Madryn: demolieron su casa, les prometieron una nueva y la obra se detuvo hace más de un año

Dominga tiene 88 años y hace 20 años empezó a pedir ayuda para reparar su hogar. En 2015 le dijeron que la solución era derrumbar la propiedad y construir una nueva casa. Tras firmar un convenio se iniciaron los trabajos, pero hasta ahora solo hicieron la platea y unas pocas filas de ladrillos.

23 DIC 2017 - 21:25 | Actualizado

Domina Vila Robles tiene 88 años y es jubilada del Hospital “Dr. Isola” de Puerto Madryn. Se moviliza con dificultad, utilizando un andador, mientras Baylon Pereira, su marido, tiene una severa discapacidad producto de un accidente laboral que lo obligó a una jubilación anticipada.

Humildes y de escasos recursos no pierden la esperanza de volver a habitar su vivienda en el mismo solar que supieron habitar durante décadas y que dio abrigo al hogar donde se criaron sus 7 hijos.

La casa original se construyó a mediados de la década de 1960 en las tierras que en los inicios de Puerto Madryn supieron ser “el zanjón” y tras años de relleno y compactación fueron dando lugar a lotes en el que se edificó el sueño de varias familias portuarias.

Sobre una platea compartida con otros vecinos se levantó hace medio siglo en avenida Gales al 1100 la casa de la familia Pereira, pero como muchos hogares en esa zona el terreno fue cediendo y aparecieron los problemas estructurales, primero en las paredes y luego en la loza. Así con cada lluvia se renovaba el drama puertas adentro de la casa.

Los hijos de Dominga recuerdan que fue durante el gobierno de Carlos Maestro cuando se iniciaron los primeros trámites para tratar de refaccionar la estructura, especialmente la habitación de sus padres, e incluso la mujer intentó obtener un crédito bancario pero sus escasos ingresos lo impidieron.

En el año 2015 y tras gestiones con el gobierno que encabezaba Martín Buzzi se logró que el IPV inspeccionara la casa y tras verificar la situación llegó un principio de solución: los daños eran tales que había riesgo de colapso, por lo tanto se propuso a los dueños un acuerdo para tirar abajo toda la propiedad y construir una casa nueva sobre una platea individual.

Así fue que se celebró un acuerdo de préstamo que lleva el Expediente Nº 2085/15 IPVyDU, de manera que Dominga y Baylon buscaron un lugar para alquilar, se derrumbó la casa y a principios de abril del 2.016, ya con un nuevo gobierno, se iniciaron las obras.

Acuerdo de obra

La idea era que en seis meses el matrimonio habitara una nueva vivienda, pero tras haber construido la platea y un par de filas de mampostería la obra se detuvo hasta el día de hoy.

En el medio se dieron innumerables gestiones, la baja del programa provincial que impulsó el acuerdo y la suscripción de un nuevo convenio, además de una cantidad muy importante de notas presentadas por los hijos de la pareja y también por organizaciones intermedias, como la Unidad Coordinadora “Islas Malvinas” ya que Dominga es familiar de un veterano de guerra.

En los últimos meses se logró concretar una nueva licitación y se adjudicaron los trabajos con la premisa de reiniciar la obra a principios de diciembre, pero de momento nada ha cambiado.

Si bien hoy el IPV cubre el costo del alquiler del lugar que ocupa este matrimonio octogenario, existe un perjuicio social por haberlos hecho salir de su vivienda con la promesa de que en 6 meses regresaban a una casa totalmente reparada y eso aún no se concreta teniendo que pasar sus días en un precario departamento no apto para ancianos con problemas evidentes de movilidad y de escasos recursos, que esperan una solución.

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23 DIC 2017 - 21:25

Domina Vila Robles tiene 88 años y es jubilada del Hospital “Dr. Isola” de Puerto Madryn. Se moviliza con dificultad, utilizando un andador, mientras Baylon Pereira, su marido, tiene una severa discapacidad producto de un accidente laboral que lo obligó a una jubilación anticipada.

Humildes y de escasos recursos no pierden la esperanza de volver a habitar su vivienda en el mismo solar que supieron habitar durante décadas y que dio abrigo al hogar donde se criaron sus 7 hijos.

La casa original se construyó a mediados de la década de 1960 en las tierras que en los inicios de Puerto Madryn supieron ser “el zanjón” y tras años de relleno y compactación fueron dando lugar a lotes en el que se edificó el sueño de varias familias portuarias.

Sobre una platea compartida con otros vecinos se levantó hace medio siglo en avenida Gales al 1100 la casa de la familia Pereira, pero como muchos hogares en esa zona el terreno fue cediendo y aparecieron los problemas estructurales, primero en las paredes y luego en la loza. Así con cada lluvia se renovaba el drama puertas adentro de la casa.

Los hijos de Dominga recuerdan que fue durante el gobierno de Carlos Maestro cuando se iniciaron los primeros trámites para tratar de refaccionar la estructura, especialmente la habitación de sus padres, e incluso la mujer intentó obtener un crédito bancario pero sus escasos ingresos lo impidieron.

En el año 2015 y tras gestiones con el gobierno que encabezaba Martín Buzzi se logró que el IPV inspeccionara la casa y tras verificar la situación llegó un principio de solución: los daños eran tales que había riesgo de colapso, por lo tanto se propuso a los dueños un acuerdo para tirar abajo toda la propiedad y construir una casa nueva sobre una platea individual.

Así fue que se celebró un acuerdo de préstamo que lleva el Expediente Nº 2085/15 IPVyDU, de manera que Dominga y Baylon buscaron un lugar para alquilar, se derrumbó la casa y a principios de abril del 2.016, ya con un nuevo gobierno, se iniciaron las obras.

Acuerdo de obra

La idea era que en seis meses el matrimonio habitara una nueva vivienda, pero tras haber construido la platea y un par de filas de mampostería la obra se detuvo hasta el día de hoy.

En el medio se dieron innumerables gestiones, la baja del programa provincial que impulsó el acuerdo y la suscripción de un nuevo convenio, además de una cantidad muy importante de notas presentadas por los hijos de la pareja y también por organizaciones intermedias, como la Unidad Coordinadora “Islas Malvinas” ya que Dominga es familiar de un veterano de guerra.

En los últimos meses se logró concretar una nueva licitación y se adjudicaron los trabajos con la premisa de reiniciar la obra a principios de diciembre, pero de momento nada ha cambiado.

Si bien hoy el IPV cubre el costo del alquiler del lugar que ocupa este matrimonio octogenario, existe un perjuicio social por haberlos hecho salir de su vivienda con la promesa de que en 6 meses regresaban a una casa totalmente reparada y eso aún no se concreta teniendo que pasar sus días en un precario departamento no apto para ancianos con problemas evidentes de movilidad y de escasos recursos, que esperan una solución.


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