El vocero del Pentágono, Jeff Davis, indicó que Mattis explicó también el contenido de la estrategia ante el denominado Principals Committee del Consejo de Seguridad Nacional, una especie de comisión de dirigentes de instituciones.
Davis no quiso proporcionar más detalles sobre el contenido del plan porque es confidencial pero la prensa estadounidense sostuvo que Mattis podría haber recomendado el envío de más soldados para que se desplieguen en Siria y una intensificación de los bombardeos aéreos.
El 28 de enero último, Trump ordenó al Pentágono que le presentara en 30 días un plan para intensificar la lucha contra las milicias islamistas.
La lista de opciones incluye, además, cambios en la estrategia militar, recomendaciones en materia de control financiero y diplomáticas, para mantener la presión y aislar a EI, según consignó la agencia EFE.
El jefe del Comando Central, el general Joseph Votel, sugirió la semana pasada que podría ser necesario un aumento de tropas estadounidenses en Siria -donde hay unos 500 miembros de las fuerzas especiales- para apoyar las operaciones sobre el terreno de milicias aliadas y facilitar la toma de Al Raqa, la capital de facto de EI.
En Irak, Estados Unidos desplegó unos 5.000 soldados para asistir y entrena a las tropas kurdas e iraquíes, que retomaron parte del territorio que los yihadistas ocupaban desde 2014, entre ellos la mayor parte de Mosul, la segunda ciudad del país.
En el caos de la guerra civil siria, EI consiguió mantener el control del este del país y parte de la ribera del Éufrates, con Al Raqa aún como su principal bastión.
Desde 2014, Estados Unidos realizó más de 14.500 ataques aéreos en Siria e Irak como parte de una coalición internacional liderada por el Pentágono.
El anterior presidente estadounidense, Barack Obama, centró su estrategia en apoyar desde el aire y con asesores militares fuerzas locales: los kurdo-árabes de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), en Siria, y, en Irak, las fuerzas peshmerga del Kurdistán iraquí y las Fuerzas Armadas iraquíes.
El vocero del Pentágono, Jeff Davis, indicó que Mattis explicó también el contenido de la estrategia ante el denominado Principals Committee del Consejo de Seguridad Nacional, una especie de comisión de dirigentes de instituciones.
Davis no quiso proporcionar más detalles sobre el contenido del plan porque es confidencial pero la prensa estadounidense sostuvo que Mattis podría haber recomendado el envío de más soldados para que se desplieguen en Siria y una intensificación de los bombardeos aéreos.
El 28 de enero último, Trump ordenó al Pentágono que le presentara en 30 días un plan para intensificar la lucha contra las milicias islamistas.
La lista de opciones incluye, además, cambios en la estrategia militar, recomendaciones en materia de control financiero y diplomáticas, para mantener la presión y aislar a EI, según consignó la agencia EFE.
El jefe del Comando Central, el general Joseph Votel, sugirió la semana pasada que podría ser necesario un aumento de tropas estadounidenses en Siria -donde hay unos 500 miembros de las fuerzas especiales- para apoyar las operaciones sobre el terreno de milicias aliadas y facilitar la toma de Al Raqa, la capital de facto de EI.
En Irak, Estados Unidos desplegó unos 5.000 soldados para asistir y entrena a las tropas kurdas e iraquíes, que retomaron parte del territorio que los yihadistas ocupaban desde 2014, entre ellos la mayor parte de Mosul, la segunda ciudad del país.
En el caos de la guerra civil siria, EI consiguió mantener el control del este del país y parte de la ribera del Éufrates, con Al Raqa aún como su principal bastión.
Desde 2014, Estados Unidos realizó más de 14.500 ataques aéreos en Siria e Irak como parte de una coalición internacional liderada por el Pentágono.
El anterior presidente estadounidense, Barack Obama, centró su estrategia en apoyar desde el aire y con asesores militares fuerzas locales: los kurdo-árabes de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), en Siria, y, en Irak, las fuerzas peshmerga del Kurdistán iraquí y las Fuerzas Armadas iraquíes.