Lucy, de paso por Chubut, busca unir Ushuaia con Alaska a pie

Tiene 35 años y es de Australia. Desde febrero empezó una travesía desde Ushuaia a Alaska a pie. Quiere ser la primer mujer en recorrer el continente caminando. El fin de semana llegó a Esquel.

16 OCT 2017 - 11:49 | Actualizado

“Esencialmente muchos hombres han caminado a lo largo del mundo, pero no hay mujeres, por lo que pensé que debería darle una oportunidad” cuenta Lucy Barnard desde un lugar cercano a Tecka, con poca señal en su dispositivo móvil.
Esta joven australiana de 35 años que hace más de 30 semanas se encuentra caminando con un objetivo tan ambicioso como claro: unir Ushuaia y Barrow, los puntos más extremos del continente americano, caminando.



La travesía empezó a principios de marzo en la capital fueguina y hasta su llegada a Esquel combinó en gran parte caminata con algunas jornadas en kayak, según contó a Jornada la protagonista de esta aventura que espera recorrer a pie en un lapso de tres a cuatro años los 15 mil kilómetros entre ambas puntas del continente.

Durante los últimos meses, esta joven científica oriunda de Brisbane (Australia), ha desandado cerca de 2.000 kilómetros, dejando atrás Punta Arenas, Puerto Natales, El Calafate, El Chalten y Coyhaique, entre otras localidades.

 


Ligera de equipaje, pero con todo lo necesario para alimentarse y estar conectada a través de un sistema satelital con el mundo para avisar ante cualquier emergencia, su misión tiene objetivos personales y también de investigación, ya que durante su recorrido irá recolectando muestras de materia fecal para una investigación que se desarrolla en Harvard y que tiene como fin estudiar el desarrollo de la resistencia a los antibióticos.

La inspiración


Lucy leyó un libro sobre George Meegan, el aventurero británico que entre 1977 y 1983 realizó el mismo recorrido, empezando en Tierra del Fuego y culminando en Prudhoe Bay (Alaska), para luego completar, en el año 2000, cerca de 500 kilómetros adicionales para llegar a Barrow, lo que convirtió a ese hombre en la primera persona en recorrer la longitud del mundo.

Esa historia fue la inspiración de la joven Australia, que tras dos años de preparación física y de la logística, emprendió ahora un camino similar; pero no todo fue fácil en la etapa previa, ya que un accidente durante una competencia de ciclismo de resistencia le provocó una parálisis temporal e incluso afasia –pérdida de capacidad del habla- lo que la mantuvo inactiva durante un tiempo hasta que se pudo recuperar y verificar que se encontraba en condiciones de reiniciar su proyecto.

En su tierra rural, esta joven creció junto a dos hermanas mayores, en un tiempo repartido entre la ciudad y la zona rural, lo que le permitió de chica familiarizarse con el senderismo, la escalada, el remo y el ciclismo, además de disfrutar la vida al aire libre.
El viaje supone para ella una mezcla entre el desafío personal, la aventura, su dedicación a la ciencia y su afición al periodismo, que pone de manifiesto en su blog de viaje http://tanglesandtail.com/ donde postea desde artículos e imágenes de los lugares que conoce, hasta un mapa que permite seguir al detalle sus pasos, todo multiplicado a través de las redes sociales.
 

Una travesía

Tras los preparativos el viaje empezó el 4 de marzo y el derrotero programado incluye 15 países de todo el continente. En los primeros días pudo desandar varios kilómetros a pie y también en kayak, pero conoció el sabor amargo de la travesía: primero perdió el bolso con comida y pasó las primeras dos semanas con un cuarto de la ración, pero además durante el cruce del estrecho de Magallanes perdió el celular en el mar con toda la información de contacto que tenía.

Esos primeros tramos, sobre todo en el agua, los hizo con un bote de apoyo y conectada a través de un sistema computarizado que la va guiando a distancia y que le permite, en caso de riesgo, activar un SOS internacional.

Lucy se considera una mujer común pero con mucha determinación y asegura que lo que más le cuesta de toda esta aventura es la soledad. “Soy una persona sociable, y esto de estar sola es realmente duro, cuando me cruzo con alguien intento enseguida establecer contacto; por suerte la gente primero se sorprende y después me ayuda”.



Su recorrido se financia con una campaña para recaudar fondos, en la que ha recibido el apoyo “de muchas personas, desde amigos hasta extraños que se han sentido inspirados”.

Hasta ahora Lucy Barnard ha cumplido cerca del 10% del total del recorrido total, pero ya ha escrito mucho en su bitácora y sus imágenes de Patagonia recorren el mundo. En breve volverá a marchar rumbo al norte, caminando hacia su gran objetivo.


Fotos: blog http://tanglesandtail.com/
           facebook Lucy Barnard

 

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16 OCT 2017 - 11:49

“Esencialmente muchos hombres han caminado a lo largo del mundo, pero no hay mujeres, por lo que pensé que debería darle una oportunidad” cuenta Lucy Barnard desde un lugar cercano a Tecka, con poca señal en su dispositivo móvil.
Esta joven australiana de 35 años que hace más de 30 semanas se encuentra caminando con un objetivo tan ambicioso como claro: unir Ushuaia y Barrow, los puntos más extremos del continente americano, caminando.



La travesía empezó a principios de marzo en la capital fueguina y hasta su llegada a Esquel combinó en gran parte caminata con algunas jornadas en kayak, según contó a Jornada la protagonista de esta aventura que espera recorrer a pie en un lapso de tres a cuatro años los 15 mil kilómetros entre ambas puntas del continente.

Durante los últimos meses, esta joven científica oriunda de Brisbane (Australia), ha desandado cerca de 2.000 kilómetros, dejando atrás Punta Arenas, Puerto Natales, El Calafate, El Chalten y Coyhaique, entre otras localidades.

 


Ligera de equipaje, pero con todo lo necesario para alimentarse y estar conectada a través de un sistema satelital con el mundo para avisar ante cualquier emergencia, su misión tiene objetivos personales y también de investigación, ya que durante su recorrido irá recolectando muestras de materia fecal para una investigación que se desarrolla en Harvard y que tiene como fin estudiar el desarrollo de la resistencia a los antibióticos.

La inspiración


Lucy leyó un libro sobre George Meegan, el aventurero británico que entre 1977 y 1983 realizó el mismo recorrido, empezando en Tierra del Fuego y culminando en Prudhoe Bay (Alaska), para luego completar, en el año 2000, cerca de 500 kilómetros adicionales para llegar a Barrow, lo que convirtió a ese hombre en la primera persona en recorrer la longitud del mundo.

Esa historia fue la inspiración de la joven Australia, que tras dos años de preparación física y de la logística, emprendió ahora un camino similar; pero no todo fue fácil en la etapa previa, ya que un accidente durante una competencia de ciclismo de resistencia le provocó una parálisis temporal e incluso afasia –pérdida de capacidad del habla- lo que la mantuvo inactiva durante un tiempo hasta que se pudo recuperar y verificar que se encontraba en condiciones de reiniciar su proyecto.

En su tierra rural, esta joven creció junto a dos hermanas mayores, en un tiempo repartido entre la ciudad y la zona rural, lo que le permitió de chica familiarizarse con el senderismo, la escalada, el remo y el ciclismo, además de disfrutar la vida al aire libre.
El viaje supone para ella una mezcla entre el desafío personal, la aventura, su dedicación a la ciencia y su afición al periodismo, que pone de manifiesto en su blog de viaje http://tanglesandtail.com/ donde postea desde artículos e imágenes de los lugares que conoce, hasta un mapa que permite seguir al detalle sus pasos, todo multiplicado a través de las redes sociales.
 

Una travesía

Tras los preparativos el viaje empezó el 4 de marzo y el derrotero programado incluye 15 países de todo el continente. En los primeros días pudo desandar varios kilómetros a pie y también en kayak, pero conoció el sabor amargo de la travesía: primero perdió el bolso con comida y pasó las primeras dos semanas con un cuarto de la ración, pero además durante el cruce del estrecho de Magallanes perdió el celular en el mar con toda la información de contacto que tenía.

Esos primeros tramos, sobre todo en el agua, los hizo con un bote de apoyo y conectada a través de un sistema computarizado que la va guiando a distancia y que le permite, en caso de riesgo, activar un SOS internacional.

Lucy se considera una mujer común pero con mucha determinación y asegura que lo que más le cuesta de toda esta aventura es la soledad. “Soy una persona sociable, y esto de estar sola es realmente duro, cuando me cruzo con alguien intento enseguida establecer contacto; por suerte la gente primero se sorprende y después me ayuda”.



Su recorrido se financia con una campaña para recaudar fondos, en la que ha recibido el apoyo “de muchas personas, desde amigos hasta extraños que se han sentido inspirados”.

Hasta ahora Lucy Barnard ha cumplido cerca del 10% del total del recorrido total, pero ya ha escrito mucho en su bitácora y sus imágenes de Patagonia recorren el mundo. En breve volverá a marchar rumbo al norte, caminando hacia su gran objetivo.


Fotos: blog http://tanglesandtail.com/
           facebook Lucy Barnard

 


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