Conmemoraron los cien años del nacimiento del "Cuchi" Leguizamón

La cantante entrerriana Liliana Herrero y el guitarrista tucumano Juan Falú protagonizaron anoche en un concierto gratuito un hondo homenaje al compositor salteño Gustavo "Cuchi" Leguizamón, de quien hoy se cumplen 100 años de su nacimiento y que supo hacer convivir al investigador y recopilador de las fuentes de la música argentina junto a una vocación innovadora y transformadora.

29 SEP 2017 - 15:18 | Actualizado


El concierto de anoche en la sala Caras y Caretas permitió sintetizar la huella del Cuchi en la memoria musical argentina, a través de dos músicos (Herrero y Falú) que no sólo tienen el oficio de un trabajo en colaboración macerado por el tiempo sino que, 17 años atrás, ya habían encarado la obra de Leguizamón en el disco "Leguizamón-Castilla" (la sociedad con el poeta Manuel Castilla, que no fue la única pero sí la más estable que construyó el 'Cuchi'), que pertenece al más selecto repertorio de la música popular. 

Herrero y Falú no son, en diversos sentidos, los mismos que dejaron aquel registro en 2000 pero, en tanto ejercen su lugar como una práctica que reflexiona sobre sí misma, elaboran un pensamiento musical y lo ubican en una perspectiva histórica, tienen a la vez más y diferentes recursos para asumir una obra que admite más de una entrada.

El concierto, ambicioso en su recorrido, incluyó composiciones como "Lloraré" o "Serenata del 900" que evocan a Leguizamón recopilador e investigador que persiguió las manifestaciones más profundas de la tradición de la música argentina.

Pero Leguizamón no es, desde ya, un "tradicionalista" (Falú se preocupa por aclararlo en medio del concierto), es también el hombre que cambió, en los '50, el modelo fundamental sobre la que se concibe la zamba, la especie musical por excelencia de nuestra tradición.

A aquel modelo construido con una pregunta (musical) y dos respuestas (iguales), lo transformó en otro con dos contestaciones (musicales) diferentes, abriendo nuevas posibilidades de armonización.

El repertorio de la noche fue extenso, bajo un estado de emoción permanente. Difícil, allí, señalar mojones en ese recorrido que incluyó, entre mucho más, el poema "La casa" -también hallazgo de aquel disco de 2000-, "Juan del Monte", "Zamba de Anta" y tantas más. 

Aquellos conocedores de las versiones tradicionales pudieron advertir -además- las posibilidades creativas que existen en el plano de la interpretación, sea en la "intervención" que propone Herrero como en la forma de crear un acompañamiento en la guitarra de Falú.

El final fue una expresión del canto colectivo con "La pomeña" y una serie de bises informales bajo una distensión propia de quien finge que el público ya se ha retirado y que todo ocurre en la complicidad de la confianza.

Gustavo Leguizamón nació el 29 de septiembre de 1917 en la capital salteña. "Su música nos hizo mejores", sentenció Falú. "Sostener su memoria poética y musical es una forma de construir la patria", reflexionó Herrero. Hoy, aquel hombre, cumple cien años.

29 SEP 2017 - 15:18


El concierto de anoche en la sala Caras y Caretas permitió sintetizar la huella del Cuchi en la memoria musical argentina, a través de dos músicos (Herrero y Falú) que no sólo tienen el oficio de un trabajo en colaboración macerado por el tiempo sino que, 17 años atrás, ya habían encarado la obra de Leguizamón en el disco "Leguizamón-Castilla" (la sociedad con el poeta Manuel Castilla, que no fue la única pero sí la más estable que construyó el 'Cuchi'), que pertenece al más selecto repertorio de la música popular. 

Herrero y Falú no son, en diversos sentidos, los mismos que dejaron aquel registro en 2000 pero, en tanto ejercen su lugar como una práctica que reflexiona sobre sí misma, elaboran un pensamiento musical y lo ubican en una perspectiva histórica, tienen a la vez más y diferentes recursos para asumir una obra que admite más de una entrada.

El concierto, ambicioso en su recorrido, incluyó composiciones como "Lloraré" o "Serenata del 900" que evocan a Leguizamón recopilador e investigador que persiguió las manifestaciones más profundas de la tradición de la música argentina.

Pero Leguizamón no es, desde ya, un "tradicionalista" (Falú se preocupa por aclararlo en medio del concierto), es también el hombre que cambió, en los '50, el modelo fundamental sobre la que se concibe la zamba, la especie musical por excelencia de nuestra tradición.

A aquel modelo construido con una pregunta (musical) y dos respuestas (iguales), lo transformó en otro con dos contestaciones (musicales) diferentes, abriendo nuevas posibilidades de armonización.

El repertorio de la noche fue extenso, bajo un estado de emoción permanente. Difícil, allí, señalar mojones en ese recorrido que incluyó, entre mucho más, el poema "La casa" -también hallazgo de aquel disco de 2000-, "Juan del Monte", "Zamba de Anta" y tantas más. 

Aquellos conocedores de las versiones tradicionales pudieron advertir -además- las posibilidades creativas que existen en el plano de la interpretación, sea en la "intervención" que propone Herrero como en la forma de crear un acompañamiento en la guitarra de Falú.

El final fue una expresión del canto colectivo con "La pomeña" y una serie de bises informales bajo una distensión propia de quien finge que el público ya se ha retirado y que todo ocurre en la complicidad de la confianza.

Gustavo Leguizamón nació el 29 de septiembre de 1917 en la capital salteña. "Su música nos hizo mejores", sentenció Falú. "Sostener su memoria poética y musical es una forma de construir la patria", reflexionó Herrero. Hoy, aquel hombre, cumple cien años.


NOTICIAS RELACIONADAS