Femicidio: la mataron por querer estudiar

El femicidio de una joven ocurrido en septiembre en La Matanza por querer estudiar para ser docente e independizarse derivó en que otras compañeras se animaran a contar que también son víctimas de violencia de género por intentar acceder a una carrera.

08 OCT 2017 - 1:15 | Actualizado

Carla Giselle Bufano (29) fue asesinada de seis balazos y frente a sus dos hijos por Jonatan Ramos (34), su marido policía, quien luego se suicidó.

Los testigos presentes ese 9 de septiembre señalaron que el policía era celoso y posesivo, por lo que eran habituales las discusiones, mientras que respecto a la víctima, relataron que era pacífica, sólo se dedicaba a sus hijos y recientemente había comenzado a estudiar.

En diálogo con Télam, Santiago Gadda (36), profesor de Filosofía del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica 56 de González Catán, en cuya comisión cursaba Bufano, contó que ella "hubiese sido una maestra indispensable".

"No dejo de notar cómo es que sólo un cuatrimestre de cursada le dio la fuerza para querer materializar ese cambio para mejor que quería en su vida: le dio la fuerza para pararse frente al maltrato y decir 'no va más'. Esa conversión, esa transformación en la actitud nos habla del potencial infinito de la educación al tocar una vida. Le costó la muerte, y por eso creo que tenemos que honrarla", afirmó.

El profesor le dio difusión al caso luego de escribir un tuit que se hizo viral y que decía: "Vengo de velar a una alumna. Su marido le metió 12 balazos. Su problema fue creer que podía estudiar para no depender de él".

Gadda relató que "Carla era una optimista reincidente" y que siempre estaba "sonriente" y "de buen humor", a pesar de parecer "tímida" y ser "poco participativa" en clase.

"Me choca profundamente que en las últimas clases había empezado a participar. Específicamente yo la había visto el viernes, un día antes de su asesinato. Había participado mucho, se había 'enganchado' con el tema trabajado sobre la cuestión del concepto de felicidad en las sociedades contemporáneas y su problemática", señaló el profesor, y agregó que su alumna "era una persona que le buscaba siempre el lado positivo a las cosas. Tenía esta fe inquebrantable en que las personas pueden cambiar para mejor, una mentalidad eminentemente positiva".

Consultado por Télam acerca de cómo fue afrontar la primera clase luego del asesinato de Bufano, el docente contó que quiso "evitar el simplismo del minuto de silencio", al igual que sus alumnas, quienes "prácticamente lo veían como una falta de respeto", ya que "les parecía fuerte hacer unos segundos de silencio y después tener clases".

"Me pareció bien entonces honrar la memoria de Carla dedicando un tiempo más importante de la clase a trabajar la cuestión de la violencia sin caer en la comodidad de las lamentaciones o de señalar con el dedo", afirmó Gadda y se preguntó: ¿Qué hay más importante que el hecho de que asesinen a una alumna, una chica que creyó que a través del estudio podía tener un futuro mejor?".

A su vez, el profesor dijo que "hubo hasta quienes se ofendieron con el día de luto decretado institucionalmente", ya que preferían que las puertas del establecimiento estuvieran abiertas para que se realizaran "jornadas institucionales para recordar a la compañera".

"Fue emocionante ver ese compromiso, esa indignación movilizada en propuestas en acción: el desafío es mantener ese ímpetu. Definitivamente necesitaban hablar de eso y señalaron mucho lo importante que fue que uno habilite hablar del tema en clase", relató el profesor.

Es que, según contó Gadda a Télam, "muchísimas alumnas se animaron a empezar a hablar", y los docentes del instituto advirtieron "un creciente número de casos de alumnas que comentan que los maridos no quieren dejarlas estudiar".

"Por eso insisto en que lo primero es abrir el tema, tocarlo, trabajarlo, habilitar la discusión. No puede haber temas prohibidos en el aula. La oposición entre temas privados de los que no se puede hablar y temas a pedagogizarse es lo que hace que después no podamos detectar a tiempo para prevenir estos casos que después lamentamos", sostuvo el docente y concluyó: "En este sentido es fuerte y profundamente significativa esa frase del feminismo que afirma que 'lo personal es político'.

En tanto, una allegada a la familia de la víctima, relató a Télam que el marido de Bufano "siempre" fue muy "celoso", desde que eran "novios", y que se enteró que "últimamente" le había empezado a "pegar".

La mujer (que pidió preservar su identidad) dijo que "es probable" que la decisión de la víctima de comenzar a estudiar pudo desencadenar el asesinato por parte de su marido, ya que él era "un enfermo" que "no la dejaba vivir".

"Le tenía celos hasta con los hijos, no la dejaba vestirse a la moda, y calculaba sus horarios", agregó la allegada, pero aún así dijo que "ella lo amaba".

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08 OCT 2017 - 1:15

Carla Giselle Bufano (29) fue asesinada de seis balazos y frente a sus dos hijos por Jonatan Ramos (34), su marido policía, quien luego se suicidó.

Los testigos presentes ese 9 de septiembre señalaron que el policía era celoso y posesivo, por lo que eran habituales las discusiones, mientras que respecto a la víctima, relataron que era pacífica, sólo se dedicaba a sus hijos y recientemente había comenzado a estudiar.

En diálogo con Télam, Santiago Gadda (36), profesor de Filosofía del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica 56 de González Catán, en cuya comisión cursaba Bufano, contó que ella "hubiese sido una maestra indispensable".

"No dejo de notar cómo es que sólo un cuatrimestre de cursada le dio la fuerza para querer materializar ese cambio para mejor que quería en su vida: le dio la fuerza para pararse frente al maltrato y decir 'no va más'. Esa conversión, esa transformación en la actitud nos habla del potencial infinito de la educación al tocar una vida. Le costó la muerte, y por eso creo que tenemos que honrarla", afirmó.

El profesor le dio difusión al caso luego de escribir un tuit que se hizo viral y que decía: "Vengo de velar a una alumna. Su marido le metió 12 balazos. Su problema fue creer que podía estudiar para no depender de él".

Gadda relató que "Carla era una optimista reincidente" y que siempre estaba "sonriente" y "de buen humor", a pesar de parecer "tímida" y ser "poco participativa" en clase.

"Me choca profundamente que en las últimas clases había empezado a participar. Específicamente yo la había visto el viernes, un día antes de su asesinato. Había participado mucho, se había 'enganchado' con el tema trabajado sobre la cuestión del concepto de felicidad en las sociedades contemporáneas y su problemática", señaló el profesor, y agregó que su alumna "era una persona que le buscaba siempre el lado positivo a las cosas. Tenía esta fe inquebrantable en que las personas pueden cambiar para mejor, una mentalidad eminentemente positiva".

Consultado por Télam acerca de cómo fue afrontar la primera clase luego del asesinato de Bufano, el docente contó que quiso "evitar el simplismo del minuto de silencio", al igual que sus alumnas, quienes "prácticamente lo veían como una falta de respeto", ya que "les parecía fuerte hacer unos segundos de silencio y después tener clases".

"Me pareció bien entonces honrar la memoria de Carla dedicando un tiempo más importante de la clase a trabajar la cuestión de la violencia sin caer en la comodidad de las lamentaciones o de señalar con el dedo", afirmó Gadda y se preguntó: ¿Qué hay más importante que el hecho de que asesinen a una alumna, una chica que creyó que a través del estudio podía tener un futuro mejor?".

A su vez, el profesor dijo que "hubo hasta quienes se ofendieron con el día de luto decretado institucionalmente", ya que preferían que las puertas del establecimiento estuvieran abiertas para que se realizaran "jornadas institucionales para recordar a la compañera".

"Fue emocionante ver ese compromiso, esa indignación movilizada en propuestas en acción: el desafío es mantener ese ímpetu. Definitivamente necesitaban hablar de eso y señalaron mucho lo importante que fue que uno habilite hablar del tema en clase", relató el profesor.

Es que, según contó Gadda a Télam, "muchísimas alumnas se animaron a empezar a hablar", y los docentes del instituto advirtieron "un creciente número de casos de alumnas que comentan que los maridos no quieren dejarlas estudiar".

"Por eso insisto en que lo primero es abrir el tema, tocarlo, trabajarlo, habilitar la discusión. No puede haber temas prohibidos en el aula. La oposición entre temas privados de los que no se puede hablar y temas a pedagogizarse es lo que hace que después no podamos detectar a tiempo para prevenir estos casos que después lamentamos", sostuvo el docente y concluyó: "En este sentido es fuerte y profundamente significativa esa frase del feminismo que afirma que 'lo personal es político'.

En tanto, una allegada a la familia de la víctima, relató a Télam que el marido de Bufano "siempre" fue muy "celoso", desde que eran "novios", y que se enteró que "últimamente" le había empezado a "pegar".

La mujer (que pidió preservar su identidad) dijo que "es probable" que la decisión de la víctima de comenzar a estudiar pudo desencadenar el asesinato por parte de su marido, ya que él era "un enfermo" que "no la dejaba vivir".

"Le tenía celos hasta con los hijos, no la dejaba vestirse a la moda, y calculaba sus horarios", agregó la allegada, pero aún así dijo que "ella lo amaba".


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