Poseidón: la Policía tuvo que ir a buscar a tres testigos

Molesto por el incumplimiento, el presidente del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, Jorge Guanziroli, ordenó que las policías federal y provincial busquen a tres testigos que no concurrieron a declarar en el juicio oral y público por los 110 kilos de cocaína en la pesquera Poseidón.

Explicación. La operaria ilustró a las partes acerca de cómo se maniobró con las cajas con cocaína.
14 AGO 2017 - 22:07 | Actualizado

Por Rolando Tobarez  /  Twitter: @rtobarez

Dio plazo hasta las 17 de ayer para hallarlos y obligarlos a presentarse en el Casino de Oficiales de la Unidad 6 de Rawson.
Aprovechando el día después de las elecciones primarias, los secretarios del TOF se disponían a consultar en la Secretaría Electoral del Juzgado Federal de Rawson si es que las tres personas habían votado ayer y dónde, a modo de facilitar el rastreo. Finalmente, aparecieron sólo dos, que declaraban al cierre de la edición.
Por la mañana habló Sonia Cayo Loza, una de las primeras empleadas de la pesquera de Puerto Madryn en detectar la droga disimulada en el cargamento de langostino. En junio de 2013 era envasadora.
Esa mañana muy temprano el responsable de la planta, Cristian Torrado, ordenó y distribuyó el trabajo: debían cambiar cajas y tapas del pescado que esperaba su exportación a España, para colocar la marca de Poseidón. Cada caja grande contenía 6 estuches. Para tardar menos, los empleados pusieron las cajas boca abajo.
“Nunca jamás en mi vida me voy a olvidar cuando un compañero vio un paquete y nos dijo: `Esto no es langostino”, relató. Los estuches tenían el polvo blanco encintado con prolijidad. Lo único atado era el estupefaciente.
“Cristian se asustó como nosotros, empezó a corretear y quería ver si había más. Empezó a juntar y lo llevó a una oficina. Llamó al dueño y nos dijo: “No sé qué hará”. Con un cuchillo pinchó un paquete para verificar que no era pescado. “Luego no quiso tocar más”, relató Loza.
La mujer, con una caja de muestra sobre la mesa explicó en detalle a jueces, defensores y al fiscal cómo manipuló el cargamento. Guanziroli pidió que la prensa no difunda imágenes de la testigo para evitarle contratiempos luego del juicio.
Loza contó que sigue trabajando en la planta. Ahora se llama Ian Fisch. “Hasta el año pasado su dueño era un tal Cristian pero ahora es un chino que se llama Jaime”, graficó. #


 

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Explicación. La operaria ilustró a las partes acerca de cómo se maniobró con las cajas con cocaína.
14 AGO 2017 - 22:07

Por Rolando Tobarez  /  Twitter: @rtobarez

Dio plazo hasta las 17 de ayer para hallarlos y obligarlos a presentarse en el Casino de Oficiales de la Unidad 6 de Rawson.
Aprovechando el día después de las elecciones primarias, los secretarios del TOF se disponían a consultar en la Secretaría Electoral del Juzgado Federal de Rawson si es que las tres personas habían votado ayer y dónde, a modo de facilitar el rastreo. Finalmente, aparecieron sólo dos, que declaraban al cierre de la edición.
Por la mañana habló Sonia Cayo Loza, una de las primeras empleadas de la pesquera de Puerto Madryn en detectar la droga disimulada en el cargamento de langostino. En junio de 2013 era envasadora.
Esa mañana muy temprano el responsable de la planta, Cristian Torrado, ordenó y distribuyó el trabajo: debían cambiar cajas y tapas del pescado que esperaba su exportación a España, para colocar la marca de Poseidón. Cada caja grande contenía 6 estuches. Para tardar menos, los empleados pusieron las cajas boca abajo.
“Nunca jamás en mi vida me voy a olvidar cuando un compañero vio un paquete y nos dijo: `Esto no es langostino”, relató. Los estuches tenían el polvo blanco encintado con prolijidad. Lo único atado era el estupefaciente.
“Cristian se asustó como nosotros, empezó a corretear y quería ver si había más. Empezó a juntar y lo llevó a una oficina. Llamó al dueño y nos dijo: “No sé qué hará”. Con un cuchillo pinchó un paquete para verificar que no era pescado. “Luego no quiso tocar más”, relató Loza.
La mujer, con una caja de muestra sobre la mesa explicó en detalle a jueces, defensores y al fiscal cómo manipuló el cargamento. Guanziroli pidió que la prensa no difunda imágenes de la testigo para evitarle contratiempos luego del juicio.
Loza contó que sigue trabajando en la planta. Ahora se llama Ian Fisch. “Hasta el año pasado su dueño era un tal Cristian pero ahora es un chino que se llama Jaime”, graficó. #


 


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