Boxeo: Scull, un gigante cubano suelto en Trelew

De Cuba a la Patagonia para triunfar. William Scull, boxeador profesional e invicto, debutará en Trelew éste viernes ante Cristian Ríos en el Gimnasio Municipal N° 1. “Quiero ser campeón del mundo, ese sueño no me lo quita nadie”. Jornada lo presenta en sociedad.

18 DIC 2017 - 21:00 | Actualizado

Cuando el termómetro se eleva más de la cuenta, como si no estuviéramos en la Patagonia en medio de un “veranito” no del todo declarado a William Scull la imaginación lo transporta a sensaciones conocidas: el sol de Matanza, su pueblo de playa y turismo, con arenas únicas, puro Caribe. Sin embargo, la realidad lo tiene enfocado en otra historia: “Quiero ser campeón del mundo, ese sueño no me lo quita nadie. Enfrenté a campeones olímpicos y mundiales, hice 274 peleas de las que perdí 21 y vine a la Argentina porque la considero un país de grandes boxeadores”.

Scull parece sentirse local cuando habla de su pelea del próximo viernes 22 en el Gimnasio Municipal Nro 1 de Trelew, ante el tucumano Cristian “Tucu” Ríos. Hay una raíz, un estilo que se impone. La escuela cubana es una cosa seria, con una técnica prodigiosa pero quizás con alguna materia pendiente en el profesionalismo.”Defensa; distancia con piernas y contragolpe. Son un poco las claves de mi boxeo. Yo digo que “quien me busca, me encuentra” porque los guerreros o los peleadores frontales me vienen muy bien para mi estilo. Lo cierto es que me han complicado los boxeadores novatos, yo tengo mucha experiencia y quizás por eso, prefiero a rivales más hechos y más fogueados”.

“Es cierto –agrega- que Ríos tiene muchas peleas más que yo pero yo no lo considero un problema. Todo lo contrario, creo estar preparado porque me siento cómodo ante éste tipo de oponentes. Yo apunto a objetivos grandes y por eso mismo quiero enfrentarme con los mejores de mi categoría empezando por (Ezequiel) Maderna; Martín Ríos y hasta el mismo Heiland”. El moreno tiene 25 años y comparte departamento con su técnico y amigo Franquis Aldama, otro ex boxeador que decidió sumarse al desafío “Argentina”. Tras su llegada al país vivió un año y seis meses en Mendoza para después mudarse a Trelew. “Practiqué béisbol pero empecé a boxear a los 10 años, fui campeón nacional y mundial juvenil con 17 años en Kazajistán. Antes de venirme aquí fui subcampeón en el torneo Córdova Cardín que es uno de los más prestigiosos de mi país”. Como dato anexo venció a los subcampeón olímpicos Carlos Banteur y Emilio Correa y llegó a estar entre los tres mejores del ránking cubano.

Se dice admirador del gran Teófilo Stevenson (“Solía visitarnos y hablar con los integrantes de la Selección de Cuba…”) y de Guillermo Rigondeaux, pese a su lesión “no comprobada” ante Lomachenko. “No tengo palabras para describir a Omar Narváez, es un extracampeón; un grande del boxeo y como persona. Lo admiro profundamente” dice sobre el “Huracán”, una de las tantas amistades que ha sabido cultivar en la Patagonia. “Me siento integrado –agrega “El Indomable”- y totalmente adaptado a la Argentina. Me encanta el asado que yo no conocía y por supuesto, tomo mate. Igual hace pocos días estuve en Cuba visitando a mi familia pero es inevitable no sentirse lejos, extrañar. Allá está mi madre; mi hermano y tres sobrinos que son trillizos. Las cosas quizás están un poco mejor pero a la vez, muy mal económicamente. Por eso, yo ayudo a mi familia desde aquí. Habló con ellos casi todos los días y a través de internet, siguen mi carrera”. William Scull entrena por la mañana en la pista Municipal a las órdenes de “Peto” Ruíz, se mueve en el gimnasio por la tarde y dice guantear siempre de noche según su estricta rutina. “Encontré en Trelew muy buenas personas que me acompañan y me apoyan. Susana es una peluquera amiga; Pisos Patagónicos y el mismo Dream Box, mi gimnasio. Estoy muy agradecido y con ganas de mostrarme ante el público de Trelew. Yo prometo boxeo de calidad”. Desde su debut en el profesionalismo, noviembre del 2.016, ha sumado 6 triunfos en cadena, con 2 antes del límite. “En realidad, la pelea que me decían podía ser la más difícil ante Víctor Exner terminó siendo la más sencilla y lo puse nocaut sacándole el invicto. Y la que muchos daban como fácil ante Carlos Moyano fue la que más se me complicó”. Con un físico imponente, brazos largos y piernas como radares Scull promete cautivar al público trelewense de paladar negro y sumarse a la lista de los campeones que generosamente, regaló ésta tierra de las piñas. “Primero el boxeo y después la salsa, en los ratos libres”, bromea sin desconocer que el ritmo y las costumbres heredadas jamás se pierden.

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18 DIC 2017 - 21:00

Cuando el termómetro se eleva más de la cuenta, como si no estuviéramos en la Patagonia en medio de un “veranito” no del todo declarado a William Scull la imaginación lo transporta a sensaciones conocidas: el sol de Matanza, su pueblo de playa y turismo, con arenas únicas, puro Caribe. Sin embargo, la realidad lo tiene enfocado en otra historia: “Quiero ser campeón del mundo, ese sueño no me lo quita nadie. Enfrenté a campeones olímpicos y mundiales, hice 274 peleas de las que perdí 21 y vine a la Argentina porque la considero un país de grandes boxeadores”.

Scull parece sentirse local cuando habla de su pelea del próximo viernes 22 en el Gimnasio Municipal Nro 1 de Trelew, ante el tucumano Cristian “Tucu” Ríos. Hay una raíz, un estilo que se impone. La escuela cubana es una cosa seria, con una técnica prodigiosa pero quizás con alguna materia pendiente en el profesionalismo.”Defensa; distancia con piernas y contragolpe. Son un poco las claves de mi boxeo. Yo digo que “quien me busca, me encuentra” porque los guerreros o los peleadores frontales me vienen muy bien para mi estilo. Lo cierto es que me han complicado los boxeadores novatos, yo tengo mucha experiencia y quizás por eso, prefiero a rivales más hechos y más fogueados”.

“Es cierto –agrega- que Ríos tiene muchas peleas más que yo pero yo no lo considero un problema. Todo lo contrario, creo estar preparado porque me siento cómodo ante éste tipo de oponentes. Yo apunto a objetivos grandes y por eso mismo quiero enfrentarme con los mejores de mi categoría empezando por (Ezequiel) Maderna; Martín Ríos y hasta el mismo Heiland”. El moreno tiene 25 años y comparte departamento con su técnico y amigo Franquis Aldama, otro ex boxeador que decidió sumarse al desafío “Argentina”. Tras su llegada al país vivió un año y seis meses en Mendoza para después mudarse a Trelew. “Practiqué béisbol pero empecé a boxear a los 10 años, fui campeón nacional y mundial juvenil con 17 años en Kazajistán. Antes de venirme aquí fui subcampeón en el torneo Córdova Cardín que es uno de los más prestigiosos de mi país”. Como dato anexo venció a los subcampeón olímpicos Carlos Banteur y Emilio Correa y llegó a estar entre los tres mejores del ránking cubano.

Se dice admirador del gran Teófilo Stevenson (“Solía visitarnos y hablar con los integrantes de la Selección de Cuba…”) y de Guillermo Rigondeaux, pese a su lesión “no comprobada” ante Lomachenko. “No tengo palabras para describir a Omar Narváez, es un extracampeón; un grande del boxeo y como persona. Lo admiro profundamente” dice sobre el “Huracán”, una de las tantas amistades que ha sabido cultivar en la Patagonia. “Me siento integrado –agrega “El Indomable”- y totalmente adaptado a la Argentina. Me encanta el asado que yo no conocía y por supuesto, tomo mate. Igual hace pocos días estuve en Cuba visitando a mi familia pero es inevitable no sentirse lejos, extrañar. Allá está mi madre; mi hermano y tres sobrinos que son trillizos. Las cosas quizás están un poco mejor pero a la vez, muy mal económicamente. Por eso, yo ayudo a mi familia desde aquí. Habló con ellos casi todos los días y a través de internet, siguen mi carrera”. William Scull entrena por la mañana en la pista Municipal a las órdenes de “Peto” Ruíz, se mueve en el gimnasio por la tarde y dice guantear siempre de noche según su estricta rutina. “Encontré en Trelew muy buenas personas que me acompañan y me apoyan. Susana es una peluquera amiga; Pisos Patagónicos y el mismo Dream Box, mi gimnasio. Estoy muy agradecido y con ganas de mostrarme ante el público de Trelew. Yo prometo boxeo de calidad”. Desde su debut en el profesionalismo, noviembre del 2.016, ha sumado 6 triunfos en cadena, con 2 antes del límite. “En realidad, la pelea que me decían podía ser la más difícil ante Víctor Exner terminó siendo la más sencilla y lo puse nocaut sacándole el invicto. Y la que muchos daban como fácil ante Carlos Moyano fue la que más se me complicó”. Con un físico imponente, brazos largos y piernas como radares Scull promete cautivar al público trelewense de paladar negro y sumarse a la lista de los campeones que generosamente, regaló ésta tierra de las piñas. “Primero el boxeo y después la salsa, en los ratos libres”, bromea sin desconocer que el ritmo y las costumbres heredadas jamás se pierden.


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