Fabián Loncopán, el héroe petrolero de Deportivo Sarmiento

El arquero, capitán del "Depo", jugará su tercer Federal C. Es cañista de un pozo petrolero. Tras casi doce horas de labor, se entrena para llegar en óptimas condiciones. "La rutina es muy desgastante a nivel físico y mental, pero ya estoy acostumbrado", señaló. "Lachy" supo ser héroe en 2007 y aspira a repetir dicho protagonismo.

Fabián Loncopán es titular hace muchos años en el elenco que conduce Javier Guerreiro.
05 ENE 2018 - 20:20 | Actualizado

"Como mínimo, queremos pasar la primera fase. Hay jugadores de buen pie con hambre", graficó.

Desde que el club confirmó su participación en el Federal C, sueña con jugar su tercer torneo federal. La imagen se repite en cada madrugada al despertar para ir al pozo petrolero donde trabaja hace más de una década.

El soñador en cuestión es Fabián Loncopán, capitán de Deportivo Sarmiento y operario del sur de Chubut. Loncopán, arquero, jugó en el "Depo", en las dos participacioens anteriores del club, en 2007 y 2008 cuando el C era interminable.

Pese al desgaste mental y físico de su profesión, se prepara para afrontar una nueva aventura afista. Supo ser héroe y se ilusiona con volver a serlo.

Sin parar

Un día cualquiera empieza a las seis de la madrugada para Loncopán, de 32 años. Y un día cualquiera implica viajar 100 kilómetros diarios, ida y vuelta, desde hace más de diez años.

"A esa hora me despierto. Media hora después pasa el colectivo. 7:30 llega al pozo y a las 8 comienza el día laboral", expresó Loncopán a Jornada.

"A las 12, tenemos un receso para almorzar de 30 minutos. Luego, le metemos hasta las 17:30. Seis y media pasadas llego a mi casa",agregó.

"Luego se descansa un rato y voy al entrenamiento. Terminamos entre las 20:30 y las 21. Luego ceno y trato de ver a mi familia al menos cinco minutos", indicó "Lachy". "Así es mi vida de lunes a viernes y cada fin de semana de por medio", acotó.

"En el pozo, yo me ocupo de la parte de cañerías. Reparamos y cambiamos puentes, hacemos cambio de válvulas, retenciones", puntualizó.

"Hacemos tirada de cañería para que alimenten el perforador con agua. Son cañerías de 300, 400 metros. O inclusive más", reseñó.

Exigencia física y mental

Entre el trabajo en el pozo y el entrenamiento, Loncopán exige al cuerpo más de doce horas al día hace una década aproximadamente.

"Llega un momento que cansa todo, tant0 a nivel físico como mental. El desgaste físico es enorme, pero uno trata de manejar la mente. Es cansador, pero ya estoy acostumbrado", reseñó el guardameta.

Loncopán encuentra combustible espiritual en sus seres queridos. "Mi hijo Agustín es mi gran compañero. Tiene 11 años y está por jugar en la Novena del club. Está siempre", puntualizó.

"Mi madre Generosa Guevara y mi padre Víctor Loncopán, también están conmigo. Mi padre falleció. Pero siempre está conmigo. Cada vez que jugamos de local, voy al cementerio", expresó.

"Tampoco me quiero olvidar de mis hermanos, que también me dan ánimos. Vivo con varios de ellos, somos unos cuantos", remarcó. "Al jugar los federales, se complica ver a la familia. Se reduce el tiempo. Pero de una u otra forma, siempre trato de hacerme un tiempo, por más mínimo que sea. Son mi gran sostén", relató.

Gloria pasada, sueño actual

El esfuerzo de Loncopán tiene un objetivo. El deseo es clasificar a cuartos de final en el grupo que Sarmiento integra con USMA (Comodoro Rivadavia), Ever Ready (Trelew) y Catamarca (Caleta Olivia)

"Eso es lo que queremos. Sarmiento es un pueblo muy futbolero. Tengo fe. Es un equipo amateur, pero es un grupo numeroso y joven, que tiene el mismo hambre del plantel del 2007", graficó el golero, quien recordó en detalle esa campaña, donde supo ser héroe.

"Allí, llegamos a cuartos de final. Pasamos la fase de grupos, y luego eliminamos a Real Madrid de Río Grande. Esa vez tuvimos que viajar en la barcaza del Estrecho de Magallanes y cruzar cuatro veces la frontera a Chile", detalló.

"En la siguiente fase, jugamos el clásico con Petroquímica. Ahí pude sacar unos penales en la definición y clasificamos en Comodoro", rememoró.

"A la vuelta, una caravana interminable de autos nos recibió. Había gente a ambos lados de la ruta, desde la entrada a Sarmiento hasta el centro. Fue increíble eso", remarcó el guardavalla.

"Luego nos tocó con Maronese y caímos eliminados. Se notó la diferencia ahí", comentó.

"En 2008, nos quedamos afuera en primera fase. Ojalá que ahora al menos podamos pasar. Estamos entrenando desde antes de fin de año. Hay esfuerzo y jugadores con buen pie", concluyó.

"La gloria no se busca, la gloria se encuentra", rezaba una publicidad de YPF previa al Mundial de Brasil. Ese es el lema que guía a Loncopán dentro y fuera de la cancha.

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Fabián Loncopán es titular hace muchos años en el elenco que conduce Javier Guerreiro.
05 ENE 2018 - 20:20

"Como mínimo, queremos pasar la primera fase. Hay jugadores de buen pie con hambre", graficó.

Desde que el club confirmó su participación en el Federal C, sueña con jugar su tercer torneo federal. La imagen se repite en cada madrugada al despertar para ir al pozo petrolero donde trabaja hace más de una década.

El soñador en cuestión es Fabián Loncopán, capitán de Deportivo Sarmiento y operario del sur de Chubut. Loncopán, arquero, jugó en el "Depo", en las dos participacioens anteriores del club, en 2007 y 2008 cuando el C era interminable.

Pese al desgaste mental y físico de su profesión, se prepara para afrontar una nueva aventura afista. Supo ser héroe y se ilusiona con volver a serlo.

Sin parar

Un día cualquiera empieza a las seis de la madrugada para Loncopán, de 32 años. Y un día cualquiera implica viajar 100 kilómetros diarios, ida y vuelta, desde hace más de diez años.

"A esa hora me despierto. Media hora después pasa el colectivo. 7:30 llega al pozo y a las 8 comienza el día laboral", expresó Loncopán a Jornada.

"A las 12, tenemos un receso para almorzar de 30 minutos. Luego, le metemos hasta las 17:30. Seis y media pasadas llego a mi casa",agregó.

"Luego se descansa un rato y voy al entrenamiento. Terminamos entre las 20:30 y las 21. Luego ceno y trato de ver a mi familia al menos cinco minutos", indicó "Lachy". "Así es mi vida de lunes a viernes y cada fin de semana de por medio", acotó.

"En el pozo, yo me ocupo de la parte de cañerías. Reparamos y cambiamos puentes, hacemos cambio de válvulas, retenciones", puntualizó.

"Hacemos tirada de cañería para que alimenten el perforador con agua. Son cañerías de 300, 400 metros. O inclusive más", reseñó.

Exigencia física y mental

Entre el trabajo en el pozo y el entrenamiento, Loncopán exige al cuerpo más de doce horas al día hace una década aproximadamente.

"Llega un momento que cansa todo, tant0 a nivel físico como mental. El desgaste físico es enorme, pero uno trata de manejar la mente. Es cansador, pero ya estoy acostumbrado", reseñó el guardameta.

Loncopán encuentra combustible espiritual en sus seres queridos. "Mi hijo Agustín es mi gran compañero. Tiene 11 años y está por jugar en la Novena del club. Está siempre", puntualizó.

"Mi madre Generosa Guevara y mi padre Víctor Loncopán, también están conmigo. Mi padre falleció. Pero siempre está conmigo. Cada vez que jugamos de local, voy al cementerio", expresó.

"Tampoco me quiero olvidar de mis hermanos, que también me dan ánimos. Vivo con varios de ellos, somos unos cuantos", remarcó. "Al jugar los federales, se complica ver a la familia. Se reduce el tiempo. Pero de una u otra forma, siempre trato de hacerme un tiempo, por más mínimo que sea. Son mi gran sostén", relató.

Gloria pasada, sueño actual

El esfuerzo de Loncopán tiene un objetivo. El deseo es clasificar a cuartos de final en el grupo que Sarmiento integra con USMA (Comodoro Rivadavia), Ever Ready (Trelew) y Catamarca (Caleta Olivia)

"Eso es lo que queremos. Sarmiento es un pueblo muy futbolero. Tengo fe. Es un equipo amateur, pero es un grupo numeroso y joven, que tiene el mismo hambre del plantel del 2007", graficó el golero, quien recordó en detalle esa campaña, donde supo ser héroe.

"Allí, llegamos a cuartos de final. Pasamos la fase de grupos, y luego eliminamos a Real Madrid de Río Grande. Esa vez tuvimos que viajar en la barcaza del Estrecho de Magallanes y cruzar cuatro veces la frontera a Chile", detalló.

"En la siguiente fase, jugamos el clásico con Petroquímica. Ahí pude sacar unos penales en la definición y clasificamos en Comodoro", rememoró.

"A la vuelta, una caravana interminable de autos nos recibió. Había gente a ambos lados de la ruta, desde la entrada a Sarmiento hasta el centro. Fue increíble eso", remarcó el guardavalla.

"Luego nos tocó con Maronese y caímos eliminados. Se notó la diferencia ahí", comentó.

"En 2008, nos quedamos afuera en primera fase. Ojalá que ahora al menos podamos pasar. Estamos entrenando desde antes de fin de año. Hay esfuerzo y jugadores con buen pie", concluyó.

"La gloria no se busca, la gloria se encuentra", rezaba una publicidad de YPF previa al Mundial de Brasil. Ese es el lema que guía a Loncopán dentro y fuera de la cancha.


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