Seúl busca preservar la cumbre entre Trump y Kim

El gobierno de Seúl buscó hoy poner paños fríos al súbito distanciamiento de la vecina Pyongyang y aseguró que seguirá centrado en su rol de mediador para garantizar el éxito de la cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos, en riesgo por las diferencias surgidas entre las partes en torno al mecanismo de desnuclearización.

18 MAY 2018 - 9:24 | Actualizado

 

"Estamos tan solo en el comienzo del proceso y no vamos a parar o a titubear en nuestro avance hacia la paz en la península coreana", explicó hoy en rueda de prensa el portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación, Baek Tae-hyun, informó la agencia de noticias EFE.

La abrupta decisión de Pyongyang de cancelar sus reuniones con Seúl y la amenaza de no celebrar la cumbre con EEUU por intentar imponer unilateralmente criterios de desnuclearización a Kim jong-un dieron un vuelco esta semana al hasta ahora cordial y constructivo acercamiento entre las Coreas.

Pyongyang suspendió anteayer (miércoles) una reunión de alto nivel con Seúl argumentando que unas maniobras conjuntas que realizan estos días Corea del Sur y EEUU suponen un ensayo para invadir territorio norcoreano y que además complican la celebración de la cumbre entre el líder Kim Jong-un y el presidente Donald Trump.

Kim había dicho a principios de año que aceptaba la celebración de maniobras, por lo que este reproche parece ir emparejado con las críticas que ha vertido esta semana la propaganda estatal contra la administración Trump, a la que acusa de presionarlo para que se desnuclearice de manera unilateral.

En este ambiente de incertidumbre, el presidente de Corea del Sur -impulsor del deshielo-, Moon Jae-in, emprenderá el próximo lunes un viaje a Washington para reunirse al día siguiente con Trump en la capital estadounidense.

"Esperamos que la reunión actúe como un puente (entre EEUU y Corea del Norte) que conduzca al éxito de la cumbre Corea del Norte-EEUU, ya que se va a producir apenas tres semanas antes de esa cita", dijo hoy, en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap, el vicedirector de la Oficina de Seguridad Nacional, Nam Gwan-pyo.

Las posibilidades de ese puente, no obstante, fueron prácticamente fulminadas ayer cuando Trump, amenazó a Kim con la "aniquilación" si no llega a un acuerdo con él.

Trump dio dos opciones al líder norcoreano: si llega a un acuerdo sobre desnuclearización con Estados Unidos, se garantizará su permanencia en el poder, pero si no lo hace, sufrirá el mismo destino que el líder libio Muammar al Kaddafi, que murió asesinado por una turba de rebeldes libios en 2011 tras ser derrocado con ayuda de la OTAN.

"Si miran al modelo con Kaddafi, eso fue una aniquilación total. Intervinimos para derrotarlo. Ese modelo tendría lugar (en Corea del Norte) si no llegamos a un acuerdo, muy probablemente", dijo Trump en declaraciones a periodistas al reunirse en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Poco después, Trump bajó el tono de las declaraciones y aseguró que un acuerdo de desnuclearización incluye la posibilidad de que el líder norcoreano permanezca en el poder, mientras su vocera Sarah Sanders acompañó ese intento con una escueta declaración: "Si los norcoreanos quieren una reunión ahí estaremos" 

En ese escenario, Seúl ha vuelto a instar hoy al Norte a que retorne a la mesa de diálogo y a que implemente lo acordado por Kim y el presidente Moon, en su declaración del pasado 27 de abril, cuando se comprometieron a trabajar para establecer la paz y la "completa desnuclearización" de la península de Corea.

Washington acordó en 2003 el desmantelamiento del programa nuclear del régimen libio -derrocado años después- que a cambio del levantamiento de sanciones y apoyo económico envió a EEUU la mayor parte de su arsenal y equipamiento para que fuera destruido.

Pero Pyongyang rechazó tajantemente que vaya a aceptar un modelo de desarme como el firmado con Trípoli en lo que se considera una maniobra para ganar algo de terreno en las negociaciones en torno a la histórica cumbre.

 

18 MAY 2018 - 9:24

 

"Estamos tan solo en el comienzo del proceso y no vamos a parar o a titubear en nuestro avance hacia la paz en la península coreana", explicó hoy en rueda de prensa el portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación, Baek Tae-hyun, informó la agencia de noticias EFE.

La abrupta decisión de Pyongyang de cancelar sus reuniones con Seúl y la amenaza de no celebrar la cumbre con EEUU por intentar imponer unilateralmente criterios de desnuclearización a Kim jong-un dieron un vuelco esta semana al hasta ahora cordial y constructivo acercamiento entre las Coreas.

Pyongyang suspendió anteayer (miércoles) una reunión de alto nivel con Seúl argumentando que unas maniobras conjuntas que realizan estos días Corea del Sur y EEUU suponen un ensayo para invadir territorio norcoreano y que además complican la celebración de la cumbre entre el líder Kim Jong-un y el presidente Donald Trump.

Kim había dicho a principios de año que aceptaba la celebración de maniobras, por lo que este reproche parece ir emparejado con las críticas que ha vertido esta semana la propaganda estatal contra la administración Trump, a la que acusa de presionarlo para que se desnuclearice de manera unilateral.

En este ambiente de incertidumbre, el presidente de Corea del Sur -impulsor del deshielo-, Moon Jae-in, emprenderá el próximo lunes un viaje a Washington para reunirse al día siguiente con Trump en la capital estadounidense.

"Esperamos que la reunión actúe como un puente (entre EEUU y Corea del Norte) que conduzca al éxito de la cumbre Corea del Norte-EEUU, ya que se va a producir apenas tres semanas antes de esa cita", dijo hoy, en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap, el vicedirector de la Oficina de Seguridad Nacional, Nam Gwan-pyo.

Las posibilidades de ese puente, no obstante, fueron prácticamente fulminadas ayer cuando Trump, amenazó a Kim con la "aniquilación" si no llega a un acuerdo con él.

Trump dio dos opciones al líder norcoreano: si llega a un acuerdo sobre desnuclearización con Estados Unidos, se garantizará su permanencia en el poder, pero si no lo hace, sufrirá el mismo destino que el líder libio Muammar al Kaddafi, que murió asesinado por una turba de rebeldes libios en 2011 tras ser derrocado con ayuda de la OTAN.

"Si miran al modelo con Kaddafi, eso fue una aniquilación total. Intervinimos para derrotarlo. Ese modelo tendría lugar (en Corea del Norte) si no llegamos a un acuerdo, muy probablemente", dijo Trump en declaraciones a periodistas al reunirse en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Poco después, Trump bajó el tono de las declaraciones y aseguró que un acuerdo de desnuclearización incluye la posibilidad de que el líder norcoreano permanezca en el poder, mientras su vocera Sarah Sanders acompañó ese intento con una escueta declaración: "Si los norcoreanos quieren una reunión ahí estaremos" 

En ese escenario, Seúl ha vuelto a instar hoy al Norte a que retorne a la mesa de diálogo y a que implemente lo acordado por Kim y el presidente Moon, en su declaración del pasado 27 de abril, cuando se comprometieron a trabajar para establecer la paz y la "completa desnuclearización" de la península de Corea.

Washington acordó en 2003 el desmantelamiento del programa nuclear del régimen libio -derrocado años después- que a cambio del levantamiento de sanciones y apoyo económico envió a EEUU la mayor parte de su arsenal y equipamiento para que fuera destruido.

Pero Pyongyang rechazó tajantemente que vaya a aceptar un modelo de desarme como el firmado con Trípoli en lo que se considera una maniobra para ganar algo de terreno en las negociaciones en torno a la histórica cumbre.

 


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