Este hombre que ha transitado seis décadas de vida y que es oriundo de Trelew, dejó los molinos y los pozos de campo para animarse a más y hace poco menos de un año completó una vuelta a la provincia siguiendo los pasos de Jorge Luis Fontana y sus rifleros.
Y ahora aquellos desafíos ya son historia y hace pocos meses ha emprendido una empresa mayúscula, como es unir de sur a norte todo el continente americano, pero con el plus de visitar todas las capitales de provincia en nuestro país antes de dejar el territorio argentino junto a su “carricatre”. “Soy descendiente de los primeros colonos galeses y ya he hecho otras caminatas”, contó ayer a Jornada Play en Puerto Madryn, donde llegó un par de horas antes luego de haber recorrido más de 1.800 kilómetros desde que empezó la travesía.
Martín dijo que se fue con su pequeño carro hasta Lapataia, dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego, donde termina la ruta “y ahí comencé mi caminata; vengo caminando con el carricatre que es un catre de campaña que yo lo transformé e hice carro, para que tenga más funciones”.
La travesía se inició el 31 de octubre, “caminando siempre, y cuando llegué a Trelew se me rompieron las ruedas de bici y las cambié por ruedas de moto, que creo que con eso es suficiente”, dice Echegaray Davies, quien agradeció “a toda la gente que me va acompañando, que aporta algo, los camioneros, los choferes de colectivo” y a quienes le dan cobijo con un lugar para asearse, lavar la ropa y “muchos con combo completo, de cama y asadito”. “La idea es unir Ushuaia con Alaska, pero previo a esto pasar por las 23 capitales de provincia. Ya hice Ushuaia, Río Gallegos, Rawson y ahora voy para Viedma, de ahí a Neuquén, Santa Rosa y La Plata. Después subo por el litoral y bajo de nuevo hasta Mendoza para subir por la cordillera hasta salir en La Quiaca”, contó el aventurero. Una vez fuera de Argentina “buscaré la ruta más corta hacia Alaska” y según Martín esa travesía llevará alrededor de tres años, “aunque algunos me dicen que es un poco más; pero yo voy solamente caminando, no voy por lugares turísticos, solo camino por rutas nacionales, provinciales y trato de no tomar cortadas”.
También indicó que esto surgió de “hacer algo más importante que la caminata ´tras la huella de Fontana y sus rifleros´pero ya me he comunicado con Guinnes World Record y me han dicho que tengo un montón de trámites para hacer previos, que no los hice pero bueno, pero todavía me queda lograr la caminata más larga en América”. Sobre su “carricatre” como él lo llama, dijo que “para mí es un hotel 5 estrellas. Acá llevo toda mi ropa, una colchoneta, una bolsa de dormir, carpa, frazadas si hace más frío, una lona, todo lo comestible, ollas, sartenes, todo, absolutamente todo así que me abastezco de acá y de lo que me van dando los que van pasando”. “La gente responde muy bien, siempre algún dinero te dejan. Yo por supuesto donde ya se me termina todo pido, sino no pido, sino me dan de puro gusto, porque les agrada realmente ayudar. Muchos paran en la ruta para preguntarme ¿qué estoy haciendo? ¿Dónde voy? y ahí aportan algo, aunque sea agua congelada”.#
Este hombre que ha transitado seis décadas de vida y que es oriundo de Trelew, dejó los molinos y los pozos de campo para animarse a más y hace poco menos de un año completó una vuelta a la provincia siguiendo los pasos de Jorge Luis Fontana y sus rifleros.
Y ahora aquellos desafíos ya son historia y hace pocos meses ha emprendido una empresa mayúscula, como es unir de sur a norte todo el continente americano, pero con el plus de visitar todas las capitales de provincia en nuestro país antes de dejar el territorio argentino junto a su “carricatre”. “Soy descendiente de los primeros colonos galeses y ya he hecho otras caminatas”, contó ayer a Jornada Play en Puerto Madryn, donde llegó un par de horas antes luego de haber recorrido más de 1.800 kilómetros desde que empezó la travesía.
Martín dijo que se fue con su pequeño carro hasta Lapataia, dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego, donde termina la ruta “y ahí comencé mi caminata; vengo caminando con el carricatre que es un catre de campaña que yo lo transformé e hice carro, para que tenga más funciones”.
La travesía se inició el 31 de octubre, “caminando siempre, y cuando llegué a Trelew se me rompieron las ruedas de bici y las cambié por ruedas de moto, que creo que con eso es suficiente”, dice Echegaray Davies, quien agradeció “a toda la gente que me va acompañando, que aporta algo, los camioneros, los choferes de colectivo” y a quienes le dan cobijo con un lugar para asearse, lavar la ropa y “muchos con combo completo, de cama y asadito”. “La idea es unir Ushuaia con Alaska, pero previo a esto pasar por las 23 capitales de provincia. Ya hice Ushuaia, Río Gallegos, Rawson y ahora voy para Viedma, de ahí a Neuquén, Santa Rosa y La Plata. Después subo por el litoral y bajo de nuevo hasta Mendoza para subir por la cordillera hasta salir en La Quiaca”, contó el aventurero. Una vez fuera de Argentina “buscaré la ruta más corta hacia Alaska” y según Martín esa travesía llevará alrededor de tres años, “aunque algunos me dicen que es un poco más; pero yo voy solamente caminando, no voy por lugares turísticos, solo camino por rutas nacionales, provinciales y trato de no tomar cortadas”.
También indicó que esto surgió de “hacer algo más importante que la caminata ´tras la huella de Fontana y sus rifleros´pero ya me he comunicado con Guinnes World Record y me han dicho que tengo un montón de trámites para hacer previos, que no los hice pero bueno, pero todavía me queda lograr la caminata más larga en América”. Sobre su “carricatre” como él lo llama, dijo que “para mí es un hotel 5 estrellas. Acá llevo toda mi ropa, una colchoneta, una bolsa de dormir, carpa, frazadas si hace más frío, una lona, todo lo comestible, ollas, sartenes, todo, absolutamente todo así que me abastezco de acá y de lo que me van dando los que van pasando”. “La gente responde muy bien, siempre algún dinero te dejan. Yo por supuesto donde ya se me termina todo pido, sino no pido, sino me dan de puro gusto, porque les agrada realmente ayudar. Muchos paran en la ruta para preguntarme ¿qué estoy haciendo? ¿Dónde voy? y ahí aportan algo, aunque sea agua congelada”.#