La historia del cine y la televisión ha cerrado este domingo uno de sus capítulos más hilarantes con la muerte de Jerry Lewis. El gran bufón de Newark (Nueva Jersey), protagonista de más de medio centenar de películas, falleció de muerte natural a los 91 años en su casa de Las Vegas y rodeado de los suyos, según un comunicado de su familia.
Aquejado a lo largo de su vida de diversas enfermedades, Lewis era un superviviente, uno de los grandes cómicos del siglo XX, con una carrera no sin altibajos que le granjeó una enorme admiración e inspiró a otros cómicos y cineastas como Jerry Seinfeld, Woody Allen o Martin Scorsese. Fuera de la pantalla fue un incansable filántropo, pero también un odioso provocador con una legión de detractores.
Tras la ruputura con el cantante, Lewis se reinventó a la manera de Charles Chaplin, pasando a escribir, dirigir y protagonizar muchas de sus siguientes películas, siempre con un ojo clínico para los aspectos más técnicos del cine. "Todavía sigo viendo las películas que Jerry hizo a lo largo de los años", dijo Scorsese en 2013. "Su aspecto visionario, su puesta en escena, la claridad de los planos, la composición, el ritmo y los personajes en la pantalla son imperecederos".
De aquella época son 'El botones' o 'El profesor chiflado', quizás su película más famosa. "Yo era alto, delgado y desgarbado, mono pero con pinta de gracioso. Con la voz que Dios me dio, tenía claro que no iba a ser cantante como mi padre", escribió en sus memorias. "Siempre vi el humor que había en las cosas, las posibilidades para hacer un buen chiste". Casado en dos ocasiones y padre de siete hijos, Lewis fue tan divertido en la pantalla como irascible y bronco fuera de ella. La salud no se lo puso fácil: cáncer de próstata, un ataque de corazón que casi lo mata y dolores crónicos en la espina dorsal que provocaron su adicción a los analgésicos opiáceos.La historia del cine y la televisión ha cerrado este domingo uno de sus capítulos más hilarantes con la muerte de Jerry Lewis. El gran bufón de Newark (Nueva Jersey), protagonista de más de medio centenar de películas, falleció de muerte natural a los 91 años en su casa de Las Vegas y rodeado de los suyos, según un comunicado de su familia.
Aquejado a lo largo de su vida de diversas enfermedades, Lewis era un superviviente, uno de los grandes cómicos del siglo XX, con una carrera no sin altibajos que le granjeó una enorme admiración e inspiró a otros cómicos y cineastas como Jerry Seinfeld, Woody Allen o Martin Scorsese. Fuera de la pantalla fue un incansable filántropo, pero también un odioso provocador con una legión de detractores.
Tras la ruputura con el cantante, Lewis se reinventó a la manera de Charles Chaplin, pasando a escribir, dirigir y protagonizar muchas de sus siguientes películas, siempre con un ojo clínico para los aspectos más técnicos del cine. "Todavía sigo viendo las películas que Jerry hizo a lo largo de los años", dijo Scorsese en 2013. "Su aspecto visionario, su puesta en escena, la claridad de los planos, la composición, el ritmo y los personajes en la pantalla son imperecederos".
De aquella época son 'El botones' o 'El profesor chiflado', quizás su película más famosa. "Yo era alto, delgado y desgarbado, mono pero con pinta de gracioso. Con la voz que Dios me dio, tenía claro que no iba a ser cantante como mi padre", escribió en sus memorias. "Siempre vi el humor que había en las cosas, las posibilidades para hacer un buen chiste". Casado en dos ocasiones y padre de siete hijos, Lewis fue tan divertido en la pantalla como irascible y bronco fuera de ella. La salud no se lo puso fácil: cáncer de próstata, un ataque de corazón que casi lo mata y dolores crónicos en la espina dorsal que provocaron su adicción a los analgésicos opiáceos.