguna de las otras, que después convertía en poesía.<br /><br />Murió en su Chile natal, en setiembre de 1973. Pocos días después del derrocamiento de su líder y amigo, Salvador Allende. La historia contada asegura que tuvo un cáncer de próstata terminal. Y que la angustia por la muerte violenta de su amigo terminó por sepultarlo. Pero hoy a muchos años, hay quienes sostienen que Neruda cayó también bajo las balas de los soldados traidores de Chile, que sin piedad terminaron con su vida.<br /><br />Aunque claro, no pudieron terminar con su poesía como el mismo Neruda lo dice en una de sus frases más celebradas: “Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera”.#<br /><br />
Por Carlos Guajardo<br /><br />Es absolutamente cierto que las prostitutas de Valparaíso conquistaban a sus clientes marineros extranjeros recitándoles parte del Poema 20. Algunos ni siquiera entendían que eran los versos más tristes que se podían escribir alguna noche pero sí comprendían y muy bien que se trataba de alguna teoría amorosa que seguramente terminaría en un rápido y solitario encuentro de sexo.<br /><br />Es la mejor expresión de lo que significó el libro que, aunque no fue el primero, dio inicio a una carrera literaria interminable. Un canto a la mujer, a la angustia, la tristeza, el recuerdo y la ausencia resumen el contenido de “20 Poemas de amor y una canción desesperada” que el poeta chileno Pablo Neruda escribió cuando apenas tenía 20 años. Fue (y tal vez lo siga siendo) el libro de poesías amorosas más vendido del planeta.<br /><br />Daba cuenta de que el amor no solamente es visceral sino también pasajero en los primeros 20 poemas y dejaba al descubierto un corazón quebrado por una angustiante soledad en “La canción desesperada”. Un joven de 20 años comenzaba a desandar el camino de su poesía en la que con los años la iba a ir enriqueciendo contando sus viajes a lugares exóticos, sus amores clandestinos y sobre todo sus luchas que tuvieron un detonante que hizo explotar su corazón: la guerra civil española y el asesinato de Federico García Lorca en manos del franquismo.<br /><br />Pero quizá hoy el tema sea otro. La primera edición de “20 poemas” salió a la calle en junio de 1924. Hace 87 años. Estaba escrito por un jovencito enamorado que se dejó llevar como nadie por el amor con tantas ganas, delicadeza y desvergüenza, con tanta pasión y obstinación que con seguridad le sacudía las entrañas y cada letra, cada verso que después se convertía en poesía debía pasar primero por su alma.<br /><br />“Todo lo que Neruda es, está en su poesía”, escribió Volodia Teitelbon, uno de sus biógrafos más reconocidos. Y escribió la absoluta verdad. Neruda estaba hecho de lluvia, de bosques, de madera. Y de todo eso estaba hecha también su poesía. Amó a su Chile largo y oceánico tanto como a sus mujeres. Recorrió largos caminos de agua y polvo. Y después se encargó de convertirlos en versos.<br /><br />Los “20 poemas” representaron el nacimiento de una poesía distinta, dedicada por completo al amor y por eso tal vez, no hubo libro igual que despertara tantas pasiones o tantas críticas, que se metiera tanto en los bolsillos de los amantes, que se convirtiera en un canto callejero y hasta en una partitura sin notas ni pentagrama.<br /><br />Tal vez este libro eterno no represente hoy lo más buscado de la literatura. Pero por eterno jamás dejará de estar vivo. De ser el retrato de los hombres que aman con la intensidad con las que las olas del mar maltratan las orillas, movimiento de musa inspiradora para el poeta chileno de las varias vidas.<br /><br />Puede decirse que después de haber concebido su obra más entrañable, Neruda transitó otros caminos por las letras del mundo y engendró obras de un enorme significado. Por sus ojos de poeta triste y sus manos de labriego literario pasaron las grandes creaciones de su obra. No sólo fue el cielo infinito de los 20 Poemas o aquella primera creación casi adolescente llamada “Crepusculario”. También se puede navegar en la profundidad del Canto General o los poemas inmortales de la Tercera Residencia. Las Odas Elementales, El Hondero Entusiasta o los otros libros concebidos desde el corazón de un hombre enamorado: “Los versos del capitán” y los “Cien sonetos de amor”.<br /><br />Nada fue casualidad en la vida del poeta. Ni siquiera Jossie Blis, la mujer birmana que con celos suicida quiso asesinarlo una madrugada con un cuchillo de una hoja interminable. Neruda se asustó y huyó de Rangún, donde en esa época cumplía una función diplomática. Igual, aún sabiendo que un segundo de descuido podría haberle provocado la muerte, jamás olvidó aquellos besos arrastrados por el polvo de una tierra lejana y fácilmente olvidable. Nunca olvidó a esa mujer brillosa como no olvidó a ninguna de las otras, que después convertía en poesía.<br /><br />Murió en su Chile natal, en setiembre de 1973. Pocos días después del derrocamiento de su líder y amigo, Salvador Allende. La historia contada asegura que tuvo un cáncer de próstata terminal. Y que la angustia por la muerte violenta de su amigo terminó por sepultarlo. Pero hoy a muchos años, hay quienes sostienen que Neruda cayó también bajo las balas de los soldados traidores de Chile, que sin piedad terminaron con su vida.<br /><br />Aunque claro, no pudieron terminar con su poesía como el mismo Neruda lo dice en una de sus frases más celebradas: “Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera”.#<br /><br />